Emilio Valdés realiza mediciones durante la expedición al Aconcagua |
Los cambios (a peor) en la alimentación, el sedentarismo, etc... están provocando que el número de diabéticos aumente en progresión geométrica en los últimos años. Y, pese a ello, aún hay mucha desinformación sobre el tema, sobre todo de cara a aquellas personas que no sufren la enfermedad desde su nacimiento, sino que la desarrollan en algún momento de su vida, y provoca cambios radicales en sus costumbres y en su vida diaria. Por otro lado, algunas personas e instituciones se están dedicando a demostrar con hechos que la diabetes es un problema que hay que tomarse en serio, pero que no implica rendirse y renuncia a muchas cosas, entre ellas la práctica deportiva.
La expedición Diabetes 90º Norte es una continuación de aquella “Idea 2000†a partir de la cual un grupo de jóvenes de diferentes nacionalidades ascendieron el Aconcagua (6.969 m.). Los chicos y chicas tenÃan en común sufrir diabetes, lo cual les obligaba a inyectarse insulina diariamente y a vigilar con atención los cambios que el frÃo y la altitud provocaban en su organismo. La ascensión fue un éxito, casi todos hicieron cumbre.Ahora, La Asociación Española para la Diabetes promueve una nueva expedición para demostrar que un diabético puede llegar al sitio más lejano, al más inhóspito: el Polo Norte geográfico. Tres jóvenes deportistas (Emilio Valdés Aller, Yaiza GarcÃa Fernández y MarÃa Azucena de Francisco Caro), el presidente de la Fundación, un médico (Jordi Admetlla, otro ‘veterano’ del Aconcagua) y dos periodistas viajarán al Polo Norte Geográfico, para demostrar que es posible visitar esos lugares donde las condiciones son extremas, y que se encuentran lejos de un centro médico. No se trata de una travesÃa deportiva; los viajeros llegarán al Polo en helicóptero. Pero desde mucho antes tendrán que luchar con las bajas temperaturas. Su problema a superar no son las placas de presión ni el peso de las pulkas tras dÃas y dÃas de travesÃa; más bien, tendrán que vigilar cómo su cuerpo reacciona a los vuelos en avión, los cambios de horario, las horas de luz, la alimentación, y que el frÃo no congele la insulina que deben inyectarse o los aparatos medidores.El oxÃmetro es uno de los aparatos necesarios para medir la cantidad de insulina necesaria |
Uno de los expedicionarios es precisamente Emilio Valdés, de 33 años, el único español que fue al Aconcagua como parte de Idea 2000. Emilio es escalador y montañero; ya lo era mucho antes de que desarrollase la enfermedad, lo que le ocurrió cuando tenÃa 22. Sin embargo, no renunció a las montañas, y ha seguido escalando en roca, esquiando y viajando a todas las cordilleras del mundo. Según comentaba, “la desinformación reinante hace que los mismos médicos anden un poco despistados y, cuando alguien descubre que es diabético, puede que le aconsejen, por principio, que no salga al monte, o que deje de practicar un determinado deporte. Pero de hecho es perfectamente posible hacer deporte y ser diabético. Da igual que se sea diabético de nacimiento o no. Yo tengo amigos diabéticos que son atletas de elite o que escalan ‘8 a’. Lo que queremos es precisamente que la gente se entere. Que sepa que, prestando mucha atención y organizándose bien, se puede convivir con la diabetes y disfrutar de la naturaleza y el deporteâ€.
La idea de la expedición se resume en ese deseo: que si alguien dejó de viajar o de salir al monte porque le diagnosticaron diabetes, y tuvo que inyectarse insulina desde ese momento, que tenga claro que no tiene que renunciar necesariamente a ello. Si alguien necesita más información sobre el tema, puede ponerse en contacto con la fundación: http://www.fundaciondiabetes.org