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Parque Natural Posets-Maladeta. El paraíso de la fotografía de montaña en los Pirineos

El alpinista y fotógrafo Javier Camacho Gimeno nos ofrece una guía de los mejores lugares para fotografiar en el valle de Benasque.

Vista al amanecer del rey de los Pirineos, el Aneto, desde la Maladeta. Foto: Javier Camacho
Vista al amanecer del rey de los Pirineos, el Aneto, desde la Maladeta. Foto: Javier Camacho

Fotografía en el Parque Natural Posets-Maladeta

Texto y fotos: Javier Camacho Gimeno

Los Pirineos son las montañas que me vieron crecer. Siempre con una cámara fotográfica en la mochila, llevo más de 40 años recorriéndolos, ascendiendo sus bellas cumbres y guardando muchos de los increíbles momentos que me ha regalado la naturaleza. Con ello intento mostrar su belleza a los demás, intentando sensibilizar sobre su importancia y, porque solo se protege lo que se conoce y se ama, crear conciencia de la necesaria preservación de estos frágiles ecosistemas para las generaciones futuras.

El Parque Natural Posets-Maladeta guarda varios de los paisajes más espectaculares de todos los Pirineos. Allí descansan los reyes de la cordillera, el Aneto y el Posets, junto con un montón de montañas más por encima y por debajo de los 3000m.

Desde el punto de vista fotográfico, como no podía ser de otra manera, este espacio natural protegido desde el 23 de Junio de 1994 esconde unos cuantos "tesoros" que voy a tratar de compartir con tod@s vosotr@s.

Aigualluts

Posiblemente, dado su fácil acceso, el lugar más visitado del Parque, y desde el que se obtiene una vista verdaderamente impresionante del Rey, del Aneto, que con sus 3404 m es la montaña más alta de los Pirineos, es el Plan de Aigu cuyas aguas desaparecen misteriosamente en la Sima de Forau de Aigualluts.

Desde las aguas de este bello salto se puede ver a lo lejos la cumbre del Aneto, y el mejor momento para fotografiarlo es al amanecer, cuando las dulces y leves luces de la mañana acarician la punta de su cumbre.

Vista de la cascada de Aigualluts con el Aneto al fondo iluminado por las primeras luces del amanecer
Vista de la cascada de Igualluts con el Aneto al fondo iluminado por las primeras luces del amanecer
Además de esta increíble cascada, un poquito más arriba, en el denominado Plan de Aigualluts, se encuentra un llano donde el río transcurre remansado formando un meandro con bellas curvas donde se bañan, en días sin viento, los reflejos del Aneto y la Tuca de Aigualluts, formando maravillosos momentos que podemos inmortalizar con nuestra cámara.
Plan de Aigualluts vestido de gala con sus colores primaverales.
Plan de Aigualluts vestido de gala con sus colores primaverales.
Con respecto a la mejor época para hacer fotos en estas localizaciones, habrá muchas opiniones. En primavera, el Plan de Aigualluts se viste con sus mejores galas, llena de preciosas flores que le dan un colorido especial al lugar, pero para mi gusto baja demasiada agua, sobre todo en la cascada, lo que hace que esta se aprecie como una gran masa blanca.

Por eso prefiero finales de otoño, cuando ya han caído las primeras nevadas sobre las cumbres y baja poca agua por la cascada, permitiendo captarla de una forma más sutil, e incluso con formaciones de hielo. Además, los días son más claros, no hay calima y la luz es más especial.

El invierno también es una época que me gusta para hacer fotos en este lugar. En la estación blanca, el Plan de Aigualluts se convierte en un paraíso helado. Eso sí: solo podrán acceder hasta él quienes tengan experiencia en montaña invernal…o contraten un guía que les lleve hasta allí con las raquetas de nieve.

Plan de Aigualluts una noche estrellada de invierno.
Plan de Aigualluts una noche estrellada de invierno.

Ibón de la Renclusa

Otro localización cercana y con un encanto especial es el ibón de la Renclusa y unos meandros que se forman en el barranco del Alba.

Al amanecer, en el ibón de la Renclusa podemos fotografiar los reflejos de los picos que conforman las Maladetas y el Alba. Posiblemente la mejor época sea la primavera, cuando el deshielo colma el ibón y todavía quedan neveros en la parte alta de las montañas.
Reflejo de las cumbres de la Maladetas y el Alba
Reflejo de las cumbres de la Maladetas y el Alba

Barranco del Alba

Sobre el arroyo que baja por el Barranco del Alba, no muy lejos del Refugio de la Renclusa, en una zona donde el valle pierde inclinación se forma un remanso de agua con bellos meandros. Allí se refleja al amanecer la bella y esculpida estampa del pico Paderna.

A mí me gusta fotografiarlo en otoño, con las primeras nieves y hielos.

Reflejo de la Tuca de Paderna un amanecer de otoño
Reflejo de la Tuca de Paderna un amanecer de otoño

Ibón de Villamuerta e ibones de la zona de Salvaguardia

Uno de los lugares con mejores vistas de todo el Parque, por la panorámica de picos que ofrece, es la zona del Salvaguardia, cumbre de 2736m que se ha convertido en una de las cimas preferidas para los montañeros que visitan el valle de Benasque.

En el camino de acceso a su cima se sitúan estos bellos lagos y charcas, donde se reflejan en una increíble estampa todos los picos del macizo de Aneto-Maladetas.

Aneto-Maladetas desde la zona del Saavaguardia
Aneto-Maladetas desde la zona del Salvaguardia
La mejor época para fotografíar el lugar es avanzada la Primavera, cuando la mayor parte de la nieve se ha retirado formando multitud de charcas y pequeños lagos, aunque en invierno también ofrece una bella foto, con la magia del frío y de todo el macizo arropado por un manto de blanca nieve. De nuevo hay que recalcar que, en invierno, es una ascensión solo al alcance de alpinistas expertos. En caso de duda, contrata un guía.

Ibones de Batisielles

En el valle de Estós encontraremos algunas de las estampas más puramente pirenaicas que podemos descubrir. Como la que forman el Ibonet de Batisielles y el de Escarpinosa. En el pequeño Ibonet de Batisielles se reflejan las Tucas de Ixeia y las agujas de Perramó al amanecer en un idílico paisaje entre pinos sobre los que se elevan las cumbres.
Via Láctea sobre las Tucas de Ixeia en el Ibonet de Batisielles
Via Láctea sobre las Tucas de Ixeia en el Ibonet de Batisielles
En el cercano Ibón de Batisielles se puede fotografiar, al atardecer o al amanecer, el reflejo de la mole del Pico Perdiguero de 3222 m de altitud, una bella instantánea. Un lugar donde el silencio solo es roto por los saltos de las truchas intentando cazar algún insecto sobre la fría y transparente agua.

Posiblemente la primavera sea el mejor momento para captar las luces y reflejos de este bello rincón del Valle de Estos en Benasque, aunque en invierno también es un lugar precioso.

Frío amanecer sobre la gigante mole del Pico Perdiguero desde el Ibón de Batisielles.
Frío amanecer sobre la gigante mole del Pico Perdiguero desde el Ibón de Batisielles.

La importancia de la localización

Sin duda que existen multitud de lugares en este bello Parque Natural que no he nombrado y que son igual o más increíbles aún que los que aquí os he mencionado. Sobre gustos no hay nada escrito, pero estos ciertamente son verdaderamente espectaculares y os resultará un placer descubrirlos y disfrutarlos.

El alma de la fotografía de paisaje es elegir la localización. Una vez en el lugar, deberemos encontrar una composición equilibrada y atractiva siguiendo unas normas básicas, y sobre todo retratarla atrapando la magia de sus luces, fundamentalmente al amanecer o al atardecer.

El equipo

La elección del material fotográfico es un tema muy personal, pero desde mi larga experiencia os aconsejaría que utilizarais el equipo fotográfico que podías llevar siempre con vosotros. Es decir, el que destaque por su portabilidad, aquel que no te dejes en casa porque da pereza portearlo. Sino, es muy posible que, al ir a la montaña, decidas no cargar con un objetivo que pese mucho y que luego te vaya a hacer falta, perdiéndote la foto que querías hacer. De nada sirve un gran equipo si después lo dejamos en casa.

Además tiene que ser fiable para soportar las duras condiciones a las que nos podemos enfrentar como amantes de la naturaleza, y tiene que dar la calidad suficiente como para poder utilizar las fotos para todo: publicaciones, proyecciones, concursos etc.

o utilizo desde hace años el sistema micro cuatro tercios de Olympus, OMD Digital Solutions, que cumple los 3 requisitos: portabilidad, resistencia a las condiciones y calidad. Aconsejo una cámara como las OMD EM5 MK III o la OMD EM1 MKIII, y tres objetivos con los que cubrimos todas las distancias focales a las que nos podemos enfrentar: el nuevo gran angular Zuiko 8-25 mm PRO, que permite colocarle fácilmente filtros polarizadores o degradados neutros, para compensar el alto rango dinámico o diferencia de luces del paisaje al amanecer/atardecer, el Zuiko 12-45 PRO como zoom estardar, y el Zuiko 75-300 II como teleobjetivo.

Para mí el uso de filtros degradados en paisaje es imprescindible. Yo utilizo un sistema portafiltros de 100 mm de la marca Lucroit, un filtro Lucroit degradado suave 1.2 HQ, incluso a veces en combinación con un degradado 0,9.

El sistema de estabilización de los cuerpos Olympus, permite hacer fotos al amanecer/atardecer sin trípode, pero si voy a hacer fotos nocturnas suelo llevar un trípode ultraligero de carbono Tripster de la marca Benro, o el Angel Travel si quiero algo más de estabilidad, aunque pese un poco más.

La importancia de la preservación

Por último, recordaros que los ecosistemas de montaña son muy frágiles. Debemos dejarlos por lo menos exactamente igual que los hemos encontrado. El respeto a la naturaleza debe ser máximo.

Es nuestra obligación preservarlos para que los puedan disfrutar las generaciones venideras.

Amanecer sobre el macizo de las Maladetas y el Alba.
Amanecer sobre el macizo de las Maladetas y el Alba.

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