No es casualidad que todos los montañeros con problemas de congelación recalen en Zaragoza a su vuelta del Himalaya. Y no sólo españoles; son numerosos los alpinistas de renombre internacional que rinden visita a ambos doctores.
José Ramón Morandeira, cirujano, se inició en la medicina de montaña hace varias décadas por necesidad. Recién terminada la carrera, gran amante del alpinismo, sufrió unas congelaciones en los Alpes. Al volver, los médicos querÃan amputar. Muchos de los cirujanos de la época habÃan tratado congelaciones durante la guerra. Y estaba seguro de que estaban convencidos de que no habÃa otra solución; el cirujano responsable de la amputación iba a ser su propio padre. Pero él decidió que tenÃa que haber un sistema menos traumático, y se negó: el resultado fue satisfactorio, y allà empezó una carrera que le llevó a dedicarse en cuerpo y alma al montañismo y que le ha situado en un lugar preeminente entre los doctores especialistas de todo el mundo.
El testigo a su carrera lo tomó la doctora MarÃa Antonia NerÃn. Con raÃces en el valle de Benasque, trabajó como médico en la estación de esquà de Cerler, y aprovechando su estancia en el valle, comenzó a acompañar al helicóptero de rescate cuando se pensaba que podÃa hacer falta una intervención médica. Fue el germen de los actuales grupos de rescate aéreo medicalizados, que tantas vidas salvan al poder tratar a los heridos sobre el terreno con absoluta profesionalidad, antes del traslado en helicóptero.
Pronto comenzó sus investigaciones con Morandeira, que culminaron con la creación tanto del grupo de investigación como del Master internacional de Medicina de Montaña de la Universidad de Zaragoza, único en su género y que recibe alumnado de múltiples paÃses.
Con ellos colaboran algunos himalayistas de renombre, a los que no sólo tratan, sino que estudian sobre el terreno para el avance de sus investigaciones. Ya han acompañado en varias ocasiones a Carlos Pauner. Una vez en el campo base montan una carpa con un cartel del Servicio de Salud Aragonés (SALUD), convirtiéndose en algo que podrÃamos denominar el ambulatorio de la Seguridad Social pública más alto del mundo, y el más alejado de su lugar de origen. Por supuesto tratan a todos los alpinistas que allà se encuentran, que como no puede ser de otra manera se sienten muy seguros con ellos allÃ. Pero principalmente atienden a los habitantes de los valles, que pueden recorrer distancias de dÃas para ser visitados. Cuando el paciente no puede trasladarse, son ellos los que abandonan la montaña y se acercan a las aldeas (lo que supone un dÃa de bajada y uno de subida, por lo menos). Valga como ejemplo: el año pasado en el Manaslu, entre otras visitas a domicilio, tuvieron que acercarse hasta un pueblo a 7 horas de camino para atender a una sherpa que habÃa resultado herida por asta de yak, operándola en el lugar.
Firmes defensores del sistema público, la doctora NerÃn compagina sus investigaciones en el ClÃnico Universitario de Zaragoza con el servicio en el SALUD, en donde continúa trabajando como médico en el rescate aéreo. Tiene un sueño: abrir la primera consulta en un servicio público de salud especializada exclusivamente en problemas derivados de la práctica deportiva de montaña. Algo parecido a un médico de cabecera para montañeros. Y asà devolver a la comunidad (además de con los resultados de sus investigaciones) los esfuerzos realizados.
Han creado un blog que irán actualizando desde el Annapurna. La dirección es: http://grupossm.blogspot.com