Genís Zapater: Gavarnie-Corredor Swan-N Perdido-N Taillon-Gavarnie, en 11 horas

Genís Zapater consigue en 11 horas la que quizás sea la mejor travesía de esquí-alpinismo del Pirineo: De Gavarnie a Gavarnie escalando el Corredor Swan a los Astazu, la norte del Perdido y la norte del Taillon.

Genís Zapater hacia la Brecha de Roldán. Foto: Genís Zapater

El catalán Genís Zapater, alpinista y esquiador de montaña del equipo de la marca italiana Grivel, consiguió ayer lunes 20 de marzo realizar una travesía preciosa y, como él dice, lógica y muy natural, en el corazón del Pirineo, que incluye 3 tresmiles como son Astazu, Monte Perdido y Taillon, los 3 por sus caras norte.

Encadenó en 11 horas una circular que comenzó en Gavarnie, cruzó a Marboré a través del Corredor Swan en los Astazu, desde Marboré ascendió la norte del Perdido, descendiendo hacía Góriz tomó la Faja Roya hasta la Brecha de Roldán, desde allí fue a la norte del Taillón, pared que escaló, y desde la cima por la Brecha y Serradets descendió esquiando de nuevo hasta Gavarnie.

”Una obra maestra del esquí-alpinismo”

“En mi opinión, esta travesía es una obra maestra del esquí alpinismo. No en el día, sino para hacerla en 2-3 días”, nos comenta Genís. “Es verdad que en el Taillon se pasa 2 veces por la Brecha, pero me parece además una travesía súper natural. Cuando me planteé hacerla ya sabía de la existencia de este encadenamiento por Alfons Valls y Alfonso Gastón, que la hicieron justo al terminar una Pierra Menta, cuando volvían. Me enamoré de ella”.

En realidad su idea no era realizarla en solitario, pero no encontró compañía: “Hablé con mi hermano, y con los 4 contactos que sabía que podían acompañarme en algo así, pero nadie quería. Así que opté por ir en solitario. Y eso ha sido parte de lo bonito. Yo soy esquiador de travesía, y escalador de alta montaña, desde Alaska a Patagonia. En cordada he hecho muchas cosas, pero en solitario, sin cuerda, algo tan expo, no. He roto esa barrera”.

Genís Zapater durante su travesía. Foto: Genís Zapater

Incertidumbre con las condiciones

En un invierno-primavera como éste, uno de los problemas a los que se enfrentaba era la incertidumbre de las condiciones: “Sabía que el Swan se había hecho hacía 3 semanas. Pero no había información de la norte del Perdido, y la norte del Taillon sabía que estaba mal, porque unos días antes habían rescatado a unos alpinistas franceses y su guía, nieve polvo”. Para asegurarse, 3 días antes escaló el Corredor Swan, incluida la parte que es una cascada de hielo, y la encontró bien.

Llegó el día previsto, que fue el pasado sábado, y nevaba. El domingo ocurrió lo mismo. Ya solo podía el lunes, última fecha antes de regresar al trabajo. Por suerte, la noche estaba serena, y a las 4 de la mañana partía de la estación de esquí de Gavarnie. “En estas condiciones, partir de la estación de esquí en lugar del pueblo es buena idea, porque hay poca nieve en cotas bajas, así que te evitas muchos metros de porteo en el regreso, cuando estás más cansado. Así bajas esquiando hasta el final. Además, en la estación, como pisan, la nieve baja más, con lo que por la mañana puedes esquiar hasta solo 400 metros del pueblo”.

Genís Zapater durante su travesía. Foto: Genís Zapater

Gavarnie-Corredor Swan

Pronto llegaba al pueblo, y tan solo 2 horas después de su partida ya se encontraba en el cono de entrada al Swan. 700 metros de desnivel que, excepto el tramo final, tuvo que hacer porteando en su mayor parte por la falta de nieve.

Pero una vez allí, las condiciones que se encontró fueron muy diferentes a las de 3 días antes: “Era un spindrift, una ducha de nieve continua. Y además se había hecho costra de las nevadas. Tuve que limpiar todo el rato, excepto la cascada de hielo que hay, de unos 5 metros”. 3 horas después de su partida salía por arriba, y descendía a Marboré.

Astazu-Monte Perdido

Aquí empezaba lo duro en cuanto a las tablas: “El problema durante todo el día no fueron los 3.500m de desnivel, eso es algo que entrenando he hecho bastantes veces. El problema es que no había ninguna traza, tuve que abrir huella todo el rato con nieve hasta la espinilla. Iba rápido, forzando, pero aún así me ralentizaba y cansaba mucho”.

Encontró condiciones muy pesadas en la norte del Perdido, con el añadido de que la chimenea final estaba súper seca de nieve: “Había un palmo de hielo. Con cuerda se sube bien, porque hay pitones. Yo tiré con los pies por fuera y los piolets en el hielo de dentro. Una vez en la cima, como no había huella, la Escupidera la bajé a pie, pero luego vi que estaba esquiable”.

De Monte Perdido a la Brecha de Roldán a través de la Faja Roya

Entonces vino un pequeño cambio de planes. Consiguió hablar con Joan María Vendrell, guarda de Góriz y gran amigo, con quien ha compartido 7 años en la Selección Española de Esquí de Travesía de la FEDME, y éste le comentó que estaba mal para descender hasta el refugio con las tablas. “Así que dijo que me subía a buscar y me acompañaba por la Faja Roya, que atraviesa desde debajo del Lago Helado hasta la Brecha. Es un cruce muy cómodo, solo 300-400 metros de desnivel, hasta el Casco. Allí coges una canaleta y llegas a la Brecha”.

Por ese entonces el frío que había tenido que soportar había tornado en fuerte calor. Joan María le acompañó hasta el pie de la norte del Taillon, en donde le esperaba su amiga Sara con un refresco, un té y un bocadillo.

Norte del Taillon y regreso a Gavarnie

“En la norte del Taillon había trazas. Una de ellas era de los que rescataron, y otra era de unos que iban con cuerdas. Me dio respeto, nos sentamos, buscando una ruta que transitara más por campas de nieve, buscando los puntos desde abajo para orientarme una vez dentro, e hice una línea diferente de lo trazado y de lo que dicen los topos”.

Y es que la norte del Taillon cambia mucho según las condiciones: desde una pared casi esquiable con nieve abundante a condiciones alpinas en situación de hielo o mixto. “Cuando tenía 11 años, escalé esta pared con mi padre. Había muchísima nieve, íbamos con un piolet clásico cada uno, y recuerdo que pensé que eso era esquiable. Pero ahora era diferente, con resaltes de piedra de los de escalar de verdad. Y me daba respeto, porque allí hay mucha caída. Por eso busqué mi propia ruta”.

Llegaba a la cumbre del Taillon 10 horas exactas después de su partida. Ya solo quedaba descender por la vía normal hasta la Brecha, de allí al refugio de Serradets, y de allí a la estación de esquí, punto de partida.

Consejos

“El primer y principal consejo es no hacerlo en el día. Fue una opción personal. Pero, repito, es una actividad de esquí-alpinismo que es una verdadera obra maestra, lógica y súper natural. Hacerlo en 2 días, durmiendo en Góriz, disfrutando del refugio y de un buen desayuno, es muy recomendable". Ya en tono de broma, comenta entre risas Ginés: "Hacerlo en el día, en el fondo, ¡es una gilipollez!"

“En el caso de que alguien decida repetirla en el día, que no lo recomiendo, si duermen en la estación en lugar de en el pueblo de Gavarnie, les diría que la tarde anterior se acercaran al pie de la norte del Taillon y dejaran un depósito de avituallamiento allí.”.

Material

En el material de alpinismo, Genís primó la seguridad sobre otros factores:

Crampones Airtech Hybrid de Grivel. Siendo ligeros, llevan la trasera de aluminio pero la parte frontal de acero, lo que da mucho mayor seguridad y resistencia en alpinismo.
Piolets técnicos Grivel The North Machine Carbon. “Creo que con piolets no técnicos puede hacerse todo excepto el Swan, en donde al menos hace falta que uno del par sea técnico. No hace falta que sean de los más ergonómicos, con que sean para corredores y alpinismo va bien”.

Y en cuanto al material de esquí, al estar las mayores dificultades técnicas de la travesía en los ascensos, con descensos por las vías normales, bastante porteo en las escaladas y mucho paso entre paredes, sí que apostó por la mayor ligereza posible:

Tablas Movement Race Pro 85
Fijaciones ATK Trofeo 8

Genís Zapater durante su travesía. Foto: Genís Zapater