Elia Saikaly, quien se encontraba acompañando a Ali Sadpara, anunció el hallazgo, que hizo pensar que, tras ser examinadas las imágenes, podrÃan aclarar las dudas sobre lo que les ocurrió, especialmente en lo referente a si alcanzaron la cumbre del K2 o no.
En realidad, se encontraron 4 objetos: el localizador Garmin, el teléfono satélite, un móvil y la GoPro 360. Es posible que posteriores análisis puedan extraer datos también de los otros aparatos, que, probablemente por falta de baterÃa, habÃan dejado de funcionar horas antes, pero de momento la esperanza estaba puesta en las imágenes guardadas en la memoria de la cámara.
Ya de regreso al campo base, han estado intentando visionar las imágenes, encontrándose con que los archivos de vÃdeo están corruptos, y tan solo puede verse un fotograma, que además muestra una fecha incorrecta: 7 de febrero de 2019.
En este fotograma se puede ver una cuerda fija, casi con toda seguridad de la dejada para el resto de expedicionarios por el equipo nepalés que fechas antes habÃa conseguido la primera cumbre invernal de la historia en el K2. El color es importante, ya que no todas las usadas eran del mismo, y por medio de Nirmal Purja están intentado determinar a qué zona corresponde.
Las dudas continúan y, en cuanto puedan, Elia Saikaly y Sajid Sadpara pondrán en manos de expertos informáticos los aparatos, con la esperanza de que, finalmente, pueda salvarse la información y descubrir lo acontecido el pasado mes de febrero en el K2.
Recuperación de los cuerpos
Los cuerpos fueron descubiertos hace una semana por los equipos que abrÃan la montaña preparando el ataque a cima. No se encontraron juntos. El primero en transmitir información de primera mano fue el ucraniano Valentine Sipavin, quien comunicó que John Snorri y Ali Sadpara se encontraban a unos 8.300m, ya por encima del cuello de botella, ambos sobre una cuerda fija, mientras que Juan Pablo Mohr estaba mucho más abajo, cerca del campo 4 de verano. John Snorri se encontraba bastantes metros por encima de Ali Sadpara.El ucraniano afirmó que Sadpara y Snorri se encontraban con un ocho y un nudo deslizante en la cuerda, no sobre jumars, por lo que es muy probable que estuvieran descendiendo. Tampoco portaban botellas ni máscaras de oxÃgeno, asà que es probable que se les terminara y se deshicieran del equipo.
Cuando se encontraron los cuerpos, Sajid Sadpara, el hijo de Ali, llegaba al campo 4. Hizo cima y, en el descenso, con un enorme esfuerzo, ayudado por el boliviano Hugo Ayaviri, quien además no empleaba oxÃgeno suplementario, colocó en lugar seguro los cuerpos, para que no estuvieran en la ruta principal, dejándolos bajo la nieve tras recoger los objetos personales para entregarlos a las familias. En el caso de su padre, y junto a Ayaviri, lo descendió a través del cuello de botella hasta cerca del campo 4, en donde lo cubrió con nieve y realizó una ceremonia religiosa.
Sajid Sadpara habÃa prometido volver para intentar comprender que habÃa ocurrido a su padre y a sus dos compañeros el invierno pasado en el K2, y para dar un entierro digno y despedir a su padre. Independientemente de lo que se decida, puede estar orgulloso de haber podido cumplir con estos dos últimos deseos. Quizás, en un futuro, pueda saberse también lo ocurrido. El misterio no está completamente resuelto, pero el joven Sajid puede dejar el K2 con la sensación de haber cumplido con su deber.