Oiarzábal, en su primera ascensión al Kanchen en 1996 |
El alpinista español regresa a la “zona de la muerte” después de perder los diez dedos de los pies en su segunda ascensión al K2 en 2004, cuando después de llegar extenuado a la cima, estuvo a punto de perderse en la noche en su descenso al último campo de altura.
El regreso al campo base resultó dramático para el veterano escalador, de 50 años, que bajó con graves congelaciones de su vigésimo primera cima de más de 8.000 metros, récord mundial absoluto.
Tras las amputaciones, la recuperación tampoco fue fácil. Al igual que el italiano Reinhold Messner, tuvo que aprender a andar de nuevo sin sus falanges. En enero, un año y medio después del K2, Oiarzábal pasó una importante prueba en el Aconcagua, donde ascendió a sus casi 7.000 metros en condiciones de mucho frío.
Los pies respondieron, por lo que el escalador vasco decidió dar el siguiente paso: regresar al Himalaya. Y la montaña escogida fue el Yalung Kang, una cima segundaria del Kangchenjunga que se eleva hasta los 8.505 metros.
El Kanchen no es precisamente una montaña en la que Oiarzábal lo haya pasado bien en sus anteriores visitas. Antes de hacer cima en 1996, lo intentó en dos ocasiones y en una de ellas estuvo a punto de perecer en una tormenta. Luego, cuando por fin holló la cumbre, necesitó de la ayuda de los hermanos Iñurrategui, sus compañeros de expedición, para salir de nuevo con vida de la montaña.
Fuente: www.elcorreodigital.es