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Edurne Pasabán vuelve al Himalaya con un equipo de 4 mujeres nepalesas

Pretenden reivindicar su situación social.



Desde que Edurne Pasaban finalizó su proyecto de los 14 ochomiles su vida ha estado dedicada a otros proyectos laborales, como sus conferencias, y personales, como el nacimiento de su hijo hace 18 meses. Pero en ningún momento ha estado desconectada ni de la montaña, ni de la comunidad de la montaña.

Ahora anuncia un bonito proyecto que le llevará de vuelta al Himalaya, con el objetivo de ascender al Saipal, una montaña de 7.031m situada en el noroeste de Nepal, considerada la morada de Vishnu, el Dios Preservador de la mitología hindú. Y lo va a hacer formando equipo con 4 mujeres de la zona (Pabitra Bohora, Laxmi Budha, Sangita Rokaya y Saraswati Thapa), para denunciar su situación.

La discriminación social tradicional que sufren las mujeres en el valle de Saipal es muy superior a la de otros lugares del país. Las mujeres son consideradas impuras desde que tienen la menstruación, por lo que su papel social es minoritario, y sus derechos mínimos.

Según cuenta Edurne, en cuanto las mujeres tienen la menstruación son apartadas de su hogar y sometidas al Chaupadi, tradición por la que se las envía a una chabola fuera del pueblo en condiciones deplorables, viviendo con los animales y poniendo su vida en riesgo. Algunas mueren. Es una sola de las muchas discriminaciones que sufren allí las mujeres: además de las diarias, si no han tenido hijos a los 14 ó 15 años, son consideradas inútiles, teniendo que abandonar la zona. Si los hijos no son varones también son postergadas y abandonadas por el marido.

Una de entre tantas cosas que tienen prohibidas es escalar montañas; son la morada de los Dioses, y ellas son impuras. Por eso, Edurne piensa que el que 4 mujeres de 19 a 26 años del valle, sin experiencia en alpinismo, decidan ascender a la montaña, quizás pueda ser el comienzo de un cambio social. Son mujeres que han vivido la discriminación en sus carnes, como hijas de madres repudiadas por no tener varones, y que han decidido revertir la situación.

Uno de los problemas que piensan que pueden encontrarse es el boicot de alguna de las comunidades del valle por las que transitarán de camino a la montaña. Es una zona cerrada al turismo, muy hermosa pero sin trekkings. Uno de los objetivos principales de la expedición es que, al finalizar, se cree una agencia de guías de montaña liderada por estas 4 montañeras.

Si el valle viera que hay mujeres que pueden trabajar por su cuenta- considera Edurne-, es posible que llegara un cambio social para todas.

Ni la preparación física de las nepalesas ni su aclimatación suponen un problema, acostumbradas al trabajo en altura. La preparación técnica -jumareo, técnicas de cuerda, crampones y piolets, etc- la están adquiriendo desde hace dos meses de la mano de unos amigos sherpas nepaleses de Edurne, que se han involucrado en el proyecto.

El médico y alpinista Jorge Egocheaga y el alpinista zamorano Martín Ramos, ambos grandes ochomilistas de sobra conocidos, acompañarán a la expedición, y montarán varios campos médicos por el valle para atender a los lugareños.

Edurne Pasaban vuelve al Himalaya
Edurne Pasaban vuelve al Himalaya

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