Vídeo: L’Envol. Katherine Choong en Fly, 550m, 8c. Cuando escalar es como volar
Luchando contra el vacío y la dificultad en la 2ª vía más difícil de Suiza.
Iker y Eneko Pou, acompañados por Micher Quito, realizan con un vivac la primera escalada a la NE del Ranrapalca, 6.162m, abriendo la vía Ya Pe’ Cholo, 1.200m, 6b, 80º.
Poco tiempo después de que Eneko e Iker Pou regresaran de las Torres del Trango, en donde, con una apertura en el Trango II, daban por finalizado su proyecto de los 4 Elementos, ya anunciaban una nueva expedición. “Cuando, a través de The North Face, nos surgió la expedición a las Torres del Trango, estábamos felices, pero también preocupados por no poder volver a la Cordillera Blanca, y que alguien se nos adelantara en un proyecto muy importante para nuestra carrera”.
No ha sido así, y ahora anuncian la finalización de ese proyecto, que intentaron el año pasado y que por culpa de las condiciones no pudieron resolver satisfactoriamente. Se trata de la primera vía abierta en la gran muralla de la cara noroeste del Ranrapalca (6.162m). “La vimos por primera vez cuando junto a Micher Quito inauguramos en los Urus “Hanan Pacha” y “EMMOA”, que, por cierto, se ha convertido en un clásico de dificultad que este año acumula ya varias repeticiones internacionales”, afirman los hermanos alaveses. “La teníamos enfrente, al otro lado del valle, pero no teníamos claro que seríamos capaces de escalar algo tan largo, vertical y complejo a más de 6.000m de altura”.
De hecho, lo intentaron, pero ya muy desgastados tras dos meses de expedición, y con la ruta en malas condiciones por la falta de nieve, decidieron darse la vuelta. Pero la espina se les quedó clavada, y decidieron que volverían con esta pared como principal objetivo en mente.
Así que este año, nuevamente con el alpinista local Micher Quito, en dos jornadas de escalada, con vivac intermedio, han conseguido abrir “Ya Pe’ Cholo”, una dura ruta de 6b/80º/1.200m de longitud. “Ha sido una escalada dura, expuesta y muy larga”, afirman los vascos. “Dura, porque escalar una pared tan grande con 20 kilos a la espalda multiplica la dificultad. Expuesta, porque estando a final de temporada, y con el calor que ha hecho este año, los desprendimientos de piedras y hielo que caían a nuestro alrededor eran constantes. Y larga, porque con 900 metros de desnivel y más de 1.000m de recorrido, esta cara NO del Ranrapalca es una de las más grandes que hemos ascendido nunca”.
Destacan la perfecta sincronización con el escalador de Huaraza: “La temporada anterior ya comprobamos que nuestro amigo Micher tiene cualidades para ser uno de los mejores de la Cordillera: tranquilo, frío, fuerte, experimentado, humilde...es el compañero ideal para una escalada de esta envergadura. Lo demostró en las dos vías que abrimos en los Urus, pero sobre todo cuando inauguramos “One Push”, una apertura en la que todos fuimos al límite”.
Este año ha sido Eneko el que comenzó abriendo los 9 primeros largos, mientras Iker y Micher acarreaban gran parte del peso, en 13 horas de actividad ininterrumpidas, hasta que llegaron a la repisa que les iba a hacer las veces de hogar en esa noche de vivac. “Un lugar frío, incómodo y peligroso por las continuas caídas de piedras durante toda la noche. A más de 500 metros del suelo, suspendidos sobre un pequeño nido de águilas”.
Por la mañana sufrieron mucho en algunos largos de sexto grado, con el termómetro a varios grados bajo cero y con el peso de las mochilas a la espalda. “Fue una jornada en la que tocó liderar a Iker”, afirma Eneko, “hasta que ya muy cerca del plató somital pasó Micher de primero. Necesitábamos el relevo porque los dos íbamos muy desgastados. Encontramos varias grietas grandes en el plató que tuvimos que salvar vadeando o saltando sobre ellas. La ayuda de nuestro compañero peruano fue fundamental para no caer en ninguna. Él está acostumbrado a un terreno que nosotros no tenemos en casa”.
Finalmente, a las 16:15 llegaron a la cumbre, en medio de mucha emoción y alegría. Tras los abrazos de rigor, en menos de 15 minutos comenzaban el descenso. “Sabíamos que nos teníamos que mover rápido, porque nos venían varios rápeles verticales seguidos por un glaciar lleno de grietas espeluznantes”.
No se equivocaban, y en el último rápel rozaron la tragedia. “Un bloque de piedra enorme impactó sobre la cabeza de Eneko cuando rapelaba”, comenta Iker. “En un primer momento pensé que no lo había contado. El golpe fue brutal y, como no contestaba, temí lo peor. Se quedó colgando de la cuerda y Micher, que estaba más abajo, tuvo que bloquear el rápel para que no se deslizase al vacío. Fue un momento muy difícil hasta que por fin dio señales de vida”.
Se acabó recuperando, y consiguió seguir con el rápel por sus propios medios. “El accidente fue a las 17:30 y estuvo mucho tiempo en estado de shock. No podía venirse abajo porque todavía nos quedaban muchas horas de descenso”. Eran las 2:00am, en noche cerrada, cuando, después de atravesar un gran laberinto de grietas, lograron llegar al refugio-vivac no guardado Giordano Longoni, que forma parte de la red de refugios andinos de la Operación Matogrosso.
Los hermanos Pou consideran esta escalada como “brillante”, y una de las más significativas de su larga y extensa carrera. “Estamos muy contentos y orgullosos de seguir dejando nuestra impronta alrededor del planeta, sobre todo en un momento en que las nuevas generaciones se limitan únicamente a repetir vías, valorando únicamente los números.
Poder imaginar, idear y crear nuevos itinerarios vanguardistas nos permite ir más allá en la evolución del alpinismo, e intentar dejar un buen legado".
Artículos más recientes
Deja tu comentario
Sé el primero en comentar este artículo.