Éste es el reporte de Edurne Pasabán desde el Annapurna, en donde ella y su grupo están trabajando duro aprovechando la ventana de buen tiempo para equipar las zonas bajas de la montaña, muy pestosas. En breve irán llegando más grupos en un año en el que el este ochomil va a estar más transitado que de costumbre:
“Ayer fue un día largo, pero muy bueno. Salimos por la mañana con intención de equipar la ruta hacia el campo uno, y después de 7 horas y media regresábamos al campo base, con el trabajo hecho, y contentos.
El camino hacia el campo uno, no es muy complicado, pero es delicado y por eso hay que fijar unos 400 metros de cuerda. Saliendo del campo base vas cogiendo altura por unas lomas de hierba, que ahora están nevadas, pero que en una semana de buen tiempo la nieve desaparece, hasta que llegas a la entrada del glaciar del Annapurna. Hay que hacer un rápel de unos 80 metros, donde hemos fijado una cuerda. Luego caminas por el glaciar unos 20 minutos hasta que te encuentras una pared de roca por la que hay que ascender hacia el campo uno. Es la zona más complicada. La encontramos con nieve, y eso hizo que el fijar la cuerda en esa zona fuera más complicado. Nos acordábamos del año 2007 donde estaban los anclajes para fijar la cuerda, pero debido a la cantidad de nieve que había en esas zonas, nos costó mucho encontrarlos, y en alguna ocasión tuvimos que meter algún clavo nuevo. Pero poco a poco fuimos superando la zona de rocas hasta que salimos a unas lenguas de nieve, que fuimos subiéndolas poco a poco, hasta que al final pudimos llegar al campo uno, a 5000 metros. Nos abrazamos todos, ya habíamos dado el primer paso hacia la cumbre, éramos conscientes que nos quedaba mucho camino por delante, pero aquel momento había que celebrarlo.
Dejamos un depósito de tiendas y de cuerda y bajamos, en busca de una buena cena para recuperarnos y un buen descanso.
Dejamos un depósito de tiendas y de cuerda y bajamos, en busca de una buena cena para recuperarnos y un buen descanso.
De momento las cosas van bien, y el tiempo nos acompaña, las previsiones para los próximos días son buenas, por lo que no queremos desaprovecharlas, y mañana subiremos a dormir al campo uno, con intención de poder abrir el camino el sábado hacia el campo dos. Esto sería genial, que nuestros planes se cumplieran y que para el fin de semana tengamos ya instalado el campo dos.
Hoy por la mañana estamos aprovechando los rayos del sol para darnos una buena ducha y lavar la ropa. Cada uno de nosotros está totalmente metido en sus tareas. Son los mejores días del campo base, días tranquilos, para descansar y prepararse para los días más duros que ya vendrán.
Desde mi tienda donde os estoy escribiendo estas líneas, puedo ver la cumbre del Annapurna, el viento hoy en la cumbre esta pegando muy fuerte. Se ve tan cerca, pero a la vez tan lejos. Me siento privilegiada de poder estar aquí, por poder ver este paisaje, de alguna manera me encantaría que todos vosotros, estéis donde estéis leyendo estas líneas, pudierais ver lo mismo. De alguna manera intentaré que vosotros también lo veáis y lo sintáis como yo, porqué si yo estoy aquí en un reto como este, vosotros sois parte de ello.
Besos a todos.
Un abrazo”
Edurne Pasabán