
Este campo base será en realidad un avanzado en el que permanecerá las temporadas en las que trabaje en la montaña. Entre ellas, descenderá hasta la aldea de Lobuche, a 3 horas de camino. En cualquier caso, un campo base avanzado en el Everest invernal, con una sola persona, sin asistencia, y apenas 200 kilogramos de material, es algo inaudito.
Como en su anterior expedición, vuelve a elegir la ruta de la arista oeste y el corredor Hornbein. Es lógico, porque una sola persona es casi imposible que pudiera gestionar el trabajo en la cascada de hielo del Khumbu. Pero este camino tiene un serio problema: la dificultad de acceso al comienzo de la arista, en el Lho La.
El collado Lho La es un viejo paso comercial que separa Nepal y Tíbet que, si bien antiguamente permitía el paso de yaks, con el retroceso glacial se convirtió en una pared de roca que comporta una difícil escalada. En 2019 ya afirmó que “escalar las secciones más duras en solitario ha sido un verdadero desafío”, al encontrar pasos muy técnicos, y por ello el próximo invierno fijará cuerda en los puntos más comprometidos de la muralla, tanto para poder volver a ascender a través de la pared como para asegurar un descenso rápido. El resto de la ruta será en completo estilo alpino.
