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Toma de decisiones importantes

04 de Noviembre de 2009  |  Comentarios (7)
Calleja y su grupo se encuentran cerrados los pasos del este entre Dolpo y Mustang. Van a intentar salir por los pasos del sur con la última caravana de yaks que parte de Dolpo, tras realizar una ascensión exprés al Arniko Chulé. Han andado 140km desde su último contacto, a más de 5.000 metros de altura, y en el mejor de los casos les quedan 10 días hasta poder llegar a Jomsong, capital del bajo Mustang, con numerosos pasos a más de 5.000m de altura
Calleja y su grupo se encuentran cerrados los pasos del este entre Dolpo y Mustang. Van a intentar salir por los pasos del sur con la última caravana de yaks que parte de Dolpo, tras realizar una ascensión exprés al Arniko Chulé. Han andado 140km desde su último contacto, a más de 5.000 metros de altura, y en el mejor de los casos les quedan 10 días hasta poder llegar a Jomsong, capital del bajo Mustang, con numerosos pasos a más de 5.000m de altura

“Desde la última crónica hemos caminado 140 kilómetros a gran altitud. Siempre dormimos por encima de los 4.500 metros, y caminamos a diario muchas horas por encima de los 5.000 metros, a mayor altura que el mismo Mont Blanc.

El cansancio hace mella en nuestros maltrechos cuerpos, sobre todo porque todavía no hemos descansado ni una jornada, y ya llevamos más de veinte. Solo queremos seguir hacia delante aprovechando este buen tiempo que se ha establecido en esta remota parte del Himalaya.

Hemos llegado a una preciosa aldea llamada Shimageoon, donde se nota una cierta prosperidad comparándola con las aldeas anteriores a excepción de Saldan. Los campos están sobre bancales bien construidos con sólidas piedras del río, parece una pueblo empedrado como algunos de la zona de la Maragatería, en mi tierra de León.

Sus habitantes viven a sólo unas horas de la frontera con Tíbet, y es el pueblo más cercano a altísimos pasos de frontera con el vecino país. Hemos llegado lo más al norte posible en el alto Dolpo.

Aquí todos los hombres se dedican a las caravanas de yaks en la primavera, para mercadear con los habitantes del sur de Nepal, y las mujeres y niños trabajan los campos y cuidan los animales: cabras, ovejas, tso, o doz. Todavía en esta época sacuden las espigas de cebada para obtener el grano y hacer atados de paja para los animales, que será su comida durante el largo invierno.

Parece un Belén viviente, pues las vestimentas, utensilios de labranza, animales y casas parecen sacados de las épocas bíblicas, y no exagero diciendo que no atisbamos a ver nada que se parezca a modernidad; sobre todo nos fascina, como ya dije en la anterior crónica, la ausencia de metales, prácticamente no existen. Sin duda el tiempo aquí se ha detenido y todo sigue igual. Los altos collados de montaña y la gran cantidad de días para llegar hasta aquí caminando (20 días a más de 4.500 metros) hacen que sea una parte del Himalaya casi desconocida para exterior. Por no hablar de que hasta ahora ha sido casi imposible conseguir permisos.

Pasamos una agradable jornada charlando con sus habitantes amigablemente, les gusta hablar, y aún más con gentes que vienen desde tan lejos como lo hemos hecho nosotros. Son suspicaces, inteligentes y como comerciantes de grandes rutas les interesa intercambiar información. Son los últimos auténticos caravaneros que quedan, hacen las mismas grandes y peligrosas rutas desde tiempos inmemorables, y esta sabiduría se trasmite de padres a hijos sin perder un ápice de relevancia. Son duros, trabajadores, rudos y los únicos adaptados a estas condiciones terribles del Himalaya, sobre todo en invierno.

Seguimos rumbo a Tinje, otra aldea que se encuentra a 4.600 metros de altura. Está tan camuflada que casi nos la pasamos de largo. Las construcciones son del mismo color que la tierra y se confunde aldea con terreno. Esta en peores condiciones que Simageoon, más aislada, el viento es constante y desolador, el ambiente es frío a todas horas del día y sus habitantes tienen que madrugar todos los días para a caballo desplazarse a muchos kilómetros a buscar pasto para sus animales y recoger los excrementos de estos para utilizarlos como combustible durante el largo invierno.

Una aldeana nos dice que los campos cada vez son menos productivos, pues la tierra es mala, hay cada año mas sequía, y los nutrientes de la tierra se están perdiendo, convirtiéndose en polvo, una constante en este villorrio. Decenas de caballos parten incluso de noche a buscar lo que aquí la tierra no da. Si se mantiene por mucho tiempo esta situación, se verán obligados a abandonar la aldea, como ya ocurrió en algunas que hemos visto en nuestro camino, de la que solo quedan las ruinas. No sólo es dura la vida en el alto Dolpo, si no que a veces te obliga a desplazar aldeas completas en busca de lugares más fértiles.

Después de algunas jornadas más sin aldeas, hemos remontado un largísimo collado en un día especialmente largo de 30 kilómetros recorridos. Cruzamos ríos por encima de su superficie helada, nos sacudió el frío viento de los pasos de montaña, y llegamos a lo alto del collado de Charka pass, desde donde contemplamos hasta ahora las vistas más espectaculares de toda la expedición: vimos el Dhaulagiri con sus casi 8.200 metros. También divisamos la cordillera que separa el Dolpo del Mustang y un escalofrió sacudió nuestros cuerpos: está abundantemente nevada, se nos antoja imposible para los yaks, no podrán cruzar esos altos pasos de montaña, especialmente el de Kyekap la Pedí, que tiene casi la altura del Kilimanjaro.
Desconsolados descendemos hacia la aldea de Charka Bhot, donde tendremos que tomar grandes decisiones sobre esta expedición.

Charka Bhot es una aldea cruce de caminos, los que van al alto Dolpo, los que se dirigen al bajo Dolpo, los que cruzan al reino de Mustang, o los que comercian con el vecino país del Tíbet. Desde la distancia parece un castillo amurallado, con sus construcciones sólidas de piedra. Llegamos justo para ser invitados a una boda, y solicitamos información del estado de los collados…

Nos dicen de sopetón que todos los collados están cerrados para los animales incluidos los yaks, y que además la ruta que nosotros queremos hacer, rumbo al Reino del Mustang hacia el este, es incluso imposible para las personas. Hace 15 días han caído las primeras nieves, preludio de lo que esta por venir y los collados se encuentra llenos de espesa nieve y sobre todo hielo, lo que hace que toda actividad esté detenida.

Ya no nos planteamos lo de cruzar al Mustang por el este, ahora lo que queremos es encontrar una manera de salir del alto Dolpo, el invierno esta a las puertas y entonces si que estaríamos inevitablemente atrapados.

Al día siguiente vamos casa por casa buscando información y sobre todo ayuda, estamos desesperados. Queremos salir de aquí.

Cuando pensábamos que todo estaba perdido, hemos hablado con dos yakeros que se encuentran parados en esta aldea desde hace tres días buscando mejores condiciones para atravesar los collados hacia el sur y llegar a Jomsong, donde han vendido este gran rebaño de yaks, para carne.

Jomson es la puerta de entrada al Mustang, la otra ruta que llega a este reino. Negociamos con los yakeros durante la larga cena al calor de la estufa de una casa de esta aldea, y alcanzamos un acuerdo para acompañarlos, es nuestra única salida. Pedazo de suerte, porque es la última caravana de yaks que este año sale del alto Dolpo e intenta algo muy difícil: pasar los altos y helados collados cargados de nieve que se dirigen al sur del Dolpo. Ellos tienen desesperadamente que pasar como sea el gran collado de casi 5.300 metros, que está en teoría cerrado para yaks, y en un último esfuerzo lo van a intentar. Esta será nuestra única oportunidad para evitar quedar atrapados aquí durante el largo invierno. Los yakeros kambas, también están contentos porque les podremos ayudar, y además se ganaran un dinero por dejar que les acompañemos.

Pero aun hemos conseguido algo en el último momento.

Somos de León, cabezones como nosotros sólo podemos ser, y hemos trazado una ruta en el mapa para al menos intentar escalar el Arniko Chuli, de más de seis mil metros de altura. El Arinko Chuli representa la esencia de esta expedición. Su cima hace frontera con las remotas regiones del Nepal: Dolpo, y Mustang, y el país vecino del Tíbet.

Sabemos que solo existe una expedición de un japonés que la escaló en el año 2002, otra que no está confirmada, y nosotros seríamos los segundos o terceros que la escalaríamos. Queremos pisar las dos regiones mas inhóspitas del Nepal y el país vecino del Tíbet a la vez , y sólo lo podríamos hacer si alcanzamos esta ansiada y casi desconocida cima. Aunque por supuesto abandonando la idea de descender por los valles vírgenes que teníamos pensado para alcanzar la caravana más allá, ya en la zona más al norte de Mustang.

En Charka Bhot alquilamos caballos para nosotros seis: Chring, Kami, Phuntchok, Emilio, Manu, y yo, y haremos una aproximación rápida a caballos con jornadas de mas de 40 kilómetros, montaremos un campo base, y después en un día largísimo intentaremos la cima del Arniko Chuli. Necesitaremos de cuatro días para ir y venir desde Charca Bhot con o sin cima, ése es el máximo tiempo que nos dan los caravaneros. Si no estamos en la fecha acordada se irán, y entonces sí que tendremos que ir adaptándonos al invierno hasta la próxima primavera.

Ya está la suerte echada: intentaremos la escalada de más de seis mil metros del Arniko Chuli, y después durante una semana atravesaremos los peligrosos y helados collados de montaña junto a una gran caravana de yaks, para llegar al sur del reino del Mustang.

Hemos cambiado la idea original de la expedición, pero si todo sale bien habremos con seguido los objetivos, en más días de lo planeado y con mayores dificultades, pero vamos a pelear para conseguirlo.”

Jesús Calleja


El Dhaulagiri de casi 8.200 metros


El Dhaulagiri visto desde un collado de mas de 5000 metros

Jesus Calleja entrando en una casa de construccion tibetana

Mujer con su tipico sombrero dolpa con Jesus

Nuestros porteadores cruzando los rios helados

Nuestros yaks rompiendo el hielo para poder cruzar


Tipico dorro ornamento de las mujeres del alto Dolpo

Un amigo dolpa que nos ayudo a buscar yaks

Charlando con Dolpas y Kambas en mitad del camino

Descansando Jesus y Manu despues de una etapa de 30 kilometros y un collado de mas de 5000 metros

Tags: Alpinismo

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Comentarios

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7 comentarios

7. Aitzgorri - 05 Nov 2009, 10:00
Aunque nos encontremos en el Alto Dolpo resulta dificil creer que un collado de 5000 metros largos pueda obligar a unas personas dedicadas a los desafíos extremos a quedarse aislados durante todo un invierno. Más inverosimil resulta creerlo cuando la actividad que estan realizando es un trekking de catálogo y se cuenta con el apoyo del amigo Sonam persona influyente que puede colocar un helicóptero (incluso un vuelo regular)en cualquier punto de Nepal

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6. Fer52 - 05 Nov 2009, 08:58
¿Pero que nos estan contando estos señores? ¿Donde está la nieve que bloquea los collados? En la fotografía "El Daulaghiri visto desde un collado de mas de 5000 metros" solo se ven pequeñas manchas de nieve muy por encima del collado. En las fotografías de la aldéa que según el texto está a 4600 metros la gente no tiene aspecto de estar sufriendo mucho. Y despues nos cuenta que el collado a 5300 esta cerrado.....por favor. Francamente como asiduo seguidor de esta pagina Web y mas que asiduo cliente de Barrabes creo que BARRABES deberia ser mas cuidadoso con la información que publica.

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5. ut0pia - 04 Nov 2009, 20:19
Que envidia..! SUERTE!

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4. pedrosinmas - 04 Nov 2009, 20:03
eso si que es un viaje! si toman notas podrían escribir un buen libro...

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3. Llop ferit - 04 Nov 2009, 17:52
Hola, ya me gustaría estar con vosotros. Los pararajes son preciosos, pero claro a cada uno le toca estar donde debe. Un saludo y mucha salud, desde Alcoy (Alicante).

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2. Pericon - 04 Nov 2009, 17:36
lo mismo digo ..., será que lo de "cheeeeeese"!!! lo hacen muy bien ..

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1. valenco - 04 Nov 2009, 15:49
por las caras de los protagonistas...no parece que lo esten pasando tan mal....

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