Seguridad en montaña ¿Conoces todos estos consejos básicos?

Nos hemos acostumbrado a salir tanto a la montaña que realizamos la preparación por inercia. Nunca nos ha pasado nada y a veces juzgamos las imprudencias de otras personas, pero ¿Planificas bien todas tus rutas? ¿Estás en plena forma para acabar tus actividades sin rozar el agotamiento? ¿Dispones del material y conoces las técnicas adecuadas para salir por tus medios de un incidente en montaña? Repasa este artículo para saber si te preparas adecuadamente para tus actividades en montaña.

Barrabes
Formación, prevención y auxilio. La base de la seguridad en montaña

Para quienes nos apasiona la montaña es fundamental que tengamos en cuenta ciertos aspectos de seguridad para que la experiencia de pasar nuestro tiempo de ocio en la montaña sea placentera y sin percances. Vamos a repasar por encima qué es lo que tenemos que hacer para que nuestra salida al monte termine sin incidentes, pero ya te podemos adelantar que el artículo que vas a leer se concreta en este consejo básico: Ser conscientes de nuestras capacidades, saberlas relacionar con las dificultades de la actividad y tener herramientas para prevenirlas y solucionar los imprevistos.

Además de estos consejos de seguridad que te vamos a dar tienes artículos específicos por disciplinas. Te recomendamos echar un vistazo a los artículos de seguridad en el material en escalada deportiva, consejos de seguridad para el descenso de barrancos y también el de material de seguridad en trail running, sin olvidar uno importantísimo: cómo preparar una excursión con niños. Esperamos que sean de tu interés.

El método 3x3 de seguridad en montaña

Se trata del método más utilizado por los guías para analizar la seguridad de la actividad. Fue desarrollado por el guía suizo Werner Munter a finales de siglo XX y valora tres aspectos (condiciones, terreno y grupo) en tres momentos diferentes (planificación, inicio y durante la actividad).

Las condiciones pueden ser aspectos muy generales como la meteorología o la cantidad y estado de la nieve; en el terreno entrarían factores como el desnivel, longitud de la ruta o tipo de suelo; respecto al factor humano, el grupo, valoraremos el nivel técnico, el nivel físico y la motivación.

Todos estos aspectos se prevén, se analizan justo antes de empezar la actividad y se deben de ir observando mientras estamos realizándola para continuar, adaptarla o buscar una alternativa. La correcta interpretación de todos estos factores en todos los momentos, permitirá una acertada estimación de las capacidades, los horarios y los riesgos objetivos de la actividad planeada.

Formación y evaluación de capacidades

En ocasiones los accidentes son fortuitos y parece que nada podía haberlo evitado. Sin embargo, la mayor parte de las veces se da una concatenación de circunstancias que deriva en incidente, lesión o muerte. Una insuficiente preparación física y una mala planificación de la ruta pueden conllevar cansancio, lesiones y extravíos que, por poner solo un ejemplo de concatenación, deriven en un retraso horario, que nos caiga la noche encima y que suframos de hipotermia. No es un caso nada extraño, cada semana nos toca ver casos similares a este.

Deberíamos ser humildes y reconocer que, quizás, no seríamos capaces de rescatar por nuestros propios medios a nuestro compañero o compañera que haya caído en la grieta de un glaciar, por poner solo un ejemplo. No pasa nada por esto, pero en ese caso tal vez no deberías realizar travesías por glaciares o deberías formarte adecuadamente antes de enfrentarte a este hipotético caso. Los ejemplos son incontables y los casos de solicitudes de rescates por causas parecidas también.

Es básico asumir que en cualquier actividad el nivel de exigencia lo marca la persona menos preparada del grupo y todo debe orientarse a que esa persona pueda finalizar en plenas condiciones. Actividades con niños, con gente que se inicia en la montaña o con un estado físico no muy bueno, deberían ser guiados por rutas fáciles y motivadoras, evitando en la medida de lo posible recorridos muy exigentes en lo físico y aburridos por falta de estímulos externos adecuados. Cascadas, pozas, bosques, lugares curiosos o paisajes impresionantes hacen más por la motivación del grupo que cualquier palabra de ánimo, pero la preparación física sigue siendo esencial.

Barrabes
Elegir un objetivo motivador ayuda al éxito de la actividad

Los clubes y muchas empresas y guías de montaña suelen ofrecer jornadas de formación además de las típicas salidas. Formarse en técnicas de montaña nos dota de una autonomía muy necesaria y sobre todo nos hace darnos cuenta de nuestras limitaciones. En no pocas ocasiones, no consideramos el peligro que corremos y las consecuencias de no tener preparación hasta que alguien más experto nos plantea la situación. Dejarse asesorar y saber escuchar a gente experta y válida nos previene de futuros problemas. Es importante también ser capaces de escoger adecuadamente a quienes tenemos como referentes y no dejarnos guiar por inexpertos o temerarios que posiblemente no tienen la capacidad de sacarnos de un apuro. En todo caso, actuar con prudencia es siempre uno de los mejores consejos que podemos dar desde aquí.

Deberías tener bastante asentada una base de conocimientos sobre orientación, así como un manejo fluido de mapa y brújula. Los modernos relojes y dispositivos GPS son tremendamente útiles, pero no desdeñes el uso de los instrumentos tradicionales de orientación porque, además de ser sencillos y económicos, son muy resistentes y no dependen de una batería que se nos puede agotar en el momento más inoportuno.

Barrabes
Mapa y brújula (y saber utilizarlos). Unos clásicos que no pasan de moda

Al igual que la formación en montaña, los cursos de primeros auxilios son de vital importancia cuando nos encontramos ante un accidente. En medios naturales en los que no hay cobertura y tienen difícil acceso como barrancos o cuevas, una intervención de urgencia antes de la llegada de los grupos de rescate es determinante para no agravar el estado de quien ha sufrido el accidente.

Prevención y previsión

Una vez que somos conscientes de nuestras capacidades y de nuestras limitaciones, conviene conocer lo más exactamente posible toda la información sobre la actividad: el itinerario, así como la dificultad, el estado y las condiciones de la ruta que vamos a realizar. Son tres elementos básicos a los que muchas veces no prestamos atención y nos permite elegir el equipamiento adecuado según nuestras capacidades y las condiciones que vamos a encontrar.

Información sobre la actividad

El itinerario, saber por dónde nos vamos a tener que mover, es un básico. No solo es esencial conocer por dónde vamos a tener que ir, sino saber de antemano en la medida de lo posible datos importantes como dónde podemos reponer agua, lugares adecuados para descansar u otros datos esenciales como la existencia de refugios o lugares de abrigo en caso de necesitar utilizarlos.

Conocer de antemano la dificultad de una excursión, de una ascensión, la graduación y compromiso de una vía de escalada o un barranco, así como la topografía de una cueva nos permite hacernos cargo de lo que vamos a encontrarnos y anticipar si somos capaces de realizar la actividad. 

En actividades como la escalada tradicional, espeleología o barranquismo saber llegar al pie de vía, la boca de la cueva o la entrada al descenso también es algo que no siempre es sencillo si se deja a la intuición y sucede lo mismo con los retornos. Además, manejar una reseña de calidad con un croquis detallado, conocer el estado del equipamiento y la ubicación de las instalaciones es básico si no queremos enfrentarnos a un peligroso e incierto embarque o a quedarnos cortos al estimar la longitud de un rápel.

No vamos a descubrir nada al decirte que es esencial consultar la previsión meteorológica. La llegada de lluvia es algo que afecta siempre al desarrollo de la actividad y la nieve además puede borrar las trazas de sendero, con lo que no se puede tomar a la ligera. Además, una jornada ventosa es incómoda y desapacible y puede ser peligrosa si no contamos con la ropa de abrigo adecuada, al igual que la niebla o las nubes bajas, que nos pueden poner en serios aprietos incluso en terrenos que creemos conocer muy bien.

Barrabes
Unas malas condiciones pueden complicar una ruta si no lo teníamos previsto

El estado de la ruta no se puede dejar a la improvisación. Caminos cortados, nevados o embarrados, peligros de aludes, vías de escalada prohibidas por nidificación, sueltas de caudal en presas que afectan a descensos de cañones... También la cantidad y estado de nieve y hielo en alpinismo y esquí de travesía, deshielo en los barrancos, equipamiento en las vías de escalada, etc. son parámetros que hace unas décadas era complicado de prever si no había nadie que hubiera estado recientemente y nos lo contara de primera mano. Hoy gracias a internet y a las redes sociales es fácil comunicar y preguntar las condiciones de una ruta o de un barranco desde casa.

Uno de los aspectos más importantes en la previsión es poder elegir nuestro propio equipamiento que vamos a llevar a la actividad. No se trata de llevar muchas cosas “por si acaso” ya que, a veces, el material de más nos pesa, nos incomoda y nos retrasa, sino de conseguir un equilibrio entre la cantidad de material que podríamos necesitar en caso de apuro y la ligereza que nos permite desarrollar la actividad sin cansancio ni retrasos horarios.

Hay material sumamente valioso en caso de necesidad que apenas pesa ni ocupa espacio, pero no siempre se lleva en nuestra mochila. Además del teléfono móvil que llevamos siempre con nosotros, en cualquier actividad de montaña deberíamos llevar un silbato, un frontal, una manta de rescate, un gorro, unos guantes, pastillas potabiliizadoras y algún gel energético por si sufrimos agotamiento. Son elementos que no aportan apenas peso ni quitan espacio y son la diferencia entre acabar una actividad de manera autónoma o tener que esperar a un rescate, de manera que deberíamos incluirlos en cualquier actividad que emprendamos.

Después de estos básicos, según la actividad deberemos ir añadiendo más elementos. Un pequeño botiquín con lo esencial, ropa de abrigo y protección solar. En caso de grupos grandes unos walky-talkies también nos vendrán bien para comunicar entre la cabeza y la cola del grupo. Es importante que comprobemos periódicamente que el material de seguridad que llevamos en la mochila se encuentre en perfecto estado, comprobando que los medicamentos del botiquín, las pastillas y los geles no están caducados yque el material electrónico como el reloj, el GPS, la frontal y los walkies tienen baterías.

Previsto todo lo anterior, solo queda comunicar a familiares o amigos nuestra actividad prevista, con horarios aproximados pero realistas y toda la información relevante que podamos aportar, como coche en el que vamos, lugar de aparcamiento, ruta exacta y posibles variantes y material del que disponemos. Si además nuestra actividad la vamos a realizar en solitario es indispensable que comuniquemos claramente por escrito todos estos datos, porque en caso de no poder pedir ayuda, al menos deberían poder localizarnos cuando nuestra ausencia sea preocupante.

Gobierno de Aragón
Modelo del Gobierno de Aragón para notificación de actividades

Auxilio

Llegado a este punto, es posible que lo hayas realizado todo de manera perfecta, con una preparación buena y una previsión excelente, pero haya pasado algo que haya complicado los planes del grupo. Una inoportuna lesión, un fallo en el track que nos ha extraviado, un despiste que nos ha hecho perder material esencial para continuar… la casuística en la montaña es tremendamente variada y nos puede empujar a una situación en la que no podamos continuar por nuestros medios.

También es posible que debamos auxiliar a otra persona u otro grupo en situación comprometida. En ese caso, el deber de auxilio prima sobre cualquier objetivo que nos hayamos planteado y tenemos la obligación ética y legal (artículo 195 del Código Penal en España) de prestar ayuda.

Hay intervenciones que podemos hacer fácilmente, como guiar a alguien por el camino correcto si lo conocemos o curar una pequeña herida si disponemos de los conocimientos y el material adecuado para hacerlo, pero ciertas intervenciones deberíamos dejarlas a profesionales si es que pueden esperar. En casos en los que no podamos ayudar a la recuperación, sí que podemos colaborar marcando claramente el lugar en el que se encuentra la persona accidentada, conociendo las señales internacionales de socorro como gestos o el código SOS en morse …---… que se puede realizar con iluminación o con sonido o sabiendo transmitir con precisión las coordenadas en las que se ubica la persona accidentada.

Es necesario también conocer el teléfono de los grupos de rescate que operan en la zona en la que estás o directamente llamar al 112 si te encuentras en la Unión Europea y que desde ahí te deriven al servicio correspondiente.

Barrabes
Llegado el caso, debes conocer los teléfonos de los equipos de rescate para no demorar la operación

Igualmente deberemos conocer la manera de actuar ante la llegada de un helicóptero, posición a adoptar y seguir las indicaciones de los rescatadores. También evitar dejar objetos ligeros sueltos como mantas de supervivencia que puedan ser absorbidos por los rotores del helicóptero.

Tienda web: www.barrabes.com
Tiendas Barrabes: Barcelona, Benasque, Jaca, Madrid O'Donnell, Madrid Ribera de Curtidores, Zaragoza.

Deja tu comentario

Sé el primero en comentar este artículo.