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Hablamos con Pedro Cifuentes, Hospital de El Calafate: Jesús Gutiérrez, en graves problemas tras accidente en rescate Fitz Roy

El compañero de Pedro sufrió un accidente mientras participaban en un rescate. Se encuentran varados en el Hospital de El Calafate.

Pedro Cifuentes, con el Fitz Roy al fondo
Pedro Cifuentes, con el Fitz Roy al fondo

La familia ha habilitado una cuenta de ayuda para el traslado de Jesús



“Llevamos 8 días aquí y nadie nos ayuda. La compañía de seguros pide informes, pero no se hace cargo, la Embajada pregunta qué tal pero no hace nada, el Consulado lo mismo. La situación es grave. Jesús tiene graves lesiones, luxación de hombro con clavícula, fractura abierta de codo, 5 costillas rotas con neumotorax, un hematoma en el cuadriceps de tal tamaño que le han tenido que extraer 1 litro y medio de sangre de él, y el tobillo explotado nivel 5, sin posibilidad de restauración.

El doctor Pani Fuentes, que le ha operado aquí, dice que no hay instrumental para retirar los huesos del tobillo, que hay que evacuarle inmediatamente a España, porque si no puede perder el pie. Además tanto el codo como el tobillo, si se infectan, va a ser muy grave.

Es inhumana nuestra situación: por ayudar a intentar rescatar a unas personas, nos vemos aquí abandonados.”


Hablamos con Pedro Cifuentes, que como recordaréis voló hasta Patagonia con la intención de realizar la 1ª repetición, y en solitario, de la Travesía del Fitz Roy. Se encuentra en el Hospital de El Calafate, en una mala situación, cuidando a su compañero y amigo Jesús Gutiérrez “Susi”, quien sufrió un accidente hace 8 días en cuanto participaban en un intento de rescate de 2 escaladores brasileños en el Fitz Roy.

Ahora se encuentran varados allí, en espera de que Jesús pueda ser evacuado. Son ya 8 días así. Dejamos que nos cuente él todo lo sucedido, y en que situación se encuentran:

“Conmigo a la expedición vinieron 2 amigos: Rubén Crespo, que pensaba documentarla con una cámara y un dron, y Jesús Gutiérrez, amigo y alpinista, para ayudarme en el porteo desde El Chaltén hasta pie de pared.

Este año está haciendo muy mal tiempo. Fueron al Fitz Roy 2 cordadas, una brasileña y otra checa. Delante de ellos subían unos italianos que hicieron cima, y al bajar los vieron. Estaban en la vía franco-argentina. En un momento dado los checos adelantaron a los brasileños, iban más rápido, desviándose por la derecha la Vía Francesca. A pesar del temporal que llegó, seguían subiendo, hasta que los checos vieron que no se podía más, y decidieron bajar. Pero ya era tarde.

Los checos se lían en los rápeles, hasta que uno de ellos, al terminar uno de los descensos, ve que su compañero no baja. Grita y no contesta. Decide remontar la cuerda y se lo encuentra ya insconciente, con hipotermia final. Corta la cuerda e intenta bajar hasta el Chaltén.

De malas maneras, pero lo consigue. Anuncia la muerte de su compañero, y que no ha visto a los brasileños en el descenso. La doctora Carolina Codó, que es la médico del Chaltén, y amiga mía, decide intentar montar un rescate, con escaladores locales y extranjeros que allí se encuentran. Entre unas y otra cosas han pasado 3 días, es casi imposible que hayan sobrevivido a una tormenta así en la pared, pero se monta el operativo. Carolina me llama y me pide participar.

Tenemos una reunión a las 6 de la tarde en el Centro Andino de El Chaltén, y finalmente se montan 3 grupos: primero van 4 italianos (quienes habían hecho cumbre y se habían cruzado con los brasileños en el descenso), sin peso, para intentar subir. Después iba un grupo con italianos, argentinos y Denis Urubko, con material. Y después íbamos un grupo con los argentinos Franco y Pedro, Rubén Crespo, Jesús Gutiérrez y yo.

La idea del 3º grupo es ayudar en el descenso, y sobre todo, si se abre el cielo, que el dron de Rubén pueda volar a ver si localiza a los escaladores perdidos.

Nosotros salimos a las 11 de la noche y con unas camionetas nos llevan hasta el Pilar, y de allí al campamento Poincenot. Llegamos a la 1, y emprendemos el camino hasta la Laguna de los 3. Es el lugar en donde se toman la mayoría de fotos del Fitz Roy, porque os situéis. Desde allí hay que ascender un poco, y luego descender por una cuerda fija al glaciar, antes de continuar hacia la pared.

A las 3am llegamos al punto en el que hay que descender unos metros hasta el glaciar por la cuerda. Estábamos a oscuras, a -15ºC, nevando y con un viento muy fuerte. En el paso que hay para acercarse a la cuerda, viene una ráfaga muy fuerte y se lleva a Jesús. Yo estoy bajando y de repente me pasa al lado cayendo.

No es totalmente vertical, así que en los 20 metros que cae se da 4 ó 5 veces contra salientes como cuchillos, hasta que finalmente cae al agua de espaldas, al lago. Imaginad con esa temperatura y en ese momento.

Le llamo y no se mueve ni contesta. Bajo por la cuerda a toda prisa, y al llegar junto a él veo que se mueve. Le tranquilizo, le digo que le voy a llevar a casa, y él tiene fuerzas para responder que confía en mí. Le digo que se relaje, que a partir de ahora me encargo yo de todo, que confíe en mí, que volvemos a casa, que lo deje en mis manos.

Está tiritando muchísimo, hipotermia, y grita de dolor. De repente veo el hueso de su codo, tiene una fractura abierta. Lo saco a pulso como puedo estirando de la mochila, ahí me dejé la espalda, no sé qué tengo, cuando todo se arregle lo miraré, tengo muchísimo dolor. Le quito la ropa, tirita mucho, y le pongo 2 plumas que tengo.

Grito arriba que echen una cuerda para izarle, y que monten una tienda pequeña que llevamos. ¡¡Menos mal que estaban los chicos argentinos!! si no, no lo izamos. Tardamos 45 minutos, y al llegar tumbamos a Jesús en una colchoneta dentro de la tienda. Está tiritando de frío y desencajado de dolor. Veo el pie, y veo el tobillo destrozado, literalmente explotado. Le pongo férulas.

Por suerte llevo un botiquín superbueno. Ya sabéis que soy bombero, y es material que nadie lleva, como un botiquín del SAMUR. De hecho, algunas cosas no las tienen ni en El Chaltén. Inmediatamente llamo a la doctora Carolina por el Walkie, y me dice que le dé Fentanilo, un sintético opioide muy fuerte. Le sigue doliendo mucho, y al final le ponemos también una ampolla de morfina.

Sigue tiritando, está dentro del saco, calentamos agua, llenamos la cantimplora y la metemos dentro del saco. Mientras tanto la doctora monta otro grupo de rescate, y 10 personas se ponen en marcha con una camilla para la evacuación. Y a eso de las 8 de la mañana llegan.

Quedaba toda la bajada con alguien en el estado de Susi, por aquellas pedreras, con la camilla. Fue muy delicado, y a las 3 de la tarde llegábamos a El Chaltén, y de allí rápido al hospital de Calafate.

Al llegar allí le hicieron un escáner, y resultó que tenía 5 costillas rotas con neumotórax, fractura abierta de codo (que ojo como se infecte), luxación de hombro con clavícula, un golpe tal en el cuádriceps de la pierna que le han tenido que sacar 1 litro y medio de sangre del hematoma, y sobre todo, una fractura nivel 5 del tobillo. No puede reconstruirse, pero lo peor de todo es que puede necrosarse el pie.

Y ahí empezó otra pesadilla. Son ya 8 días así, y esto no se soluciona. El seguro de la Federación, de Mapfre, pidió informes, alega que solo cubre hasta 20.000 euros y el resto no, y con eso no llega para nada, la Embajada no mueve un dedo, solo llamaban de vez en cuando para preguntar que qué tal estaba...¿cómo quieren que esté? El consulado otro tanto de lo mismo. Así que dicen que se quede aquí. Nos creemos que pagando el seguro estamos protegidos, y es un engaño, de eso nada.

El caso es que o le limpian los huesos rotos no recuperables del tobillo, o puede necrosarse. Y aquí en el Hospital no tienen instrumental, tendrían que hacerlo traer, y sería muy largo. El cirujano que le operó, el doctor Pani Fuentes nos dice que hay que repatriarlo ya. Quiero destacar la gran labor realizado por él y todo el equipo del Hospital. Pero ahora no se puede hacer más aquí.

Entre unas y otras cosas aquí llevamos más de 1 semana sin dormir, alguna cabezada en una silla, no hay ni comida. No sé cuánto podremos sostener esta situación. Me parece inhumano que por participar solidariamente en el rescate de una persona nos podamos ver así, solos y abandonados por todos, ¿hasta cuándo?. Ya no sé qué hacer. La caída y las lesiones han sido muy graves. Ha salido adelante, pero le queda mucho, y hay cosas que aquí no van a curar nunca, y pueden empeorar. Si tenemos que esperar a que mejore, no salimos de esta.

Jesús tiene seguro por la Federación Madrileña. A pesar de ello, a través de la Castellano-Manchega, que es mi Federación, el Presidente ha hablado con el Presidente de la Comunidad para ver si se puede movilizar un avión de la UME. No sabemos, ya nos agarramos a un clavo ardiendo, estamos aquí varados, sin ayuda, y en situación difícil.”

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