Las contracciones musculares intensas provocan una disminución del aporte sanguÃneo al músculo, lo cual desarrolla un cierto grado de isquemia localizada. La reducción de O2 que se produce favorece, en consecuencia, la difusión de ciertas sustancias al espacio intersticial, algunas de las cuales son algésicas, al estimular directa e indirectamente, por el edema, las terminaciones nerviosas. Los receptores nerviosos del dolor provocan contracciones de carácter iónico de las fibras musculares afectadas, produciendo una nueva isquemia y la liberación de sustancias nocivas que realimenta el cÃrculo vicioso.
Esta teorÃa se apoya en los registros electromiográficos, en los que se observa una ausencia de relajación del músculo fatigado por el ejercicio, que mantiene un tono superior al basal y una disminución de la actividad contractil por el entrenamiento. Según esta teorÃa, el tipo de dolor es inmediato y directamente relacionado con la fatiga muscular.
Sabemos también que el movimiento pasivo de estiramiento muscular produce dolor, por lo que la presencia de una supuesta sustancia espasmodolorosa no es muy satisfactoria. Por otra parte, el tipo de contracción muscular que provoca mayor grado de molestia es la excéntrica y no la isométrica, que es la que mayor isquemia produce. Además, para presentar la lesión no es necesario realizar un ejercicio de gran intensidad capaz de llegar a originar una disminución del correcto aporte sanguÃneo al músculo.La temperatura elevada se acompañará de una alteración del elemento estructural del músculo con necrosis de las fibras musculares y rotura del tejido conectivo. Las terminaciones nerviosas III y IV se sabe, son sensibles a las temperaturas entre 38ºC y 48ºC, que se pueden alcanzar durante el ejercicio. Estas temperaturas son superiores en los ejercicios de carácter excéntrico que en los de carácter concéntrico.
Sin embargo, aunque pueda ser un factor coadyuvante en la aparición del DMPAT, no es su causa, pues no explica el hecho de que con la realización posterior de ejercicio disminuya el dolor en lugar de aumentarlo como, según esta teorÃa, deberÃa suceder.Según esta teorÃa existen dos fases en la aparición de la lesión: una inmediata y otra tardÃa.
En la fase inmediata, se produce una alteración de la fibra muscular con desorganización miofibrilar, disrupción y alargamiento de las lÃneas Z (alteración sarcolema), con la consiguiente aparición de hematÃes y mitocondrias en el espacio extravascular. Los exámenes con el microscopio electrónico confirman la existencia de roturas parciales intramusculares de las estructuras de unión de los elementos miosÃnicos y actÃnicos.
Después de esfuerzos intensos y poco habituales se detectarán roturas parciales de los discos Z hasta en el 30% de todas las fibras musculares solicitadas.Todas las investigaciones han demostrado la función especial que desempeña el trabajo muscular excéntrico que se considera como el tÃpico provocador de las agujetas.
La demora en la trasferencia de los procesos desarrollados en la zona de los discos Z de las fibras musculares a los receptores del dolor en el tejido conjuntivo muscular, explica porqué las molestias subjetivas de las agujetas aparecen casi siempre un dÃa después de efectuar el esfuerzo. Las lesiones en la zona de los discos Z se curan totalmente en el término de 6 a 8 dÃas.En la fase tardÃa, a partir de las 24 horas, la lesión se hace más evidente, apareciendo un infiltrado mononuclear fagocÃtico cuya misión es iniciar la recuperación del tejido destruido. Hay autores que no consideran una regeneración completa hasta las 2 semanas siguientes, manteniendo niveles inferiores de fuerza respecto al original hasta pasadas 3 ó 5 semanas.La lesión de la fibra muscular hace que se viertan al exterior una serie de enzimas intramusculares que nos orientan sobre el tipo y el grado de lesión producido, aunque éste no es directamente proporcional a la elevación en la concentración de estas enzimas. El aumento máximo de estas sustancias ocurre a las 18 ó 30 horas tras el ejercicio siendo las más importantes la creatinofosfocinosa y la lactodeshidrogenasa.Pero aquà se presenta uno de los hechos que últimamente van desechando esta teorÃa como única y válida: la destrucción muscular, medida por la creatinokinasa se revela en aumento o, al menos, en mantenimiento, durante 6 a 10 dÃas tras realizar el ejercicio, tiempo en el que el DMPAT ha desaparecido. Podemos decir que músculos que padecen DMPAT suelen padecer daño muscular pero, usualmente, no hay evidencia de que el daño muscular provoque exactamente el sÃndrome entendido por DMPAT. Por otro lado, apoya esta hipótesis el hecho de que el dolor muscular sea más intenso después de las contracciones de tipo excéntrico que de las concéntricas, e incluso que de las isométricas.Aparecida como última hipótesis y todavÃa en estudio, esta es la teorÃa que más aceptación tiene en la actualidad. TodavÃa en estudio, halla su punto más débil en uno de los hechos básicos en el DMPAT como es su extraña evolución temporal y en función de la actividad fÃsica posterior.
Apoyan esta hipótesis varios hechos:
El tipo de contracción excéntrica, que produce una elongación y contracción simultánea, conlleva una menor utilización de oxÃgeno y ATP para una misma carga de trabajo, por lo que será menor el número de fibras que deberán soportar una misma carga, y por lo que la tendencia a lesionar el tejido conectivo no contractil, sobre todo, será mayor.
Además, uno de los puntos tÃpicos de aparición de las agujetas es en la unión miotendinosa, donde tienen un papel importante las fascias y aponeurosis tanto intrÃnsecas como externas al propio músculo.Asà mismo, este hecho explicarÃa que la bradiquina, istaminas o protaglandinas entrarán en acción más tardÃamente en los nociceptores (receptores que transmiten sensaciones dolorosas) del interior del músculo, retrasando la aparición de la sensación dolorosa.De todas formas, los defensores de esta hipótesis apoyan el que el DMPAT sea una respuesta secundaria de este daño.Factores influyentes:
Cabe destacar en este aspecto la total aceptación del preponderante papel que tiene el carácter excéntrico de los principales ejercicios productores del DMPAT.Parece tener su importancia el hecho del alargamiento total del músculo y la velocidad con que éste se produce: cuanto más se alarga en la contracción y más deprisa lo hace, más se induce la aparición del DMPAT.
Por supuesto, factores como la magnitud de la carga, tanto en intensidad como en frecuencia y tiempo, son totalmente influyentes.Por último, el papel no probado, pero a mi parecer importante, de la alimentación e hidratación junto a factores más generales de carácter psicológico, hábitos de vida, el hecho de ser un individuo que lo padece por primera vez o no,... pueden ser factores que no esté de más tenerlos en cuenta a la hora de una posible prevención, punto importantÃsimo, como veremos más adelante, o incluso a la hora de plantear posibles terapias.
Asà mismo, si el problema es de tipo mecánico, se puede pensar en disipar la energÃa que lo produce (en excéntrico), de alguna manera, por ejemplo en el caso de la montaña, con un calzado correcto, ayudándonos de unos bastones de esquÃ, etc.