El estadounidense Alex Honnold ha superado una nueva barrera en la historia de la escalada, tras convertirse en el primero en escalar El Capitan, en Yosemite, en solo integral, libre y sin cuerda.
Lo hizo el pasado sábado a través de Freerider, la vía de 1.000m de 7c abierta en 1998 por los hermanos Alexander y Thomas Huber. La escalada le llevó 3 horas y 56 minutos, y según los testigos, Honnold la realizó de forma fluida y constante. “No había nada de incertidumbre. Sabía exactamente lo que tenía que hacer todo el camino. Muchos de los agarres son como viejos amigos”, afirma a National Geographic. “Ha sido exactamente lo que esperaba. Me he sentido tan bien. Ha ido perfecto. Al no llevar 60 metros de cuerda detrás toda la montaña, me siento más fresco y con mucha más energía”. Honnold también comentaba en sus declaraciones que aún no se había atrevido a decírselo a su madre.
Tommy Caldwell, quien liberó en 2015 la vía más difícil de la pared, Dawn Wall, ascendió junto a Honnold la ruta hace pocas fechas para que este último acabara de asimilar los secretos de la vía. El propio Alex Huber la califica como “una ascensión histórica”.
Caldwell afirma que se trata de un hito “semejante a la llegada del hombre a la luna”, y desde luego, en el ámbito de la escalada, jamás se había visto algo así. Y probablemente, se verá muy pocas veces. Cuando se realizan escaladas en solo sin cuerda, la gente suele afirmar que puede producirse un efecto llamada. Pero este nunca se produce. Escalar de esta manera es una evolución de una vida, una decisión que no se toma en unos días. Requiere de un control y voluntad que hace que, a pie de vía, solo quien esté preparado para ello -prácticamente nadie- se atreva a dar el paso.
“Es el cumplimiento del sueño de una vida”, afirma Honnold. Y una vida entera le ha llevado prepararse para este momento.