La odisea de Murtaza Ghulam: del Broad Peak al Hospital de Cruces, Barakaldo

Tras ser rescatado in extremis a 8.000m en el Broad Peak, el porteador de altura pakistaní Murtaza Ghulam, sobrino de Ali Sadpara, ha conseguido, con gran ayuda, volar a Bilbao para ser tratado de sus graves congelaciones.

Asghar Ali,, Murtaza Ghulam y Akhond Ishaq, en Bilbao. Foto: Alex TxikonAsghar Ali,, Murtaza Ghulam y Akhond Ishaq, en Bilbao. Foto: Alex Txikon

Murtaza Ghulam es lo que se denomina un HAP, High Altitude Porter, pakistaní. Y el solo nombre (Porteador de altura) ya nos deja entrever varias cosas:

  • La primera: que, a pesar de subir ochomiles acompañando clientes a cumbre, entre otros muchos esfuerzos, la consideración sobre los HAPs es la de porteador. No la de guía acompañante, ni la de trabajador de altura, sino la de persona que acarrea.
  • La segunda: que, si ya de por si estos trabajadores en Pakistán no gozan de la consideración que, en estos momentos, gozan algunos de sus homólogos nepaleses, el sueldo que cobran y la situación laboral es acorde a la misión de acarreamiento que su nombre indica, y no a la realidad de su trabajo.

Y quien dice sueldo, dice seguros, atención, etc. Por ejemplo, la escasez de oxígeno que sufren para trabajar contrasta con la abundancia, casi obscena, que reciben quienes pagan. Damos cifras y datos en el artículo.

Por empezar por el final, en estos momentos Murtaza Ghulam, sobrino de Ali Sadpara, se encuentra hospitalizado en el Hospital Universitario de Cruces, Barakaldo, y necesita ayuda. Ayer aterrizó en el aeropuerto de Loiu, en donde lo esperaba Alex Txikon.

Por continuar por el principio, aquí viene la historia de los hechos. Que, si bien demuestra algunas evidencias no muy buenas del actual ochomilismo de clientes, también muestran algunos grandes gestos de solidaridad y ética, tanto en la montaña como fuera de ella, que es necesario mostrar, con nombres y apellidos.

Al final, una vez conozcáis todo lo ocurrido, veréis la forma en la que podéis colaborar, y por qué.

Avísamos que, más adelante, en el artículo, se mostrarán imágenes de las congelaciones que pueden resultar duras para algunas personas.

17 de julio de 2023. Cerca de cima del Broad Peak (8.051m)

Cuando se encontraban a menos 100 de metros de la cumbre, Murtaza Ghulam y los dos clientes mexicanos a los que acompañaba se vieron envueltos en el mal tiempo. Obligados a esperar, las maniobras mojan y humedecen los guantes de Murtaza, quien empieza a sentirse mal y a sentir congelaciones en las manos. Al despejar, 1 hora después, sus clientes continúan para cumbre, quedando él en espera.

Su estado empeora, agravado por la escasez de oxígeno de los HAPs y, sin posibilidad de partir por sus medios, la fortuna le sonríe cuando un alpinista austriaco, Lukas Woerle, escucha lo que le parecen unos lamentos y unos débiles gritos de ayuda provenientes de unas cuerdas fijas, y responde a la llamada de auxilio.

Lukas Woerle subía sin O2 y con la intención de saltar en parapente desde la cima. Compartía fuerzas y ascensión con Horia Colibasanu pero éste, que iba 15 minutos delante de él, se había salido de la ruta para esquivar las cuerdas fijas, y no pudo oír nada.

Woerle inmediatamente abandonó su camino para ofrecer su ayuda. Al encontrarse con Murtaza, que estaba tirado en la nieve, con graves congelaciones y serios problemas mentales (ni siquiera podía articular su nombre), no se lo pensó: a pesar de estar tan cerca de cima, tuvo claro que su obligación era la de rescatar a Murtaza, ayudándole a descender.

Comenzó a arrastrarlo y empujarlo hacia abajo. A mitad de camino se encontró con el estadounidense Dan Buonome, quien llevaba medicación. Además, consiguieron oxígeno para Murtaza que les cedió otro HAP, del que no ha podido saberse su identidad, que se encontraba esperando en el collado a sus clientes.

A partir de ahí, entre el austriaco y el estadounidense descendieron a Murtaza al campo 3. Quedaron exhaustos por el esfuerzo del traslado, como lo demuestran los tiempos: Woerle avisó de una persona enferma que necesitaba ayuda a las 10:15, y finalmente llegaban al campo 3 a las 19:00 horas.

Mientras bajaban, según contó el austriaco a Ángela Benavides, de explorersweb, el padre y el hermano de Woerle, que se encontraban en el campo base, habían dado la voz de alarma. Sólo respondió a la misma el guía Stefan Fritsche, que subió en su busca y a 7.100m de altura les ayudó a encontrar el camino hasta el campo 3 en la niebla, en donde les cedió sus tiendas.

De allí al campo base, al día siguiente, ya fue descendido por otras personas. De momento desconocemos esa parte del rescate. Pero Murtaza salvó la vida porque, en una situación insostenible, fue descendido al campo 3 por Lukas Woerle, quien renunció a su posibilidad de cumbre sin pensarlo al encontrárselo. Y ese día solo recibieron la ayuda del austriaco, de Dan Buonome, del HAP que cedió su oxígeno (pero no pudo abandonar su sitio por servir a los clientes) y de Stefan Fritsche.

Consecuencias físicas y económicas

Las congelaciones eran muy graves. Una mano tiene todos los dedos perdidos, otra algunos. Pero, además, no parecía que pudieran ser tratadas en un futuro. Los HAPs provienen de las aldeas más pobres, y sus condiciones laborales y económicas no auguraban una posible cura.

Las congelaciones de Murtaza Ghulam. Foto: Alex TxikonLas congelaciones de Murtaza Ghulam, en la mano menos afectada. Foto: Alex Txikon

Las cuentas indican claramente la explotación que sufren: según ha comentado a Alex Txikon, fue contratado para realizar su trabajo por 50.000 rupias, que al cambio son algo menos de 200 euros. Que complementó con 100.000 rupias que le dieron los mejicanos de propina en el campo base. Unos 500 euros al cambio en total.

No es el único dato importante: según nos comentan los implicados, el seguro que el gobierno pakistaní exige parece ser que cubre algo del tipo una pequeña compensación a la familia en caso de fallecimiento y, quizás, añadimos nosotros, y puesto que se produjo, la evacuación a Skardu en helicóptero, sino es que la realizó el ejército por su propia voluntad. Al menos en este caso, con la agencia Blue Sky, así ha sido.

En el Hospital de Skardu, tras ver que la gravedad impedía cualquier tipo de cura en los dedos, lo único que pudieron hacer, con el personal y medios que contaban en ese momento, fue decidir cortar de raíz los dedos, darle la medicina correspondiente y mandarlo a Sadpara, su pueblo, 7 días después de su llegada.

Alex Txikon

Él se negó a que le cortaran todos los dedos, porque eso supondría que no podría volver a trabajar. Murzata, muy joven aún, con 21 años y con dos hijos y padres mayores que mantener, temía quedarse sin sus medios de vida, no solo en la montaña, sino en cualquier labor manual que esté desarrollando en el pueblo.

La gravedad de las congelaciones podéis verlas en las imágenes. El problema es que, dejando así los dedos, pueden surgir muy graves complicaciones, que incluso pongan en peligro la vida, y en Pakistán no podían tratarle.

Como hemos dicho, Murzata no solo es natural de Sadpara, el pueblo de Ali, sino también su sobrino, con quien Alex Txikon consiguió la primera invernal al Nanga Parbat. Tristemente desaparecido en el K2 invernal, su hijo Sajid, primo de Murzata, sigue la saga. Y él es quien decide llamar a Alex Txikon para pedir ayuda.

Comienza la movilización

Alex Txikon lo pone inmediatamente en conocimiento de Sebastián Álvaro y Eneko Garmendia. También cae en cuenta el himalayista canadiense Louis Rosseau, viejo compañero de invernales en Karakorum de Alex y Ali. Y entre todos se ponen en marcha.

Coordinan con el embajador de España en Islamabad, y consiguen, en primera instancia, llevarlo a la capital para ser tratado. Finalmente, tras un mes de estancia, ayer pudo volar con un visado sanitario del que se responsabiliza Alex Txikon.

Murzata quiere agradecer profundamente a todos los responsables que han hecho posible su evacuación para poder ser curado en Bilbao: Nissar Abbas, periodista pakistaní; Sebastián Álvaro; Dr. Hassan Rana; José Antonio de Ory Peral, embajador de España en Pakistán, Louis Rousseau, Eneko Garamendia y el propio Alex Txikon.

En estos momentos, ya en Cruces, Alex nos recalca el agradecimiento debido a Aritxiyo y Ainara, que llevan desde su llegada, noche incluida, con él en el hospital, y a los doctores Patricia Martín y Eduardo Pérez García, que le están tratando.

También queremos destacar la ayuda que supone Akhond Ishaq. Su historia es algo conocida, pero merece la pena ser contada en profundidad, y pronto lo haremos. En breve: hace una década, en una expedición invernal, tras unas circunstancias que contaremos, Alex Txikon se lo llevó a su casa en Lemoa, en donde vivió largo tiempo mientras se adaptaba, aprendía el idioma y las costumbres, y se formaba con los usos de la cocina vasca, (él era cocinero en sus expediciones). En estos momentos es un reputado responsable de cocina que habla perfectamente castellano, ha completado el BAT 1 de euskera, se encuentra estudiando la ESO y, como puede imaginarse, supone una gran ayuda para Murzata, y no solo en las cuestiones idiomáticas.

Murtaza Ghulam y Akhond Ishaq. Foto: Alex TxikonMurtaza Ghulam y Akhond Ishaq. Foto: Alex Txikon

Logística

Murzata permanecerá aproximadamente 3 meses en España. De momento, todos los gastos han corrido a cargo del grupo, principalmente de Alex Txikon. Son gastos cuantiosos: visados, vuelos internos, estancia y tratamiento en Islamabad, vuelos a Bilbao, mantenimiento durante los 3 meses, y las posibles facturas del Hospital. Además, ha viajado acompañado por Asghar Ali, lo que duplica billetes y visados: no podía viajar solo.

Su grupo cercano ha recaudado unos 2.000 euros para colaborar con Alex Txikon. La cuenta, como puede imaginarse, asciende a bastante más.

Cuenta de ahorro. Crowdfunding

De momento, a pesar de no ser residente y solo tener visado sanitario, Alex ha conseguido abrir una cuenta a nombre exclusivo de Murtaza Ghulam, para evitar suspicacias, para que quien quiera colaborar con él pueda ingresar directamente.

El dinero en ella ingresado, por eso está solo a su nombre, como puede comprobarse en la foto adjunta, no será destinado a cubrir los gastos en los que ya se ha incurrido, sino que servirá directamente para el futuro de Murtaza. Proveniente de una familia tremendamente pobre, es probable que sus posibilidades de ganarse la vida en el futuro y mantener a sus hijos (de 2 y 4 años), mujer y padres, todos dependientes de él, sean escasas. Esa es su enorme preocupación.

Por eso, se considera que, si se recauda una cantidad adecuada, Murtaza y su familia, con la ayuda, podrían montar algún pequeño negocio, como una tienda, en Skardu, que les permitiera vivir con dignidad.

Además, el canadiense Louis Rosseau está en proceso de trámites para montar un crowdfunding que, en cuanto esté operativo, anunciaremos.

Aquí mostramos la cuenta y el titular:

Consideraciones finales

Es conveniente saber que, en estos momentos, esto está ocurriendo en los ochomiles. No es un caso único: ni lo que ganan, ni el desprecio general por los HAPs, ni ciertas actitudes de clientes. Las cifras variarán de agencia en agencia, aunque no es de esperar que sea radicalmente mejor.

Cabe recordar lo que ocurrió hace un par de meses en el cuello de botella del K2, cuando numerosas personas, entre ellas Kristin Harila, pasaron por encima del cuerpo muerto de Mohammad Hassan, como si apenas fuera un obstáculo más que superar en el camino hacia su desarrollo y éxito personal. Signo de los tiempos.

Y es que, en general, como comentábamos la pasada en el artículo que publicamos sobre la boutade del Libro Guiness de los Récords de decidir quitar de la lista de personas con los 14 ochomiles a Reinhold Messner, Kukuctza, Juanito, Iñurra, Edurne, Gerline, entre otras, la situación en los ochomiles empieza a ser insostenible.

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