Paul Pritchard sigue en la brecha: de Lhasa a Katmandú en su trike

Muchos recordaréis a Paul Pritchard. Hace ya 10 años publicamos su libro Totem Pole. Paul era uno de los mejores escaladores británicos en la época de los últimos 80 y los 90. Pero escalando en el Totem Pole, en Tasmania, sufrió un accidente que lo dejó paralizado. No iba a poder andar, ni moverse, ni razonar. Eso dijeron los médicos. Evidentemente, no conocían a Paul. Ahora, junto a Carol Hurst, intenta recorrer los 1100km entre Lhasa y Katmandú con su bicicleta adaptada

Esta mañana nos hemos llevado una grata sorpresa al abrir el correo: ¡un mail de Paul Pritchard!

Muchos le recordaréis. Paul era uno de los mejores escaladores de la escuela británica en los 80 y 90. Pero en 1998 su vida cambió radicalmente. Estaba en plena realización de uno de sus sueños: un viaje de 1 año a través del mundo escalando en los lugares más representativos del planeta, y era el turno de Australia. Mientras rapelaba en el Totem Pole, una piedra que se desprendió le alcanzó la cabeza, provocándole graves daños cerebrales. Los médicos pensaron que no sobreviviría. Luego pensaron que no podría moverse ni hablar ni razonar. Pero no conocían a Paul.

Todo esto lo narró en su libro Totem Pole, que Barrabes editó en castellano hace ya 1 década. En todo este tiempo, Pritchard ha continuado avanzando en su recuperación. Sigue teniendo una hemiplejia que le impide mover la parte derecha del cuerpo, aunque ha recuperado la posibilidad de andar no muy largas distancias, como podéis ver en el video. Incluso ha conseguido alcanzar la cima del Kilimajaro.

Su nuevo proyecto consiste en el rodaje de una película en Tíbet, mientras con su triciclo y en compañía de la también discapacitada Carol Hurst intentan recorrer en 36 días los 1100km y 8 puertos (3 de ellos por encima de 5300m) que hay entre Lhasa y Katmandú, visitando el campo base del Everest. Quieren grabar su proyecto para mostrar en una película -que rodarían los realizadores Sharyn y Chris Jones- la aventura, pero sobre todo por animar a otras personas en su situación (y sin ella) a superarse.

También tienen un objetivo: mostrar a los tibetanos la normalidad de la discapacidad. Según su cultura, si alguien está discapacitado o es invidente, es porque en una vida pasada hizo algo malo y está pagando por ello según su karma, lo que en muchas ocasiones les supone exclusión y culpa. Pretenden mostrar a los habitantes de los altiplanos del Himalaya otra forma de ver esta situación.

Para rodar el proyecto necesitan 8000 dolares. Han elegido una de las nuevas formas de patrocinio que han nacido en los últimos tiempos por internet. Son las ya famosas páginas en donde la gente presenta sus proyectos creativos, los cuantifica, y se abren las donaciones. Están quedan en suspenso y no tienen lugar a no ser que el proyecto salga adelante, y para ello tiene que recaudarse el 100% de lo necesario; en caso contrario, el proyecto se abandona, y no ha habido ningún intercambio económico. Y a cambio, si el proyecto llega a buen puerto, el creador del mismo da algo a cambio del patrocinio, que dependiendo de la cantidad donada será una cosa u otra. La cantidad mínima que se puede donar es de un dólar.

Más información sobre el proyecto, video de Paul explicándolo con imágenes con su trike, y donaciones, en:
http://www.kickstarter.com/projects/424152792/trikes-on-the-roof-of-the-world?ref=live


Paul Pritchard: de Lhasa a Katmandú con su trike


Paul con su triciclo

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