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El trineo de viento de Larramendi, investigando en el corazón de Groenlandia

Ha recorrido junto a varios científicos 800km, alcanzando la corriente de hielo que cruza la isla.

Tierras Polares
Ramón de Larramendi, pilotando su trineo de viento

La nueva versión corregida y aumentada del prodigioso trineo de viento de Ramón de Larramendi, de nuevo a pleno rendimiento. Ya ha alcanzado su objetivo científico: estudiar la corriente de hielo más grande y rápida del Ártico, que atraviesa de suroeste a noreste la isla, para el estudio del aumento del nivel de los océanos en los proyectos “Dark Snow”, liderado por el científico norteamericano Jason Box, y el Ice2Ice de la Universidad de Bergen, Noruega.

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Realizando perforaciones

En esta expedición científica también intervienen la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad Autónoma de Madrid y la Agencia Estatal de Meteorología. Junto a Ramón Larramendi, viajan el científico australiano Ross Edwards (Universidad de Curtin), el productor audiovisual Nacho García (The Beagle Productions) que está grabando la aventura, el guía Hilo Moreno y el groenlandés Jens Jacob Simonsen.

Han recorrido en 15 días 850 de los 1.200 kilómetros previstos, hasta llegar a la corriente. Es la única expedición polar de exploración científica cero emisiones que se está desarrollando a nivel mundial, realizada con un convoy impulsado por la energía eólica que generan cometas de hasta 80 metros cuadrados, una creación del explorador polar Ramón Larramendi que los lectores de Barrabes conocen sobradamente tras ser utilizado por Ramón en numerosas expediciones e investigaciones árticas y antárticas.

En este punto, y hasta que la expedición termine el próximo 25 de junio, el equipo tiene previsto realizar una decena de perforaciones en la superficie helada, con objeto de recabar datos para los citados proyectos internacionales Dark Snow y Ice2Ice, ambos destinados una mejor comprensión de los impactos del cambio climático.

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Nueva versión del trineo: una comunidad errante movida por el viento

La expedición Río de Hielo Groenlandia 2017, patrocinada por la agencia de viajes Tierras Polares, partió de Kangerlussuaq el pasado 25 de mayo y dos días después, tras preparar el Trineo de Viento, sus cinco componentes iniciaron la travesía que les ha llevado dos semanas después a su primera meta. Se trata de una corriente de hielo que se mueve a una velocidad de 100 metros al año y de la que se desconocen aún todas sus dinámicas y cómo puede afectar el balance de masas al aumento del nivel de los océanos.

Desde su salida, la expedición liderada Larramendi ha logrado mantener una media de unos 10-12 kilómetros por hora, pese a que el viento no siempre ha sido favorable. Sin embargo, el convoy, que arrastra más de dos toneladas de peso, ha conseguido ascender más de 1.500 metros de desnivel (de los 1.700 a los 3.200, donde se sitúa la cumbre interior de Groenlandia) sin ningún problema técnico.

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En esta expedición, contrariamente a la del año pasado, el buen tiempo y una superficie en buenas condiciones les han acompañado en la mayor parte del recorrido, si bien por las noches la temperatura baja hasta 28ºC bajo cero.

A lo largo de las dos semanas transcurridas, cada 200 kilómetros, Edwards ha realizado una perforación de entre 2 y 2,5 metros de profundidad para recoger datos de la nieve y la neviza (estado previo al hielo) caída en los últimos años, así como muestras de nieve para su estudio en el laboratorio, datos que se completan con los recogidos con un georradar movido por energía solar diseñado en la Universidad Politécnica de Madrid por el equipo del glaciólogo Francisco Navarro. Gracias a un colector de aire y una estación meteorológica móvil de la Agencia Estatal de Meteorología, también están obteniendo muestras para un proyecto de la Universidad Autónoma de Madrid, en este caso liderado por Antonio Quesada y Ana Justel, cuyo objetivo es identificar microorganismos en el aire polar para averiguar si están colonizando este territorio.

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Larramendi, vía satélite, ha comentado su satisfacción ante la respuesta de vehículo, una vez superados los problemas que tuvieron en año pasado, cuando el convoy de cuatro módulos -de 12 metros de largo y 3,5 metros de ancho-, tuvo que dividirse en dos ante las malas condiciones de la nieve por las altas temperaturas. Ha declarado: “Estamos muy satisfechos de lo suave y bien que está yendo el vehículo, sin un solo incidente. Ross Edwards, el científico que llevamos abordo, ya está pensando en la posibilidad de incorporar más proyectos aprovechando que con este vehículo hacemos ciencia ‘limpia’, porque ha descubierto que es el camino para que sea lo menos contaminante posible y a la vez recorrer miles de kilómetros en territorios polares de forma eficiente.”

El Trineo de Viento permanecerá en la corriente de hielo –científicamente conocida como Northeast Greenland Ice Stream (NEGIS) – hasta que la expedición finalice. En esta corriente, en la que se estudian los flujos de hielo en sus capas internas, podrán ayudar a encontrar respuestas sobre su dinámica y su impacto en la subida de nivel de los océanos. Está previsto que los expedicionarios realicen en estos días unas 12 perforaciones, una cada 15 o 20 kilómetros, en coordenadas concretas, para completar los trabajos que los científicos también desarrollan en la cercana base EastGRIP, una instalación situada justamente encima de la corriente de hielo y donde se está realizando una perforación de 2.500 metros por un equipo internacional de científicos. La primera aportación española a esta iniciativa es, precisamente, la expedición del Trineo de Viento.

Río de Hielo Groenlandia 2017 tiene previsto terminar el próximo día 25 de junio en la base EastGRIP , donde les recogerá un avión después de un mes de travesía.

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