Kim HongBin fallece en el descenso del Broad Peak, tras completar sus 14 ochomiles

Al alcanzar la cumbre del Broad Peak, Kim Hong-Bin se había convertido en el primer alpinista con alguna discapacidad en coronar la cumbre de los 14 ochomiles. El coreano perdió completamente todos los dedos de sus dos manos en el año 1991, en el monte Denali, Alaska, durante un intento en solitario, pero eso no le impidió continuar desarrollando su pasión por la montaña.

Sus sueños le llevaron al intento de los 14 ochomiles; desgraciadamente, cuando parecía estar a punto de cumplirlos, este fatal accidente ha truncado su vida.

Intento de rescate de Kim HongBin por el equipo ruso

El 18 de julio, el equipo ruso había regresado al campo 3. Consideraban que, debido a las pocas horas de luz que quedaban, si intentaban la cumbre, se les haría de noche. A las 24:00 recibían un mensaje de socorro: en la zona del collado, a 7.900m una mujer había caído, y también el coreano Kim HongBin se encontraba en situación de emergencia.

En apenas un cuarto de hora, a las 00:15 del 19 de julio, Anton Pugovkin y Vitaly Lazo parten hacia la zona con oxígeno y medicinas. Para entonces, la rusa Anastasia Runova había sido rescatada por un porteador de altura y se encontraba sin crampones, perdidos en la caída.

A las 4 de la mañana Pugovkin y Lazo se encuentran con ella, le inyectan dexametasona, le dan de beber, y comienza el descenso junto al primero. Mientras tanto, Vitaly Lazo continúa en busca de Kim HongBin. Anton Pugovkin, tras acompañar al campo 3 a Anastasia, sale de nuevo en ayuda de su compañero y el coreano.

Al llegar al lugar del accidente, a 7.900, en donde se encuentran algunos pakistaníes y coreanos, Vitaly rapela 20 metros en la grieta, ayuda a engancharse a HongBin, y comienzan el ascenso por la cuerda. Sin embargo, en un momento determinado, el jumar del coreano se bloquea. Comienza a moverse tratando de desbloquearlo, y de pronto el ruso vio como caía y se perdía. Anton Pugovkin califica la situación como “horrible”, y afirma que, con total seguridad, falleció en el acto.

A duras penas consiguió salir, comenzando el descenso. Pronto se encontró con su compañero Anton Pugovkin, junto con quien regresó sano y salvo al campo base, llegando al mismo pasadas las 9 de la noche.