Un grupo de escaladores en hielo formado por Ines Papert, Audrey Gariepy, Jennifer Olson y Jonathan Walsh se adentraron en el remoto y escasamente escalado Brook Canyon durante el mes de marzo. Y el resultado no pudo ser mejor.
El Brook Canyon es un territorio lleno de posibilidades, extraño y fascinante, pero escasamente explorado, debido a su lejanía e inaccesibilidad. Tampoco ayuda mucho el alto riesgo de avalanchas que se da en todo el cañón. Su inaccesibilidad es tal que tan sólo puede ser alcanzado por helicóptero, y una vez allí se permanece en completa autonomía y sin posibilidad de escape, excepto por aire.
La parte final del cañón es un anfiteatro lleno de líneas de hielo que se alimentan de los glaciares que se encuentran en la parte superior. Esto hace que grandes seracs asomen amenazantes, echando para atrás a muchos de los que han pensado en acercarse hasta allí.
Durante 8 días, el equipo estuvo abriendo nuevas rutas, combinando las cordadas. Pero a falta de 2 días, Ines y Jennifer Olson vieron una gran cueva a 300 metros del suelo. Para acercarse, primero ascendieron en solo de WI2 hasta el comienzo de la ruta “Ice Palace”, un WI5 de Dave Thompson, que las depositó debajo del techo. Papert colocó los bolts abriendo la ruta, y al día siguiente volvió para liberar la vía, que ella considera que puede ser la ruta en hielo y mixto de varios largos más dura del mundo. Es posible: 250 metros WI2-3 en solo, y posteriormente 180 metros en 3 largos (1º largo, WI5, 2º largo M12, 3º largo, WI5+).
Rutas abiertas durante los 10 días: