El blog de Edurne Pasabán trae malas noticias. El viento que no ha cesado desde que están en la montaña, las temperaturas que se están desplomando, los partes que no dan síntoma de cambio meteorológico, y unos conatos de congelaciones que trae del Manaslu que con el frío le están haciendo sufrir muchísimo, han obligado a Edurne a abandonar en el Shisha Pangma.
“No tengo vergüenza en deciros que le tengo miedo al frío, a las congelaciones, ya que si esto volviera a ocurrirme, estaría poniendo en juego, no sólo mis pies y mis manos, sino toda mi carrera, seguramente una lesión de este tipo me dejaría un año inactiva y no merece la pena, después de pensar y valorar bien la situación, después de tener largas conversaciones, sobre todo conmigo misma, he decidido no arriesgarme a sufrir congelaciones de nuevo, descansar, entrenar bien este invierno y preparar la próxima expedición.
Creo que es la decisión más adecuada y lo más sensato.
Desde aquí quiero dar las gracias a todos vosotros, por haberme seguido y apoyado, a todos mis patrocinadores por su confianza y muy especialmente a Telefónica Movistar, por haber apostado en este proyecto tan arriesgado, de venir al Shisha Pangma.
Creo sinceramente que esta decisión, aunque a priori, parezca un fracaso, en realidad no lo es, por que al final, las cosas bien hechas son las más exitosas.”
No puede considerarse un mal año para Edurne, ni mucho menos. Más bien bastante positivo, ya que en primera consiguió la cima del Dhaulagiri, y en otoño la del Manaslu. Le deseamos que se recupere pronto de sus problemas en los pies.
Tampoco ha habido cima en el Makalu por parte de la expedición castellonense. En el ataque final desde el campo IV Carlos Pitarch decidió darse la vuelta, muy muy cerca de cumbre, ya en la arista final, cuando los dos sherpas que le acompañaban tuvieron que darse la vuelta al encontrarse mal uno de ellos. Carlos tomó la sabia decisión de no continuar solo y con mal tiempo, como hizo en el Everest, y que aunque le permitió conseguir la cima, le hizo perder unas falanges. Ya han llamado desde el campo base, en donde se encuentran todos sanos y salvos.
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