Así lo contábamos en la noticia:
“Durante días la meteo no les permitió ni tan siquiera aclimatar. La semana anterior al ataque tan solo consiguieron dormir una noche a 5.800m. Aunque la aclimatación no era la más adecuada, cuando recibieron un aviso el sábado 2 de junio indicando que venían dos días con sol, no lo duraron, y el domingo día 3 partieron al ataque a las 6am. Escalaron hasta las 8, para encontrarse con un contratiempo: el lugar de vivac era demasiado estrecho, así que tuvieron que pasar la noche sentados en el hielo.
Una mala noche en la que, además, no dejó de nevar. Eso les hizo tomar la decisión de regresar al campo base. Pero por la mañana las cosas se ven de otra forma, y recuperada la motivación, continuaron escalando largas tiradas en terreno seco carente de hielo en el que sus piolets echaban chispas. A las 6 de la tarde alcanzaron los 6.800m, lugar de un nuevo vivac. Quedaba la última jornada.
Escalaron hasta alcanzar la arista somital. Estaban a 100m de cima, pero la gran cantidad de nieve caída les bloqueaba: tardaron 4 horas en abrir el camino a través de aquel tapón hasta la cumbre, a 7.150m, que alcanzaron a las 6 de la tarde. No perdieron mucho tiempo: la noche llegaba, y tenían 40 rápeles por delante para descender los 2.000m que les separaban de la base de la pared.
A las 10 de la mañana, estaban de nuevo al comienzo de la ruta. Y 2 horas después, alcanzaban el campo base.”
