Una leyenda de los Pirineos que, junto a su hermano gemelo Pierre, llevó desde los años 50 del pasado siglo la escalada en la cordillera a un nivel inimaginable. Una actividad que les llevó incluso a abrir el cerrojo alpino y poder participar, haciendo cima, en expediciones himaláyicas de gran renombre histórico como la del Jannu de 1962, con la flor y nata del alpinismo francés, como Lionel Terray, Robert Paragot, René Desmaison o Guido Magnone.
Jean y Pierre Ravier nacieron en ParÃs en 1933, pero muy pronto, en 1936, la familia emigró hacia el sur, hacia Bordeaux. En 1940, tras la movilización de su padre, se trasladaron a Tuzaguet, en los Altos Pirineos, en donde comenzaron su andadura a través de prados, rocas, bosques y cuevas. Pero será en 1946, en una excursión a Néouvielle, cuando descubran la alta montaña, prendándose de ella para siempre.
Es difÃcil resumir lo que los Ravier realizaron en la Cordillera. También es difÃcil glosar adecuadamente su importancia. Pero, en realidad, no es necesario: sus vÃas siguen siendo fundamentales en el Pirineo, por lo que cualquier amante de la montaña las siente como algo vivo, y se han convertido en algo eterno.
Couloir de Gaube, Tozal del Mallo en Ordesa, Piton Carre al Vignemale, cara norte de la Grand Aiguille d'Ansabère, espolón norte del Midi d'Ossau, cara norte de la Torre de Marboré, Pilar de la Embaradère, cara sur del Dent d'Orlu, Dièdre Jaune al Vignemale...una lista de clásicas que siguen inspirando respeto y que, más de medio siglo después, continúan produciendo verdadero vértigo.
Descanse en paz.