Créditos:
The North Face/david_göttler
The North Face/emilioprevitali.com
The North Face/simone_moro
Los grupos van internándose en el Nanga Parbat invernal. Puede parecer que la altura alcanzada no es mucha, pero recordemos que el desnivel es enorme, el mayor del mundo, y el campo base está a muy baja altura (aunque cuentan con un base avanzado). En realidad, han superado ya los 1.500m de desnivel, en el caso de la expedición de The North Face, que ha dormido y montado su campo 1 a 5.100m, y los 2.000 en el caso de los polacos, que han alcanzado casi la altura en donde instalarán su campo 2, a 5.800m.
El mal tiempo se acercaba a la montaña, y todos tuvieron que descender rápidamente hasta el campo base, avisados por el metereólogo Karl Gabl desde Insbruck. No falló, y fuertes vientos y nieve azotaron el Nanga Parbat.
Al parecer, Marek Klonowski ha abandonado la expedición polaca debido a asuntos familiares urgentes, de índole positiva. Éste era el 4º intento invernal al Nanga para Klonowski.
En el campo base el tiempo pasa entre sacos de dormir, tecnología y cenas. El mundo se ha hecho pequeño, y por si alguien lo duda, Emilio Previtali cuenta que al llegar al campo base, vio que su ordenador Mac había dejado de funcionar, y recordó que, cerca del hotel en el que habían pernoctado en Islamabad, había una tienda Apple. Llamó, y antes de 4 días un porteador aparecía con el ordenador nuevo.
La estrella, de momento, es el dron que llevan los polacos. Se supone que su función es la de grabar imágenes aéreas, pero vista la pericia de los pilotos, más bien parece que principalmente va a servir, gracias a su ya probada resistencia a los golpes, como motivo de risas y juegos en el campo base.
Pero tampoco falta el calor humano, como cuenta Emilio Previtali:
“Invitamos a cenar a la expedición polaca”, cuenta....” fue una tarde muy placentera, en la que no sólo hablamos acerca de montañas y el Nanga. Nuestra conversación pasaba de los viajes intercontinentales en moto y motores rotos en mitad del desierto a los vuelos, de barricadas en Rusia a drones, de vodka a vino. Extrañamente, no hablamos de mujeres, probablemente porque éramos demasiados; nosotros 3 y 6 polacos, demasiada gente para una conversación íntima...
Al día siguiente permanecimos en el campo base. Por la mañana nos dimos una ducha (un evento verdaderamente destacable aquí), y por la tarde trabajamos con nuestros ordenadores. Simone está trabajando en su libro, David organizó los archivos y cargó las baterías de las cámaras, y yo completé la instalación de programas en el portátil nuevo que me han traído hasta el campo base.”
Simone hacia el campo 1
Preparando la plataforma para la tienda en el campo 1