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Jost Kobusch alcanza los 6.500m en el Everest invernal y regresa al base; fin a la expedición

Finaliza el invierno meteorológico y Jost Kobusch desciende desde los 6.464m a los que se encontraba en el Everest, dando por finalizada su expedición.

Jost Kobusch, fin a su expedición Everest invernal. Foto: Jost Kobusch
Jost Kobusch, fin a su expedición Everest invernal. Foto: Jost Kobusch
Una dura temporada que no ha dado posibilidad alguna a las expediciones termina con la llegada hoy, 28 de febrero, del fin del invierno meteorológico. Y con el comienzo de la primavera, Jost Kobusch -según indica su localizador- ha descendido hoy al campo base, dando por finalizado, suponemos, su intento invernal al Everest.

El viento no ha dado tregua ninguna, llegando hace un mes a destrozar a mitad de noche la tienda del alemán cuando se encontraba a unos 6.000m de altitud. Consiguió resguardarse con los restos y sobrevivir a la noche.

La meteo se anunciaba mala y las posibilidades de sobrepasar los 6.000m en este último intento eran muy limitadas, pero Kobusch ha querido probar, probablemente cansado de vanas semanas de espera, pero también por no dejar restos en la montaña. “El último informe meteorológico muestra que el jet no se ha retirado y las altas velocidades del viento siguen prevaleciendo. Pero vuelvo a la montaña. Me queda intentar llegar más alto que la última vez y ganar experiencia, incluso batir mi propio récord, aunque no tenga ni idea de la probabilidades que hay de que esto ocurra. Si el riesgo es demasiado alto, daré la vuelta, no es ninguna vergüenza. Además, sería una pena dejar el equipo en la montaña. Eso sería contaminar. Por tanto, el objetivo de esta subida es al menos bajar el equipo...¡y ver si se puede hacer algo más!”

En el Everest invernal. Foto: @terragraphy
En el Everest invernal. Foto: @terragraphy
Jost Kobusch, este año, ha vuelto a estar solo y sin ningún tipo de asistencia en la montaña, aunque ha cambiado algo su estrategia: mientras estaba en el campo base del Everest, permanecía en una pequeña tienda sin ningún tipo de ayuda, al igual que en altura. Pero en los largos momentos en los que sabía que la meteo no iba a permitir ninguna actividad durante días, descendía a Lobuche, la aldea más cercana, situada a 3 horas de camino, en donde además aprovechaba para abastecerse.

Al ir solo, la ruta de la cascada del Khumbu queda fuera de elección, porque una sola persona no puede equiparla. Por eso, tanto en 2019 como este invierno, ha elegido una ruta muy complicada, apenas transitada, pero que le permite intentarlo: la del collado Lho La, la arista oeste y el corredor Horbein.

El collado Lho La es un viejo paso comercial que separa Nepal y Tíbet que, si bien antiguamente permitía el paso de yaks, con el retroceso glacial se convirtió en una muralla de roca que comporta una difícil escalada en pared. En 2019 ya afirmó que “escalar las secciones más duras en solitario ha sido un verdadero desafío”, al encontrar pasos muy técnicos. Por eso, este año ha colocado allí algunas cuerdas fijas tras abrir, para poder descender rápidamente en caso de problemas.

Jost Kobusch era consciente de que sus posibilidades eran muy escasas. De hecho, esta temporada su objetivo era ganar experiencia y alcanzar los 8.000m de altitud, en donde comienza el corredor Hornbein, para poder ver qué condiciones existen en invierno allá arriba, en vistas a una tercera visita invernal a la montaña. En 2019, a pesar de ser su primera visita, llegó por esta misma ruta hasta los 7.400m de altitud; este año la meteo no le ha permitido superar una altura 1.000m inferior.

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