El escalador madrileño lograba, el pasado 18 de julio, cumplir el objetivo para el que habÃa sido subvencionado -en parte- con una de las becas Fundación Cacique 1999. La apertura de la nueva vÃa a la que ha llamado "Lobo Estepario": ED,VI (A3,6b,650m)(6a obl.) en la cara este de “La Esfinge†(5.325 metros) habÃa sido su objetivo desde hace más de un año, cuando en compañÃa de Margarita Farrús (quien finalmente no pudo acompañarle) se encontraba en la Cordillera Blanca, en Perú y oyeron hablar de esta inmensa pared de más de 5.000 metros.
Ahora, de vuelta a casa y una vez conseguido su difÃcil proyecto, Jonay nos relata cómo ha vivido y sentido estos dÃas de soledad y roca en una de las formaciones montañosas más impresionantes del mundo:
“Se llama "Lobo Estepario", son quince dias de intenso trabajo y sacrificio. Seiscientos cincuente metros de via. Diez parabolts metidos a mano, otros tantos espits. Dedos destrozados. Poca agua. Pocas ganas de comer. Dias de soledad. Millones de chutes de adrenalina. De 6-7 kilos perdidos. 13 largos de cuerda.â€
“Es ahora mientras escribo esto cuando me doy cuenta de lo que he hecho. Abajo estaba mi hermano esperando, observando, aburrido, desesperado, pero siempre atento. Me fotografiaba mientras bajamos el petate y yo, ya estaba. Meses de preparativos, y de escalar. Todo se habia terminado. Pero tambien todo quedaba dentro. La vida no es más que un cúmulo de experiencias, y ésta ya habÃa terminado, ahora empezaban las vacaciones para miâ€.“Hubo un dÃa, hace más de dos semanas, que estábamos la pared, los elementos y yo. Los elementos han sido inmejorables, la pared estaba ahÃ; todo dependÃa de mi. Y ha habido dÃas que, cansado de buscar la mejor manera de progresar 40 metros, desde las ocho de la mañana, o antes, se me hacÃan las cuatro de la tarde (dos horas antes de que anocheciese), y me retiraba con los dedos insensibles por los golpes y roces contra el granito, el cuerpo tiritando de frio (estaba escalando alrededor de los 5.000 m), y cansado de esperar que cualquiera de mis seguros cedieran. Luego estaba mi paranoia de que me iba a quedar sin agua. Asà que bebÃa poquito.â€
“Escalar solo. SÃ, lo volverÃa a hacer. No mañana, ni pasado. Pero, si lo volveria a hacer. Soy muy poco demócrata: asà no hay diferencias de opinión. Es lo terrible de tener ciertas cosas tan claritas. Me gusta el consenso, lo adoro. Pero hay ciertas situaciones en que prefiero mi propio consenso.â€Jonás cruces durante el primer largo (A3) de "Lobo estepario". |
“...TendrÃas que ver la pared. Es como la manzana de Adan. Recuerdo una noche, durmiendo en la repisa que habÃa sido mi Campo 2 durante cuatro noches, que soñé con que me enviaban cerveza y gaseosa... tenÃa tanta sed... Luego me sobraron cuatro litros de agua, ... Me sentÃa un “Rambo†de la paz, con casi 17 kilos colgando de mi cuerpo a diario, que apenas me permitÃan moverme, y asà tenia que escalar. Al abrir vÃa no sabes a lo que te enfrentas, y tienes que prever cualquier situaciónâ€.
“Durante estos dÃas he desplazado por la pared 4 cuerdas de 60 metros, 80 mosquetones, 19 friends, 10 mosquetones de seguridad, 50 clavos de hierro, dos taladros manuales, una maza de acero, 30 tacos de expansión para las reuniones, una cadena de hierro para sacar los clavos, un casco, muchos cintajos, ascensores, poleas, maillones, 13 litros de agua, comida y fruta para una semana, linterna, cámara, pilas y carretes de repuesto, saco de dormir y funda de vivac, cocina de gas con un cartucho de reserva, tres forros polares, ropa impermeable, pies de gato, una muda de ropa interior de repuesto, algo de botiquÃn,... y lo que no me acuerdo. Era un caracol, progresando despacito pero avanzando constante.â€
El dÃa en que Jonás comenzaba lo que serÃa su último largo, tenÃa leves referencias de lo que podrÃan ser las gradas finales. “...después de ascender unos cien metros de cuerdas fijas que habÃa fijado en dias anteriores, tenÃa un diedro desplomado de 40-50 m, el diedro desplomado mas bonito del mundo; éste serÃa quizá el último largo técnico. Huah!! Lo terminé alrededor del medio dÃa, bajé a por más material, volvà a ascender hasta la reunión, la número doce. Estaba a 500 m del suelo, y a mà el estar alto me da seguridad - algo difÃcil de entender para los que no trepan -, cogà unicamente 5 cintas express, los camalot 1 y 2, cinco clavos, un estribo, la camara, el frontal, el burilador, la maza y me até una cuerda a la espalda. Até el extremo de una cuerda a la reunión y mediante nudos de ballestrinque me fuà asegurando sobre lo que en principio era terreno de cuarto grado. Llevaba 35 metros en terreno de IV+ sin seguros intermedios; una zona de placas, me encantan las placas, sobre todo con zapatillas de trekking.Con la absoluta seguridad de que no iba a caerme, pero con el corazón revolucionado como si lo hubiese hecho, fuà a por ellas: en 20 metros metà un clavo, y otro, sólo un centÃmetro... llegué a las gradas,no me lo creia -podÃan terminar pronto meses de dedicación-, allà vi donde montar la R13.Me quedaban tres horas de luz, y unos 150 metros de bloques por donde subir hasta la cumbre. Este intento de cumbre estaba funcionando: una horita larga, por terreno de IV/IV+ hasta la cumbre. Ya estaba. Allà clavé mi sacafisureros, en acto reivindicativo de que habÃa estado, las fotos de rigor, y para abajo.He perseguido un sueño y se me ha realizado, he puesto todo de mi parte, y la recompensa, aunque todavÃa no soy consciente de lo que hecho, está aquÃ, lo sé.