Los componentes de la Selección Española de Paraescalada Manuel Cepero Gutiérrez, invidente (Club Medio Natural y Discapacidad, Federación Aragonesa de Montaña) y Ricardo Pérez Amado, escalador con baja visión (Agrupación Deportiva La Fuenfria, Federación Madrileña de Montaña), han escalado este fin de semana algunas de las vías más clásicas y emblemáticas de los Mallos de Riglos, acompañados por el guía Germán López Cadena, que en la actualidad es el vocal de montaña y discapacidad de la Federación Aragonesa de Montaña, además de miembro del Grupo Militar de Alta Montaña de Jaca.
Ambos están entrenando duro para el Campeonato del Mundo. Ricardo, escalador con baja visión, ya tenía experiencia en Riglos (incluso en 2006 ya había escalado el Puro por su vía normal), pero Manuel, invidente, era la primera vez que sentía el vacío y el ambiente riglero.
Comenzaron el sábado con una ruta que permitiera a los escaladores, especialmente a Manuel, conocer la especial idiosincracia de la roca conglomerada riglera, y para ello eligieron la Aguja Roja. Una vez conocido el terreno, se trasladaron al Circo de Verano, en donde consiguieron escalar “Mi padre tiene sed” y “Tiempos nuevos, tiempos salvajes”.
La excelente adaptación a Riglos que tuvieron les llenaron de confianza y moral. Tanta como para atreverse el domingo con una de las clásicas de estas paredes: el Puro.
El mayor cuidado lo tuvieron que tener en los primeros largos: en ellos hay largos péndulos que provocan buenos golpes en caso de caída, y la horizontalidad de la escalada no les resulta demasiado cómoda. Al enderezarse la vía, retomaron la confianza, aunque confiesan que la cueva y las diferentes panzas antes de cima les resultaron muy duras: “Si no encuentras las presas precisas con rapidez te desfondas en el techo y en los extraplomos y la rapidez precisamente no es nuestro fuerte”, comenta Manuel.
Tras la alegría de la cima llegan los rápeles del descenso, complicados debido al viento aragonés que colocaba en horizontal las cuerdas. Pero finalmente llegaron al suelo con una gran sonrisa en sus rostros, tras repetir esta gran clásica que abrieron hace ya 61 años Alberto Rabadá, Ángel López “Cintero” y Manuel Bescós.
Por supuesto, no se olvidan de destacar el gran trabajo realizado por Germán López como guía de la cordada.
Aunque falta confirmación, desde el Club Medio Natural y Discapacidad afirman que “no creemos que hasta el momento esta escalada hubiera sido realizada por ninguna cordada con estas características.”
