
Alex Txikon llegó ayer hasta él, y hoy ya ha realizado una incursión hasta los 6.000m de altitud. Su intención es realizar una expedición rápida sin oxígeno suplementario hasta la cumbre, a través de la vía normal de la cascada del Khumbu. La montaña está casi abierta, y el grupo de sherpas encargados de equiparla, encabezados por Kami Rita, deberían haber llegado hoy a cima, si todo transcurría como estaba previsto.
Al regresar al campo base después de su primera incursión, Alex Txikon se ha encontrado con Kilian Jornet y David Goettler. A pesar de no haber confirmado aún su objetivo, sí que hoy, por fin, el alpinista catalán ha reconocido que va a formar cordada con el alemán: “Deseando volver de nuevo al terreno del aire leve. Cuando David Goettler me escribió el pasado año, no necesitamos muchas palabras para planear una escalada juntos. Una idea simple, con una alta posibilidad de fracaso, resume perfectamente lo que buscaremos durante las próximas semanas en la región del Khumbu”.

Todo ello si las cosas no se desmandan. Son casi 2.000 personas las que se encuentran en el campo base del Everest, ocupando un territorio que lleva más de 1 hora cruzar de punta a punta, con más de 400 permisos para el techo del mundo, más de 100 para el Lhotse, y todos los guías y personal de campo base. Que el COVID campe por un lugar así, a esa altitud, en un país en el que el incremento de los casos ha obligado al gobierno a confinar muchas zonas, incluida la capital, crea incertidumbre sobre el futuro.