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Crónica de Carlos Pauner sobre lo acontecido

30 de Abril de 2009  |  Comentarios (3)
Empiezan a aclararse las cosas. Carlos explica lo acontecido durante el día de cima y el anterior, en el que Joao, él, y los italianos, decidieron trabajar juntos en un muro complicado. Al día siguiente, Joao se adelanta, los italianos dan media vuelta, y Pauner llega a 8100m, a 60 de cima, cruzándose con Joao que baja y le informa del fuerte viento que se levantaba justo cuando él bajaba. Carlos con mucha moral, preparado para un nuevo intento
Empiezan a aclararse las cosas. Carlos explica lo acontecido durante el día de cima y el anterior, en el que Joao, él, y los italianos, decidieron trabajar juntos en un muro complicado. Al día siguiente, Joao se adelanta, los italianos dan media vuelta, y Pauner llega a 8100m, a 60 de cima, cruzándose con Joao que baja y le informa del fuerte viento que se levantaba justo cuando él bajaba. Carlos con mucha moral, preparado para un nuevo intento

"Como arena entre los dedos

Como la arena entre los dedos se ha escapado la cima del Manaslu. A las 4 de la tarde, con un enorme cansancio acumulado por los duros días vividos, observaba los últimos metros barridos por el viento y tomaba la difícil decisión de dar la vuelta. A 8.100 m de altura todo depende de ti, de tus fuerzas, del estado de la ruta, del viento y de tus sensaciones propias. Eres libre, como el mismo viento que sopla y a la vez eres esclavo de tu destino. Todo o nada. La gloria o la muerte. Todo se decide en unos pocos eternos segundos y ayer, mi decisión a 60 metros de la cima fue la de dar la vuelta. Nada es gratis en este mundo y nuestra historia en este monte ha sido dura y larga.

Subimos el día 25 al campo 2 a 6.300 m de altura. Sin novedad, partimos al día siguiente al campo 3 a 7.100 m (en nuestro caso). Íbamos ligeros, sin mucho equipo, con la convicción de salir para cima al día siguiente. Así lo hicimos, pero una zona muy vertical nos complicó la vida y junto con los italianos y el portugués Joao, decidimos trabajar un poco allí y dejar el ataque a cima para el 28. Así fue y eso nos obligó a pasar todo un día en esa alta cota, con frío y penuria.

Esa noche, a las 2 de la mañana, arrancamos, pasamos la zona más difícil que ya habíamos equipado y continuamos con frío y viento. Fuimos progresando, encontrando zonas delicadas que equipamos convenientemente, pero a la vez fuimos perdiendo mucho tiempo, llegando al collado a 7.400 m a las 8 de la mañana. Había merecido la pena el esfuerzo, porque ahora el retorno hacia abajo estaba bien asegurado, pero el costo de tiempo y de fuerzas había sido enorme. Desde ahí, Joao con gran aclimatación debido a la permanencia de más de 7 semanas en este lugar en anteriores intentos, escapó hacia la cima. Los italianos y yo, muy desgastados por los 3 días de trabajo y con menos aclimatación adquirida, salimos también. Javier, valoró la lejanía de la cima y sus fuerzas y decidió quedarse a esperar acontecimientos a 7.400.

Poco a poco y con gran esfuerzo fuimos ganando altura. Una hora, dos, 7 horas y los italianos se dan la vuelta. Hace mucho viento arriba, me dice Mario y estamos muy rotos. Yo le digo que creo que voy a hacer lo mismo, pero que sigo un poquito más. Ya veo la cima, la puedo tocar con los dedos, pero efectivamente, el viento es muy muy fuerte. Joao que ya ha bajado de cima, nos ha dicho que empezaba a soplar cuando él bajaba. Llevo 14 horas ascendiendo, he pasado más de 48 horas por encima de 7.000 metros, el viento trata de arrancarme de mis botas. Pienso, dudo, queda tan poco, pero al final lo veo claro. He subido hasta aquí realizando un gran trabajo. La ruta está abierta, tengo tiempo y sinceramente, me apetece llegar a esta cima con poderío, disfrutar de la cumbre y no arriesgarlo todo en una sola carta. Así que sin pensarlo mucho más, una vez tomada la decisión me voy para abajo. Me junté con Javier que esperaba en el campo 3 y ya de noche llegamos al campo base, rotos, pero contentos de la decisión tomada.

Han sido unos días muy duros, pero la verdad es que me encuentro muy bien físicamente y sin ninguna secuela. Ya tengo toda la aclimatación necesaria y posible, y ahora me voy a recuperar con descanso y tranquilidad. Sólo espero que en estos días no haya ningún temporal excesivo de nieve que tape las cuerdas y así, en unos pocos días, poder volver para arriba para buscar lo que me pertenece, la cima del Manaslu, a la que le hice un guiño y le dije en voz muy baja, nos vemos dentro de unos días, no te olvides. Como siempre, las espadas siguen más altas que nunca y la rendición, bueno, la verdad es que es un término que no conozco todavía. Quizás cuando sea más viejo...”


Carlos Pauner


La cima, muy cerca.

Tags: Alpinismo

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Comentarios

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3 comentarios

3. Pablo Soria - 04 May 2009, 10:06
A ver se Pauner hace una cima en la cumbre, al revés de la ante cima de Joao...con tenacidad!

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2. setesois - 30 Abr 2009, 18:56
"pero aparentemente las horas no coinciden entre Joao y Pauner" a diferença é: aclimatação, estratégia e a tenacidade... vou sorte para pauner

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1. Apus - 30 Abr 2009, 17:03
"...para buscar lo que me pertenece..., la cima del Manaslu" Pienso que una vez mas, sin la necesaria aclimatación (dadas las condiciones de la montaña), tiras para arriba -demente- sumando una serie de decisiones nada recomendadas a gran altitud, estas en definitiva obligan a que vuelvas o te dejan maltrecho, finalmente conviertes algo obvio, en una decision buena de ultimo momento. Suerte con la ventana de buen tiempo, seguro que disfrutaras tu instante de cima.

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