Han sido 2 semanas de nevadas continuas, y aunque ayer comenzaron un intento, la nieve y las avalanchas han dejado la montaña impracticable.
Han transcurrido 2 semanas desde que Carlos Soria y su equipo de la Expedición Correos se quedaran literalmente a metros de la cumbre del Dhaulagiri. Y esas dos semanas se las pasado nevando sin cesar en el ochomil nepalés.
Era evidente que las condiciones de la montaña no eran las más adecuadas, pero pese a ser pocas las posibilidades de cima, Carlos Soria y sus compañeros partieron ayer a intentarlo y a comprobar por si mismos la realidad de las condiciones.
Lo que se encontraron cumplía la peor de las previsiones: una gran cantidad de nieve acumulada que casi impedía su paso, caída de avalanchas (algunas de ellas no muy lejanas), y todo ello en la zona baja de la montaña, entre el campo base y el 1; la cantidad de nieve y el riesgo en altura se multiplica exponencialmente.
Pero no sólo es eso. Todo su trabajo en la montaña ha sido destruido: cuerdas, campos: “Las tiendas del campo 1 han aparecido rotas por las inclemencias del tiempo, suponemos que en el campo 2 y campo 3 han corrido la misma suerte. Las cuerdas, instaladas previamente, se encuentran sepultadas”, informa el grupo desde el campo 1.
“No nos queda más remedio que suspender definitivamente nuestra expedición al Dhaulagiri, por esta temporada", anuncian. Decisión lógica y obligada ante las circunstancias.
El Dhaulagiri, con sus 8.167m de altitud, es un ochomil que se le resiste a Carlos. Esta ha sido la 6ª expedición que realiza a esta montaña durante 2 décadas. Sin embargo, tesón y fe no le faltan al abulense. Como tampoco experiencia y prudencia.
Tesón, experiencia y prudencia que han permitido que, a sus 78 años, haya conseguido alcanzar la cumbre de 12 de los 14 ochomiles, y sigua al pie del cañón. Quedan pendientes el Shisha Pangma y el Dhaulagiri.
Artículos más recientes
Deja tu comentario
Sé el primero en comentar este artículo.