Se confirman las peores noticias: tras conseguir junto a Marek Holecek la 1ª escalada a la este del Langtang Lirung, Huserka fallece durante el descenso.
Ondrej Huserka fallece en el Langtang Lirung. Foto: Marek Holecek
Era el 6º día en la montaña, y Marek Holecek y Ondrej Huserka ya se encontraban en el descenso tras conseguir la primera escalada histórica de la gran muralla este del Langtang Lirung, 7.234m. Si los 5 días de escalada habían sido duros, no parecía más sencillo el descenso, a través de un glaciar roto y decenas de rápeles.
Dejó de haber noticias, y no era buena señal. Llevaban teléfono satélite y todas las noches, desde el vivac, daban breve cuenta de lo acontecido. Al final, se cumplieron los peores presagios, y Marek Holecek anunciaba el fallecimiento de Ondrej Huserka durante la bajada.
“El 31 de octubre, el 6º día, más o menos a las 4 de la tarde, estaba rapelando de un abalakov, y Ondrej bajaba detrás de mi. Pero lo que estuvo bien para mí para él resultó fatal. El túnel del abalakov cedió, y cayó en una grieta. Primero se golpeó con una superficie angulosa tras una caída de 8 metros, después continuó bajando por un laberinto hasta las entrañas del glaciar. Conseguí bajar junto a él, y permanecí con él 4 horas hasta que su luz se apagó”, afirma Holecek.
En esas 4 horas no permaneció impasible. Tras muchos esfuerzos consiguió liberarlo, solo para comprobar que se había dañado la médula y estaba inmóvil de brazos y piernas. Muy poco después falleció.
Durante estos días, desde que la primera noticia del accidente llegó, se intentó realizar un rescate. Pero Marek afirma que “ninguna operación de rescate puede revivir a quien ya no puede respirar más. Desinformaciones del tipo “salvemos a Ondrej” no tienen sentido. Cualquiera que participara en la recuperación de su cuerpo en un lugar salvaje como ése solo se arriesga a una cosa: aumentar el duelo”. También quiere agradecer a la agencia 14 Summits y a François Cazzanelli, que se encontraba en la zona, por lanzar en cuanto conocieron lo sucedido el rescate. “Los helicópteros volaron, oí drones. Pero nada podía cambiar lo ocurrido”.
9 días después de abandonarla, solo, Marek Holecek regresaba “como si fuera un fantasma” a la aldea de Kyangin Gompa, en el valle de Langtang. “Al menos así parecí a tantos ojos ansiosos que me esperaban. A mi alrededor, caras familiares de todos los rincones del mundo. Su simpatía era genuina, y sus rostros reflejaban alegría teñida de lágrimas”.
Deja tu comentario
Sé el primero en comentar este artículo.