Como cada otoño, el mejor cine de montaña del mundo se da cita en el Festival Internacional de Torelló. Este año se han presentado 116 películas de 23 países diferentes, y el festival ha admitido 32 películas para participar en la sección competitiva, procedentes de 15 países diferentes, algunos con gran tradición y fuertes productoras, otros con menos, como Japón, Islandia o Serbia. 7 de las 32 son producciones españolas, y el resto se dividen así: Alemania (6), Francia (5), Canadá (2), Gran Bretaña (2), Austria (1), Australia (1), Eslovaquia (1), Islandia (1), Italia (1), Japón (1), Polonia (1), República Checa (1), Serbia (1), Suiza (1). La mayoría son producciones de 2008.
Por otro lado, se mantiene la sesión Neu Extrem (el sábado 15 de noviembre a las 18:15 horas), en la que se proyectarán los filmes de la sección competitiva dedicados a deportes extremos en la nieve.
Premios
En esta 26ª edición el Festival repartirá 9.000 euros en premios, distribuidos en 9 categorías. Destacan, entre otras, el Gran Premio Vila de Torelló al mejor filme (Edelweiss de Oro y 3.000 euros); Premio Obra Social Caixa Sabadell al mejor filme de montaña (Edelweiss de Plata y 1.200 euros); Premio al mejor filme de deportes de montaña (Edelweiss de Plata y 1.200 euros); Premio al mejor filme ecológico (Edelweiss de Plata y 1.200 euros), o el premio Temps d’Aventura para filmes de montaña o deportes de montaña (compra de los derechos de emisión por parte de Televisió de Catalunya por valor de 900 euros.
Homenaje: Norman G. Dyrenfurth
Este director de origen polaco, uno de los grandes del Hollywood de los años 50 y 60, desarrolló su carrera al lado de directores como Fred Zinneman o Clint Eastwood. Su obra más emblemática relacionada con el mundo alpino es la famosa Licencia para matar, codirigida con Clint Eastwood, y rodada íntegramente en la cara norte del Eiger.
Dyhrenfurth reunía dos virtudes: una formación cinematográfica excelente (fue responsable de la Facultad de Cine de la Universidad de California, considerada en su momento una de las más prestigiosas de América) y un alto nivel alpino, que le permitió rodar lo que en aquella época eran las gestas deportivas y geográficas más destacadas, los primeros ascensos a las cimas más altas del Himalaya.
Nacido en Breslau (actualmente Wroklaw – Polonia) en 1918, viajó a los Estados Unidos el 1936, para huir de la persecución judía por parte del régimen d’Adolf Hitler. En el país de acogida, desarrolló su pasión por el cine y la montaña, heredada de su padre, Öskar Dyhrenfurth, líder de las grandes expediciones en el Himalaya en los años 30. Su responsabilidad en la Facultad de Cine de la Universidad de California permitió a Norman Günter Dyhrenfurth conocer y trabajar con personalidades como Alfred Hitchcock y Orson Welles.
Cámara en mano, o detrás de ella como director, formó parte de distintas expediciones a la cima más alta del mundo. La película Everest 1952, narra la expedición suiza de aquel año en que Dyhrenfurth se quedó a solo 300 metros. En el 1963 filmó Americans on Everest, que se proyectó ante el presidente Kennedy en la Casa Blanca. La película recogía la primera expedición norte-americana al Everest, una gesta del alpinismo porque se escaló por una nueva ruta, el couloir Horbein, e hizo la travesía de montaña por la ruta del sur.
Entre las expediciones de 1952, 1963 y 1971 al Everest, Dyhrenfurth realizó otras tentativas al Lhotse i al Dhaulagiri
Reinhold Messner, el alpinista más importante del siglo XX, definió de este modo la trayectoria de Dyhrenfurth:
“No es extraño que distintas generaciones de la misma familia sientan que la montaña les llama, pero no a este nivel. Günter Öskar Dyhrenfurth organizó expediciones internacionales al más alto nivel y al poco tiempo, su hijo Norman volvió a liderar expediciones al Everest con el mismo espíritu… Es muy excepcional. No conozco ningún otro caso. A eso se le llama pasión de verdad”.
Café-charla con Jean y Pierre Ravier
Los gemelos franceses Jean y Pierre Ravier lideraron el pirineísmo durante les décadas de los años cincuenta y sesenta. Con más de 200 vías abiertas -especialmente en el Midi d’Ossau, Vignemale, Ansabère, Balaïtus o Tozal del Mallo - la pareja de Burdeos combinó en sus aperturas un espíritu y un sentido del compromiso singulares.
Sus numerosas clásicas responden siempre a la lógica, ofreciendo a sus repetidores el gusto por la simplicidad y la belleza en su concepción. Atados por la cintura, sin pies de gato ni pitones de expansión y con gran discreción, redujeron de forma notable “los últimos problemas” de los Pirineos, una cordillera que no han abandonado nunca. Además, Jean Ravier formó parte de la primera expedición al Jannu (Himalaya), en 1962, y también protagonizó algunas ascensiones en el Hoggar.
Nacidos el 1933, Jean y Pierre Ravier continúan en activo, en busca de aventuras a la medida humana.
En la sección competitiva, se proyectará la película Les frères Ravier–L’aventuree Pyrénéenne, de la directora francesa Maryse Bergonzat, la última biografía de estos dos hermanos. El filme se proyectará en presencia de Jean y Pierre en la segunda parte de la sesión de apertura del certamen, el viernes 14.
El café-charla con los hermanos Ravier será el sábado 15 de noviembre a las 16:30 de la tarde en el foyer del teatro Cirvianum.
A Sir Edmund Hilarry, en el recuerdo
Con la muerte de Sir Edmund Hillary el 10 de enero de 2008 desapareció uno de los grandes alpinistas y exploradores del siglo XX. En 1992, Hillary al lado de su esposa June visitó el Festival de Cinema de Muntanya de Torelló, en la que sería su primera y única visita al estado español. La pequeña muestra que presentamos quiere ser, tan solo, un resumen de las vivencias de su estancia en Torelló, y de su reflejo en los medios de comunicación. Un modesto pero sincero homenaje, ya que para el Festival siempre habrá un antes y un después de la visita del primer escalador del Everest.
Exposición: 100 años de esquí en Catalunya
Con un total de 33 imágenes, el Festival repasa los primeros años de esquí en Catalunya, una práctica de montaña que nació a finales de 1908. Los esquís de principios de siglo se convierten en los protagonistas de una exposición que tiene como escenarios los Rasos de Peguera, el Montseny, la Collada de Toses, entre otros.
Con estas herramientas, los montañeros encontraron la alternativa para continuar con las ascensiones en invierno. Un siglo más tarde, Cien años de esquí en Catalunya recupera del archivo Mas i el del Centro Excursionista de Catalunya una colección fotográfica que remarca el carácter artístico de imágenes, postales y carteles modernistas.