El trineo de Juan Vallejo cae 30 metros por una grieta; consigue aguantar hasta que cortan las cuerdas

Actualizado 23 de noviembre, video del descenso a la grieta y recuperación del trineo. El trineo, que con su contenido alcanza los 170 kilos, quedó pendiente del arnés atado a la cintura del montañero. Vallejo logró aguantar este peso sin dejarse arrastrar por la pulka hasta que Iñurrategi y Zabalza pudieron cortar las cuerdas. Ha podido ser recuperado

Alberto Iñurrategi, Mikal Zabalza y, sobre todo, Juan Vallejo conocieron ayer de primera mano los riesgos (a veces ocultos) de una travesía antártica. Después de esperar a que el fuerte viento de jornadas anteriores amainara, abandonaron el improvisado refugio de hielo que construyeron el domingo para proteger la tienda que les cobija. Apenas habían recorrido un kilómetro (de nuevo con el viento en contra y en una superficie muy irregular) cuando el trineo que arrastra Vallejo caía en una de las grietas semiocultas de la superficie. 30 metros de cueva que pasaban completamente inadvertidos en una superficie llena de sastrugis.

El trineo, que con su contenido alcanza los 170 kilos, quedó pendiente del arnés atado a la cintura del montañero. Casi milagrosamente, Vallejo logró aguantar este peso sin dejarse arrastrar hasta que Iñurrategi y Zabalza cortaron la cuerda y dejaron caer el trineo. La gran preparación física de Vallejo, que, según relatan ya jocosamente sus compañeros, “tiene unos abdominales de Hércules”; los reflejos de Iñurrategi y Zabalza, el ir encordados y, por qué no decirlo, algo de suerte convirtieron este accidente en un “simple susto y un toque de atención”.

Los 3 montañeros tuvieron que descender al foso para vaciar el trineo y, en varios turnos, recuperar tanto el trineo (que, por fortuna, continúa de una pieza aunque algo magullado) y todo el material (víveres incluidos) que cargaban en él y que es imprescindible para continuar con la ruta trazada.

Pese a que las condiciones meterológicas han mejorado con respecto a las jornadas anteriores, las consecuencias de este mal tiempo se dejan notar en cada uno de los pasos que los tres montañeros de la expedición NATURGAS/BBK TRASANTARTIKA. No sólo por la intensidad del viento, que ha llegado a alcanzar los 100 kilómetros hora y les obligó hace dos días a detenerse e improvisar un muro de nieve tras el que guarecerse. La acción del viento sobre la nieve aún blanda ha llenado el suelo de sastrugis, esos surcos pronunciados que se están convirtiendo en un auténtico quebradero de cabeza y está reduciendo el ritmo con que atraviesan el continente helado.


Descendiendo a la grieta para recuperar la pulka y su contenido


Ascendiendo tras recuperar el trineo

Saliendo de la grieta

Sacando la pulka de la grieta

Las numerosas irregularides formadas por el viento ralentizan mucho su paso

Contra el viento y cuesta arriba



Deja tu comentario

Sé el primero en comentar este artículo.