Priti y Jeff Wright, de vuelta a intentar la 1ª al K7 central, Karakorum

Después de haber conseguido abrir 2 vías en alpino en sus inexploradas paredes, quedándose a 100 metros de cumbre, el matrimonio formado por Priti y Jeff Wright vuelven al K7 central, en el Karakorum, para intentar la primera cima histórica a la montaña.

Jeff y Priti Wright, de vuelta al K7. Foto: The Alpine VagabondsJeff y Priti Wright, de vuelta al K7. Foto: The Alpine Vagabonds

Jeff y Priti Wright, “los vagabundos alpinos”, son un matrimonio alpinista amantes del estilo alpino, valga la redundancia. Lejos de los grandes focos, en busca de la dificultad por las montañas del planeta, en los últimos años han centrado su actividad en el Karakorum. Concretamente en los macizos del K6 y el K7.

En octubre de 2020 reportaron la 1ª cima histórica al K6 central (7.100m) y la 1ª al K6 oeste (7.068m). Y el pasado año, en el verano de 2023, consiguieron algunas primeras en el K7 central que, a pesar de no llegar a los 7.000m (6.958m) es probablemente el pico más complejo de toda la cadena.

Concretamente consiguieron las primeras escaladas de la cara norte y este del K7 central. Tan remotas y complejas que también fueron las primeras personas en pisar su glaciar, a 6.400m. Como siempre, las escaladas fueron en estilo alpino, por terreno totalmente virgen tanto en ascenso como en descenso, también fueron los primeros en alcanzar el collado entre la cima central y la principal.

Hasta tal punto es complicado que ya no es que fueran los primeros en abrir en esas caras: también fueron las primeras personas en pisar su glaciar, a 6.400m.

Jeff y Priti Wright, escalando en el K7. Foto: The Alpine VagabondsJeff y Priti Wright, escalando en el K7. Foto: The Alpine Vagabonds

Sin embargo, a pesar de los 10 días de esfuerzo, no consiguieron alcanzar la cumbre del K7 central, que permaneció inescalado. La fisura terminó, y Jeff sufrió 2 caídas en una placa húmeda y vertical, que tuvo que afrontar con botas y no con pies de gato, por lo que decidieron descender desde el final de la vía, a 100 metros de cumbre.

Una vía, en la que tuvieron que escalar largos muy técnicos por encima de 6.500m (2.000m, AI4+ M5 5.9 C2), con un descenso muy peligroso, a través del corredor central, cargado de seracs amenazantes, con avalanchas y zonas interminables de grietas. “Nos permitió descender 2.000m de desnivel en un día, regresando al campo base, pero es por buenas razones que nunca nadie lo había escalado o bajado”, afirmaron una vez sanos y salvos.

Al descender, tras lo vivido, aseguraron que no volverían a esa montaña. Pero les duró poco la actitud negativa: pronto comenzaron a hacer de nuevo planes y, ahora, ya están listos para regresar al K7. Este año esperan poder conseguir la ansiada cumbre. “Después de entrenar y revivir en nuestras mentes el lugar exacto en la placa extraplomada de granito en el que nos tuvimos que dar la vuelta, estamos listos para intentarlo de nuevo. Y listos para llegar a cima”.

Y por si queréis ver lo que son aquellas agujas, aquí tenéis el vídeo de su actividad de 2020.

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