Si hace unos días habábamos de Dean “Harry” Potter, y su ascensión relámpago (y arriesgada) al Cerro Torre, parecía extraño que su compañero de correrías, Tim O’neill, no diese señales de vida. Por poco tiempo. Arcadi Seregin, miembro de la expedición rusa que estos días trata de llegar a la cumbre del Cerro Torre por la vía Maestrí (también conocida como ‘del Compresor’), ha publicado en www.risk.ru que, cuado llegaron al Campo Base del macizo, O´Neill ya había pasado por allí. El norteamericano ha ascendido en estilo ligero la Torre Egger, junto con el joven Nathan Martin como compañero de cordada. Esta aguja supone una escalada comprometida y exigente, hasta el punto de que ha sido ascendida muy pocas veces y sólo tiene cinco vías abiertas, ninguna de ellas en estilo alpino... hasta ahora.
O’Neill y Martin abrieron, además, una variante que une la vía italiana (un ED+ de la vertiente Este abierto por Bruno de Donnà y Guiliano Gionngo) y la vía ‘Titanic 87’ (A2, 6 a, 90º), hecha por los italianos Elio Orlandi y Mauricio Giarolli en el año que indica su nombre. La nueva variante comienza compartiendo los 10 largos iniciales con la ruta italiana, ocho largos nuevos ‘de enlace’, y suego sigue la ‘Titanic’ durante 14 largos más. En total, nada menos que 32 largos con dificultades de A2, 6b+ y WI IV (la WI es la graduación para escalada en hielo de fusión). La apertura en estilo alpino tubo que ser abortada en varias ocasiones debido al mal tiempo (esa característica tan propia de la Patagonia), pero al fin pudieron completarla, en dos días y medio de escalada (contando el vivac de los noruegos como salida y meta).
Opinión: el "doble o nada" de "Harry" Potter Cuando completó su ascenso al Cerro Torre en "solo" y en once horas, Dean Potter ya había tenido tiempo de hacer de las suyas en la zona: días antes había escalado el Fitz Roy por la Supercanaleta ¡en 6 horas y media! Naturalmente, sin asegurarse ni sacar la cuerda de la mochila más que para rapelar. Está claro que cada uno tiene su propia visión de la montaña y de la vida en general, pero el estilo de Potter y de algunos "seguidores" deja, como poco, una sensación de inquietud. Muchos dicen que está loco, la mayoría le auguran una vida más bien corta, los hay que arguyen que este tipo atenta contra las normas básicas del alpinismo. En realidad, es fácil que el debate derive hacia asuntos más profundos, casi religiosos o existenciales, sobre el derecho a valorar más o menos la propia vida, o a jugárselo todo a una carta. Lo cierto es que, pese al apodo que le han puesto los rusos, no creemos que Dean "Harry" Potter sea un brujo hechizos que le permitan volar, y el día que cometa un error escalando, probablemente será el último. Quizá su error lo cometió ya, cuando decidió por primera vez dejar la cuerda en la mochila (aunque tampoco es el único caso). Pero antes de caer -en desgracia, o al suelo-, puede machacar récords en cientos de paredes. Después de todo, cada vez que se juega a la ruleta rusa, hay una probabilidad de matarse, pero también hay cinco sobre seis de salir de una pieza y victorioso. Angela Benavides Esto es sólo la opinión de esta redactora. Para otros puntos de vista, nuestros foros os esperan con los brazos abiertos. |