Tras el accidente de Carlos Pauner, Juanito Oiarzábal y Tolo Calafat hicieron equipo con los estadounidenses Nick Rice y Mario Panzeri para intentar conseguir la cima del Shisha Pangma. Y en su ataque final al Shisha Pangma consiguieron ayer domingo conquistar la cima central del ochomil tibetano, 5 metros más baja que la cima principal.
Juanito afirmó que la arista tenía una gran cornisa y estaba muy complicada. Por espacio de 3 horas estuvieron intentando superarla, en constante peligro. Oiarzábal afirma haber pasado miedo. Finalmente, un cambio de tiempo convirtió el intento en imposible, y decidieron dar la vuelta. Ayer descendieron hasta el campo 3, a 7.300m de altura, desde donde el vitoriano llamó afirmando que se encontraba agotado por el esfuerzo, y con un catarro de órdago.
Salieron a la 1:00 de la mañana del campo 3, y alcanzaron la cima a las 8:30 de la mañana. Les quedaba la arista final, que confiaban en superar rápidamente. Llevaban un cordino de kevlar fino de 300 metros, y estacas, para equipar la ruta. Pero Oiarzábal afirma que fue imposible, la nieve cedía y no daba ninguna seguridad, ni permitía el equipamiento. A las 11:30, tras 3 horas de nervios, el mal tiempo se les ha echado encima, y han tenido que dar la vuelta. “Nos la hemos jugado entrando ahí. Ahora que estoy abajo lo tengo muy claro.”
