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Video Alex Txikon-Reinhold Messner; vuelta a casa, primeras impresiones

El alpinista vasco regresó anoche a casa, y esta mañana ha dado una rueda de prensa en la Diputación de Bizkaia. Presenta su primer video de la expedición.



“El Everest está más cerca de los 9.000m que de los 8.000m. Allí todo es al límite, y para ascender en invierno sin oxígeno hay que abrir puertas que hasta ahora no se han abierto nunca. Por eso, para que se pueda alcanzar la cumbre, hace falta que todo esté a favor y las condiciones sean las óptimas. No sé si ascender el Everest sin oxígeno en invierno es la última frontera del límite humano, pero que nadie dude que lo hemos intentado.

Tanto yo, como mis compañeros lo hemos dado todo, hasta el punto de que éstos han quedado exhaustos por el esfuerzo realizado; de hecho, y a pesar de que los sherpas que me acompañaron en la primera parte querían seguir, los médicos se lo impidieron por temas de salud, y tan sólo permitieron que Nuri Sherpa, con 3 ascensiones al Everest, siguiera conmigo”


Alex Txikon aterrizó anoche en Bilbao procedente de Katmandú, dando por finalizada la expedición invernal al Everest que intentaba alcanzar la 1ª cima invernal de la historia sin empleo de oxígeno suplementario.

Esta mañana ha concedido una rueda de prensa el Diputación de Bizkaia, y ha presentado un anticipo de 3 minutos en video, con la visita de Reinhold Messner, realizado por AvistaMultimedia.

Han sido unos meses muy intensos y duros, con un invierno que no les ha dado la mínima tregua, con vientos fuertes prácticamente constantes y sufriendo temperaturas de hasta -50ºC.

“Si tuviera que elegir un momento de la expedición...cuando llegamos al campo 4. Estábamos a -50ºC y con viento constante de 70km/h, una sensación térmica de -70ºC/-75ºC. De repente, me giré hacia el sur, hacia abajo, y vi la grandeza de estas montañas. Eran las 5:30pm.

Me quedo con esa imagen. Por un lado, de felicidad, de sobrevivir, de hacer frente a todas esas dificultades, pero a la vez, me giraba hacia atrás, veía el Escalón Hillary, a 8650, y pensaba ¡qué cerca hemos estado! Todavía nos faltaba muchísimo, en realidad...”


Ese día fue el que obligó a los sherpas a utilizar oxígeno, al llegar al collado. Ya nos explicó los motivos y lo que pensaba sobre la absurda polémica en la larga entrevista que nos concedió tras esta jornada, desde el campo base del Everest: “Las condiciones eran verdaderamente límites. Ellos son jóvenes y fuertes, y cargaban con 2 bombonas cada uno para su uso personal. Yo decidí que no lo necesitaba, pero ellos están trabajando, y en esas condiciones les obligué a ponérselo. Normalmente, en temporada, a partir de esa altura, cada cliente usa 4 botellas, y ellos 3. En este caso no pensaban usarla, así que llevaban 2 cada uno solamente. Es el único momento de la expedición en el que lo han empleado.”

Posteriormente llegó el inesperado y obligado regreso a Katmandú durante el mes de febrero, en donde tuvieron que permanecer 1 semana: “me preguntan que por qué tuvimos que bajar a Katmandú...bueno, aquello son otras normas, otra cultura, nos entendemos en inglés básico, y a veces para una gestión que aquí se hace en línea recta allí hay que tomar alguna curva.

Bajamos, lo solucionamos, y además, excepto Nuri, relevamos el grupo de escaladores nepaleses que me acompañaban; estaban verdaderamente agotados.”


¿Por qué el intento de ataque a cumbre tan rápido y ligero al final?

“Bueno, ocurre una cosa curiosa, y es que, después de más de 70 días en altura, con el tremendo desgaste de trabajo que llevábamos encima, me encontraba más fuerte que al principio. La meteo no nos ha dado tregua, el invierno terminaba, y pensé que podía hacerlo así, subiendo prácticamente del campo 2 al 4 y a cima sin descanso. Pero la meteo no se cumplió, el viento cada vez soplaba más fuerte, y tuvimos que bajarnos.”

Sobre el desgaste, afirma que, además del gran trabajo que supone abrir y trabajar una montaña como esa con un grupo tan pequeño, sin ayuda, está el peso: “Cada vez que salíamos hacia la montaña, llevábamos 25-30 kilogramos cada uno a la espalda. Ahora estoy más flaco, pero cuando empecé la expedición, con mis 79 kilogramos, más 8 kilogramos de mono de plumas y equipo, más 25-30 kilogramos...son cerca de 120 kilogramos los que tienes que mover por la montaña, y por terreno comprometido.”

La inesperada visita de Reinhold Messner no sólo sirvió de gran alegría y apoyo, sino que también ayudó en cuestiones burocráticas: “el gobierno nepalés consideraba que el permiso de invierno finalizaba el día 7 de marzo, aunque lo teníamos hasta el 15. Nahia y David hicieron un gran trabajo para ampliarlo, estábamos a día 6. Reinhold, desde el campo base, y antes de que yo partiera hacia el último intento, llamó al Ministro nepalés y nos llegó la confirmación definitiva de una semana y media más.”

Sin embargo, no pudo ser: el viento y la llegada de la nieve les obligaron a finalizar la expedición. ”Nos encontramos a 7.000m con vientos de 100 kilómetros por hora. Ni Superman habría sido capaz de avanzar así.”

Alex concluye: “Para mi, intentar subir al Everest en invierno, en estas condiciones, y volver a casa entero, ya es un éxito."

Alex Txikon
Reinhold Messner y Alex Txikon, en el campo base del Everest

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