Recordando a Kazuya Hiraide. Una vida explorando lo desconocido
Como homenaje y memoria tras su desaparición, recuperamos la entrevista que en 2022 realizamos al 3 veces Piolet d’Or Kazuya Hiraide
Dentro de la serie sobre material ligero nos paramos a acampar en los sacos de dormir y en las tiendas de campaña para analizar cuáles son las mejores opciones en ligereza sin perder prestaciones para que nuestra travesía de varios días sea más cómoda.
En el artículo general que escribimos sobre material ligero y que nos sirvió de introducción a futuras temáticas como la que estamos abordando ahora, comentábamos la importancia de poder afrontar actividades más comprometidas simplemente reduciendo el peso y volumen del equipamiento que vamos a llevar.
Es en el material de acampada, en el que vamos a transportar con nosotros todo aquello necesario para pasar varios días, donde vamos a notar el mayor descenso del peso sobre nuestros hombros. Porque es ahí, sobre nuestros hombros, donde vamos a tener que acarrear lo necesario para poder dormir con comodidad en la montaña.
La diferencia entre preparar una mochila para una excursión en el día y preparar otra para travesía pasando una o varias noches es obvia. Cenar, dormir e iluminarnos son actividades necesarias para las que tenemos que estar preparados.
Travesías de varios días se han hecho desde tiempos inmemoriales, pero estaremos de acuerdo en que el transporte de la impedimenta es mucho más llevadero en los tiempos modernos que hace años cuando nos veíamos obligados a transportar voluminosas tiendas canadienses, pesados sacos de dormir y material de cocina mucho menos eficiente en la relación potencia / peso de lo que estamos acostumbrados hoy en día.
Y es que es aquí dónde está el secreto de ahorrar peso en las travesías de varios días: todo está relacionado entre sí. Llevando una tienda más ligera y menos voluminosa cuando está recogida, un saco fácilmente compresible y material de cocina compactable y eficiente, nos permite usar una mochila más pequeña y fácil de llevar. De este modo, el conjunto mochila – saco – tienda consigue rebajar de un modo muy notorio el peso global de la equipación y hacer más llevadera la actividad.
No cabe duda de que, en condiciones normales, un senderista ligero gasta menos energía que uno con material pesado, lo que le convierte en más ágil y más rápido. También es una ventaja llevar equipación menos pesada en situaciones delicadas como la de tener que vadear río o atravesar un pequeño nevero, así como la menor posibilidad de engancharnos con ramas en senderos boscosos.
Y no solo en la agilidad y la velocidad están las ventajas más reseñables en cuanto a ir en modo ligero cuando hacemos senderismo. La carga sobre nuestras articulaciones - tobillos y rodillas principalmente – y sobre nuestra espalda se ve drásticamente reducida y con ello el riesgo de lesiones.
Pero no toda la responsabilidad de realizar una actividad ligera está en el material. Preparar la logística adecuada en la que tengamos en cuenta muchas variables como conocer bien la previsión meteorológica, utilizar un refugio o tener agua cerca son acciones sencillas que, sin la necesidad de invertir en equipación nos puede ahorrar tiempo, dinero y disgustos.
No vamos a descubrir nada nuevo aquí al decir que en un buen descanso hay una parte muy importante de aprovechar bien el día siguiente. Escatimar en la colchoneta o en el saco de dormir para ahorrar unos euros o unos gramos de peso es una estrategia que rara vez sale bien. Lo mismo sucede con una tienda de campaña que por estrecha, inadecuada para la actividad o poco impermeable nos haga pasar mala noche.
Aunque hay modalidades para aligerar nuestra equipación de un modo muy extremo, nosotros te vamos a indicar aquí en qué características te tienes que fijar para hacerlo sin perder cualidades técnicas del material.
A día de hoy, y no parece que esto vaya a cambiar en un tiempo, la elección de un saco de dormir suele empezar por el tipo de relleno, teniendo que decantarnos entre la pluma y la fibra. Si no sabes todavía las diferencias, léete este artículo sobre los sacos de dormir y cómo elegirlos.
Para actividades ligeras, sobre el papel, la mejor elección sería la de un saco de plumas. Una capacidad aislante sin igual con un peso mínimo es todo lo deseable para ir con la menor carga y las mejores cualidades al monte.
Deberíamos ser cuidadosos hasta el extremo en su mantenimiento durante la actividad. Mojar un saco de plumas es uno de los peores desastres que nos pueden suceder en medio de una travesía con noche. La incapacidad de hinchado de un saco de plumón mojado lo convierte en un producto pesado, frío e inútil y con amplias posibilidades de echarlo a perder para siempre si no tenemos oportunidad de secarlo adecuadamente. Sobre los cuidados de los sacos y las prendas de plumas puedes echar un vistazo a este artículo en el que te explicamos cómo hacerlo de un modo correcto.
Tenemos que admitir que mojar un saco es prácticamente imposible si no es por accidente o por negligencia como transportarlo fuera de la mochila o en algún otro lugar no debido; el saco siempre está protegido dentro de la mochila durante el transporte o dentro de la tienda de campaña o la funda de vivac, por lo que teóricamente sería imposible que se moje.
Es importante saber, eso sí, que en el caso de una inoportuna raja en el tejido exterior del saco (por enganchón con filos o quemadura con el hornillo), las fibras sintéticas permanecen compactas sin salir al exterior, mientras que el plumón tiende a escaparse rápidamente del saco. Es por eso, que en condiciones duras de humedad o ante la posibilidad de dañar el material, un saco relleno de fibras de poliéster es bastante más resistente.
La respuesta tiene que ver con la actividad programada, con las condiciones meteorológicas y con la capacidad de tolerar el frío de quien vaya a dormir en el saco, pero entendemos que son variables difíciles de repetirse constantemente de modo que trataremos de establecer un estándar para actividades ligeras.
Hay una especie de acuerdo no escrito que establece que para actividades veraniegas en alta montaña un saco con temperatura límite de 0ºC es lo adecuado. Evidentemente las temperaturas en verano, como en todas las estaciones, son variables, pero el colectivo montañero está acostumbrado a manejar partes meteorológicos en los que la isoterma 0ºC (o isocero) es una variable habitualmente indicada.
Que en verano la isocero se encuentre a 3000 metros o a 4500 metros es un indicativo bastante exacto de las condiciones que nos podemos encontrar, por lo tanto si tenemos un saco con temperatura límite de 0ºC podemos intuir de un modo muy sencillo cómo de confortables vamos a pasar la noche.
Normalmente, en los mismos sacos de dormir ligeros vamos a encontrar bastantes, si no todas, de las características que vamos a nombrar, pero es conveniente que te cerciores de que es así para que no te encuentres con problemas:
Actualmente, para una temperatura límite de 0ºC encontramos sacos de fibra de menos de un kilogramo de peso y de unos 800 gramos para los sacos de pluma, pero conviene explicar que no solo en el saco de dormir está el secreto de dormir caliente: se pueden hacer ciertas combinaciones de materiales para lograr temperaturas correctas sin cargar con demasiado peso ni invertir demasiado dinero. Vamos a explicar otro material suplementario para añadir a nuestro saco de dormir:
Quien se haya salido alguna vez de su esterilla durmiendo en la montaña habrá recordado pronto la gran utilidad de este indispensable de nuestra equipación. La función del aislante es fundamental y doble: además de protegernos del frío y de la humedad, nos aporta comodidad. Sobre las características técnicas de los aislantes en montaña y sobre el valor R tienes toda la información haciendo click en el enlace.
Y la pregunta que nos hacemos habitualmente, cobra aquí más sentido: ¿siempre lo más ligero va a ser lo mejor? Desde la aparición de las modernas colchonetas hinchables y autohinchables, esta pregunta tiene una complicada respuesta.
Las esterillas clásicas de espuma de unos pocos milímetros que se transportan enrolladas tienen un peso muy bajo, pero el volumen recogidas no es particularmente pequeño y su valor R es de los peores de los aislantes de montaña. Por otro lado, las colchonetas hinchables, aunque más pesadas y más caras, se transportan en un volumen muy reducido y su comodidad y capacidad de aislamiento son las mejores.
Actualmente, existen esterillas de espuma mucho más eficientes para aislarnos del frío y bastante resistentes para ser utilizadas sobre terreno duro. Podemos utilizarlas solas o, si deseamos un extra de comodidad y aislamiento, combinadas con una colchoneta hinchable o autohinchable. Las ventajas de la colchonetas hinchables es un menor volumen recogidas y una excelente capacidad de aislamiento, pero tienden a ser más débiles en el contacto con rocas o filos, por lo que un pinchazo inoportuno nos puede dejar durmiendo sobre el suelo sin remedio. Es por eso que conviene prever esta circunstancia y poner una esterilla debajo o cerciorarnos de que la superficie debajo de la colchoneta no tiene filos.
De este modo, ¿elegimos mínimo peso o máximo confort? Como en tantas facetas de la vida, a veces en el término medio está la virtud y podemos escoger modelos que se adapten perfectamente a la actividad que vamos a realizar sin sufrir incomodidades ni sobrecargarnos de peso.
Habrá quien piense que un saco sábana es un artículo absurdo en una descripción de acampada en modo ligero. Teniendo un saco de calidad, ¿quién va a querer llevar otro producto para aumentar peso y espacio? La respuesta es que muchas veces, en la combinación de diversos elementos hacemos perfecto el conjunto.
Los sacos sábana saco se crearon con la función principal de evitar tener que lavar el saco, algo bastante laborioso sobre todo cuando el relleno es de pluma como te mostramos en este artículo, pero pronto se descubrieron otras funciones adicionales que resultaron muy útiles para nuestros intereses.
Fabricando el saco sábana en fibras de poliéster o de otro material aislante, además de las funciones higiénicas relatadas, conseguimos incrementar hasta 15ºC el rendimiento del saco. De este modo, tanto por el material utilizado en el saco sábana como por su grosor, logramos un equilibrio con el saco y la colchoneta utilizada para, aportando muy poco peso y volumen, conseguir un confort térmico adecuado.
A veces es mejor opción ahorrar peso en el saco y tener la alternativa de complementarlo con un saco sábana que mejore su rendimiento cuando las temperaturas sean bajas que optar por un saco de prestaciones superiores pero más pesado, más voluminoso y más caro. Con la combinación de saco ligero y saco sábana podemos tener un conjunto perfecto para temperaturas bastante bajas y utilizar el saco sin sábana cuando las temperaturas son más acordes a lo indicado por el saco. De todos modos, te recomendamos que no pruebes estas combinaciones en las peores condiciones hasta que no veas que eres capaz de soportar situaciones más benévolas.
Los sacos sábanas optimizadores de temperatura no suelen pesar más de 400 gramos y apenas ocupan un palmo de largo cuando están recogidos, además de lavarse muy fácilmente.
Para empezar, échale un vistazo, si no lo has hecho antes, al artículo sobre tiendas de campaña. En él analizamos construcción, materiales, usos y uno montón de cosas más.
La tienda de campaña es nuestro refugio transportable. Dentro de ella, dando por hecho su buena calidad, podemos descansar en medio de una tormenta y aislados del viento. Gracias a las modernas estructuras geodésicas (tipo iglú) o de tipo túnel, el espacio aprovechado es máximo y su montaje muy sencillo.
La aparición de las tiendas de campaña actuales dejaron a las antiguas tiendas canadienses, con pesadas estructuras y telas de lona, sin uso más allá de campamentos u otras actividades en las que la resistencia fuera una prioridad. Con el invento del domo se permitió aligerar enormemente la cantidad y el peso del material utilizado para las tiendas de campaña. Con dos varillas y dos telas de material muy ligero se montaba una habitación cómoda para pasar la noche, pero dentro de estos modelos y de las de túnel, las diferencias pueden ser sustanciales en el peso y el volumen utilizados.
Insistimos en esto: no todas las tiendas de campaña tipo iglú son iguales. Existen modelos de suelo de polietileno o varillas de fibra de vidrio que son muy económicas y útiles cuando vamos a acampar a poca distancia de donde lleguemos con nuestro vehículo, pero a la hora de transportarlas a cuestas no son útiles ni prácticas, además de ser poco duraderas.
Lo habitual es que la ligereza de una tienda de campaña dependa de tres factores: su capacidad, sus materiales y, en menor medida, su tipo de estructura. De este modo, cuantas menos personas sea capaz de albergar la tienda menor es su peso, al menos de un modo absoluto. Sin embargo, cuando analizamos en detalle las estrategias de transporte vemos que una tienda de personas puede ser dividida en tres piezas: varillas y piquetas, doble techo y habitación, con el consiguiente reparto de peso. Lo ideal sería que, repartido el material de la tienda ligera, el peso transportado por persona no superara el kilo. Sabemos que es complicado, estamos hablando de una media; lo que se trata es de intentar que una tienda de 3 personas nunca sobrepase los 3 kilogramos de peso y una de 2 no sobrepase los 2 kilos. En las individuales es más complicado esta regla, pero existen modelos que lo consiguen.
Respecto a los materiales, lo habitual es que las tiendas ligeras estén construidas en dos tipos de polímeros: poliéster o poliamida (nylon) para el doble techo y aluminio para las varillas, generalmente entre 8 y 9mm, aunque hay modelos con mayor grosor. Estos materiales permiten una gran resistencia tanto a la lluvia como al viento y no aportan demasiado peso. Evita por todos los medios las varillas de fibra de vidrio, cuya única ventaja es el precio, y los suelos de polietileno, muy resistentes pero extremadamente pesados y ruidosos.
Recientemente se están incorporando al mercado algunos modelos con varillas de fibra de carbono. El avance tecnológico ha permitido que la combinación de material balístico, fibra de carbono y una resina especial que une estos dos componentes, genere unas varillas con la flexibilidad del aluminio y la resistencia del carbono. Las varillas Syclone de Easton son por ahora las únicas del mercado en ofrecer estas características.
Al igual que te hemos dicho con los sacos de dormir, revisa cómo de compactada puede quedar la tienda de campaña una vez recogida. A veces el peso no lo es todo y conviene saber si vamos a poder transportarla dentro de la mochila de un modo cómodo. Aunque podamos dividir las diferentes piezas de la tienda entre los miembros de la andada, conviene tener claro que en caso de transportarla sin dividir y en su funda, la mayor parte de las veces el volumen es tan importante como el peso.
En cuanto a las exigencias de una tienda de campaña ligera, buscaremos una resistencia mínima de 3000 mm de columna de agua en suelo y de 1500 en el doble techo, aunque si queremos garantizarnos estar completamente secos en caso de fuertes tormentas deberíamos buscar valores algo más altos.
En un artículo sobre material ligero de acampada no puede faltar mencionar los elementos estrella de quien quiere ir más allá. La tienda de campaña es tremendamente útil, no se puede negar, pero también es el elemento que más peso aporta a la equipación. Es por eso que mucha gente opta, cuando no hay posibilidad de dormir a cubierto, por sustituir la tienda de campaña por otras alternativas:
La funda de vivac es la opción inexcusable si vamos a prescindir de tienda de campaña en condiciones no del todo favorables. La decisión de dejar tienda en casa suele tener que ver con aligerar peso hasta niveles extremos o con la determinación de dormir en cumbres o otros lugares donde clavar una tienda puede resultar imposible.
Las noches de verano en las altas cimas, aparte de una opción refrescante para evitar los efectos de la canícula, son una experiencia inolvidable. El problema es que suele ser complicado clavar la tienda en el duro suelo de la alta montaña contando, además, que si dormimos dentro de una tienda nos perdemos el espectáculo del cielo nocturno, principal aliciente de pasar una noche en una cumbre donde, con permiso de las nubes, no tenemos nada que nos tape la visión a la redonda del firmamento.
En caso de condiciones adecuadas, sin viento y sin humedad, el saco puede cumplir perfectamente su función, pero en el momento en el que el tiempo empeora será necesario protegernos de alguna manera. La funda de vivac consiste en un saco que va a colocarse cubriendo el propio saco de dormir. Con él evitamos la pérdida térmica que implica la existencia de viento o las serias incomodidades de sufrir la humedad de lluvia, rocío o humedad del ambiente o cuando dormimos sobre nieve y es posible que el saco salga de la colchoneta. Así pues, la funda de vivac permite que el saco trabaje en las condiciones óptimas sin viento ni agua.
Aunque existen modelos en membranas de sobrada reputación como Gore-Tex o similar, lo habitual es que, dado la gran cantidad de membrana que es necesaria para la confección de una funda de vivac y la escasa necesidad de transpirabilidad, las marcas opten por membranas propias para abaratar el precio. A veces el material utilizado ni siquiera es transpirable, lo cual no deja de tener sentido cuando lo que vamos a hacer en el saco es dormir, pero sí que se pueden dar circunstancias como temperatura ambiental alta con lluvia ligera en la que agradeceremos tener algo de transpirabilidad.
Normalmente el peso de las fundas de vivac es inferior a los 350 gramos en un volumen bastante aceptable para ser transportado en la mochila.
No podemos dejar de mencionar los tarps, literalmente “lona” en inglés. Este elemento, todavía algo exótico en nuestras latitudes, es una pieza indispensable en el backpacking de otros lugares, principalmente en Norteamérica, y es especialmente útil para personas que realizan las travesías en solitario, aunque también son útiles para complementar a una tienda de campaña o un pequeño cobijo utilizándolo como avance. Poco podemos aportar sobre los tarps a lo ya dicho en el artículo general sobre las tiendas de campaña, que te invitamos a releer.
Como limitaciones de los tarps, la principal es la de no proteger más que levemente en caso de viento o lluvia racheada, sin embargo en condiciones adecuadas la ventaja de peso y volumen es tan grande que un tarp se convierte en un aliado sorprendente en la estrategia fast&light.
La aparición de los frontales con iluminación LED (light-emitting diode, diodo emisor de luz) fue desterrando inexorablemente la luz comunitaria alimentada por gas, típica de las acampadas de hace años.
Hoy en día, los frontales LED proporcionan una cantidad de luz tan grande en relación a su tamaño y a su peso que no se plantea que se pueda utilizar algún otro equipamiento para la iluminación nocturna.
Para la actividad normal en nuestro lugar de acampada o incluso para caminar por senderos marcados un frontal de unos 100 lúmenes es suficiente ofreciendo un alcance visual aproximado de unos 40 metros y nos permite ser visibles a unos 700 metros en condiciones óptimas. Para este flujo lumínico de 100 lúmenes lo habitual es que ningún frontal supere los 100 gramos de peso y con un tamaño realmente pequeño; es cierto que existen frontales con el mismo peso, unos 100 gramos, que multiplican por 9 el flujo lumínico de los frontales más normales, pero el precio es bastante más alto y en estas actividades no necesitaremos tanta potencia de luz.
Los más fanáticos de la ligereza pueden optar por nuevas generaciones de frontales, que con unos 35 gramos de peso tienen 200 lúmenes, proporcionando más luz y reduciendo enormemente el peso de un frontal estándar.
Tienda web: www.barrabes.com
Tiendas Barrabes: Barcelona, Benasque, Jaca, Madrid O'Donnell, Madrid Ribera de Curtidores, Zaragoza.
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