Carlos Suárez nos lo acaba de decir: “como tiene Alex los pies, que tenga paciencia y que espere, pero que no baje el Baltoro en invierno. A la subida aún tuvimos suerte, pero bajar a mi me costó muchísimo, y muchos días más de lo normal. Abriendo huella constantemente, nevadas muy fuertes, la sensación que tenía era de estar a 7000m. Comía muy poco; al ir solo, y tener que llevar la tienda, saco, todo el material, no puedes cargar casi alimentos, y en los puestos militares me daban por la noche una escudilla con algo de lentejas. Lo pasé fatal. Así que le queda tener paciencia hasta que puedan evacuarle.”
Hablamos con Alex, y lo tiene claro: “tengo que esperar. No queda más remedio. Ya hemos desmantelado el campo, y los polacos están listos para iniciar el descenso a pie. En realidad es mejor: a no ser que pudieran arreglar todo para volar hoy, o que nos dijeran que mañana pueden sacarnos a todos, cuantas más personas estemos aquí, más complicado es gestionar la evacuación después.
Ayer un helicóptero podía sacar a 3 de los que no podemos andar por las congelaciones, y se llevó a Tamara, a Adam Bielecki y a Janusz Golab. El problema es que, aunque arreglemos todo el tema burocrático para la evacuación, vienen unos días de muy mal tiempo. Así que paciencia, porque es normal que hasta el 22 más o menos no puedan volar.
Estamos preparando una placa conmemorativa, luego haremos una ceremonia. De momento, los polacos aún están aquí. Pero a no ser que de repente nos dijeran que pueden venir hoy y llevársenos a Artur, Agnieszka, a Darek y a mi, ellos tienen idea de partir ya. Así que me quedo con paciencia con los militares del puesto, que tan bien nos han tratado, y esperando que no se compliquen las congelaciones.”

