Las arañas vuelven a las andadas en la Mano de Fátima |
El mítico Ricardo Cassin fundó el grupo de montaña “Ragni di Lecco”, las arañas de Lecco, hace 60 años. Durante este tiempo, nunca han dejado de dar muestras de su clase. Y las nuevas generaciones siguen la estela de sus mayores. Es habitual oír hablar de ellos y sus actividades fuera de sus montañas, especialmente en Patagonia, en donde varias de las últimas grandes vías abiertas llevan su sello. En esta ocasión, y con motivo de su 60 aniversario, decidieron irse a un lugar que, desde que Catherine Destivelle lo presentara al mundo, siempre ha atraído a grandes escaladores: la Mano de Fátima, en Mali.
El contrafuerte de la derecha fue testigo de una de las nuevas vías |
El proyecto, con el que cierran el 60º aniversario del grupo, se dio en llamar “Liberi in Libera”. Consecuencia de él, Marco Vago, Simone Pedeferri, Adriano Selva, Giovanni Ongaro y Cesare Bugada consiguieron el pasado mes de diciembre, durante 3 semanas consecutivas de escalada, abrir 3 nuevas vías de alta dificultad en el grupo de la Mano de Fátima, además de repetir numerosas rutas por la zona. Todo ello guiado por Salvador Campillo, un catalán que reside desde hace más de 20 años con su mujer y su hijo en Mali durante el invierno, y el resto del tiempo en Cataluña. Él fue uno de los primeros en ver las posibilidades de escalada de esta zona, y en darlas a conocer al mundo. Lleva 24 años abriendo rutas en esta zona, y probablemente es el mayor conocedor de la misma que existe.
Abriendo en la arenisca sahariana |
Como no puede ser de otra forma, escalar en Mali es diferente a hacerlo en otros lugares. Es una especie de viaje iniciático en el que se convive en un hábitat extremo con un pueblo muy pobre, pero altamente hospitalario. Además, hay que tener mucho cuidado con la falta de agua, y siempre está presente la posibilidad de infecciones. Según las arañas, Salvador fue fundamental para explicarles como sobrevivir a esto, aunque ello no evitó que varios enfermaran de disentería. Para ellos, esta zona es tan dura y difícil, o más, que la Patagonia, en donde también abrieron nuevas rutas el año pasado.
En lo estrictamente deportivo, las 3 vías fueron Erosione Solare (6b, 6a obligado, 270 metros, 3 largos), Passagio Dogon (7b, 300 metros, 8 largos) y Danza Tribale (7b, 500 metros, 13 largos). Vías muy estéticas en la roca arenisca que caracteriza a este rincón perdido en el extremo suroccidental del desierto del Sahara.