
Wilderness
Es difícil entender el wilderness para los habitantes de determinadas latitudes. Hasta el punto que, por ausencia real del mismo, se hace difícil encontrar la palabra que lo defina en castellano.El wilderness hace referencia a los lugares salvajes, inmensos y remotos. Aquellos que, como ocurre en Escandinavia, puedes tardar bastantes días en recorrer en plena naturaleza sin habitar, y en los que, en consecuencia, tienes que ser totalmente autosuficiente. Alaska, algunas zonas de Canadá, algunos lugares montañosos del interior de Estados Unidos, zonas de Andes y Patagonia, desiertos, Asia Central, Escandinavia, Siberia...son solo algunos de los más famosos wilderness del planeta.


Consejos sobre travesías por el wilderness
José Mijares conoce algunos de los mayores wilderness del planeta. Sus travesías son innumerables, algunas muy importantes, de más de 1 mes a través de Patagonia y los campos de hielo, o cuando cruzó junto a Lonchas la laponia invernal en 2 meses en solitario, o sus travesías árticas. Todas ellas le han dado un gran conocimiento de las travesías en autosuficiencia.
Así que, tras muchos artículos que hemos publicado sobre sus actividades, le hemos pedido si puede hacernos una pequeña guía de travesías en autosuficiencia de verano. Y aquí la tenéis.
TRAVESÍAS POR EL WILDERNESS. Por José Mijares
Allemannsretten. El derecho de acceso público a la naturaleza sin restricciones
En Escandinavia, el Allemannsretten es el derecho de acceso público a la naturaleza sin restricciones. Y esto incluye los terrenos privados. Lo único que exige la ley es un absoluto cuidado de la naturaleza y algunas normas sobre pernocta respetando una distancia sobre casas, etc.
Hay miles y miles de kilómetros balizados, infinidad de cabañas disponibles y todos los paisajes que puedas soñar. Necesitas vivir dos veces para acabártelo todo. Aquí lo difícil no es encontrar rutas, lo difícil es decidirse por una. Pero mejor aún es inventarse una. Diseñar un recorrido a la altura de tus deseos es algo fascinante y muy recomendable. Mucho más entretenido que seguir una huella trillada.

En este texto voy a explicaros como preparo mis rutas,cuando el paisaje sin nieve y hielo descubre una naturaleza amable y oportunidades para viajes anfibios en Laponia.
¡Espero que puedas trasladar algunas ideas al terreno donde tú te mueves!
Organizando el viaje
Mapas, GPS y preparación de rutas
Las rutas nacen mirando un mapa, no necesariamente en papel en estos tiempos. Ahora tienes todo digital y puedes tener acceso inmediato al mundo entero de un vistazo, empezar a planificar rutas para el futuro, volver sobre ellas una y otra vez hasta dejarlas pulidas, y entonces ponerte en marcha.A principio del verano, cuando todavía queda mucha nieve y hielo en las montañas, y lagos de Laponia, salgo de dudas mirando las fotos aéreas del Sentinel.
El mapa es una herramienta fundamental, pero saber leerlo es imprescindible. Interpretar un mapa te ayuda a comprender el terreno que te espera, intuir el material que necesitas llevar, y, lo que es más importante, te va a decir a qué velocidad podrás moverte por el terreno. Un mapa es un libro abierto con toda la información; tu trabajo es aprender el idioma.

Cuando se trata de rutas balizadas hay mucha información, un camino pisado, señales y posiblemente gente a tu alrededor, pero cuando la ruta la diseñas tú, todo son incógnitas. No es lo mismo seguir una huella pisada que abrirte camino por el bosque entre arboles desordenados, ni tampoco es igual llegar a una cabaña y tener cama y comida que ser autosuficiente.
Una vez pintada la ruta, estudiada a conciencia, haz una lista de waypoints y mételos en el GPS.
Generalmente me oriento con mapa y brújula a la vieja usanza, pero llevar algunos puntos claves metidos en él GPS facilitan la tarea y despejan dudas sobre el terreno. Se ahorra tiempo. Cuando me muevo por terreno alpino, llevar marcado el collado o la salida de un glaciar, puede ser una información muy valiosa. Subiendo por pedreras verticales, con escasa perspectiva del terreno, se hace difícil orientarse y a veces no sabes ni dónde estás ni dónde está el pequeño collado que buscas.

Equipo
A la hora de preparar el equipo, lo divido en campamento, ropa, navegación, orientación, comunicación y comida. Me gusta ir liviano, pero tampoco me peleo con la bascula hasta el absurdo. Donde puedo ahorrar peso lo hago, pero nunca escatimo en seguridad.Voy a empezar explicando la navegación. Porque en ella se encuentra una herramienta que me cambió la vida: el Packraft.

1. Packraft
Una herramienta fundamental para mí, desde hace años, ha sido el Packraft.Podemos imaginar lo que significa algo así si pensamos, por ejemplo, en lo que les ocurría a los pioneros que se adentraban en Alaska. Sin sendas, con una naturaleza y una vegetación desbordante, en muchas ocasiones no solo se veían frenados por los cursos acuáticos, sino que estos eran el único medio que tenían para continuar, debido a la imposibilidad de hacerlo por tierra.
¿Qué hacían entonces? Construían canoas.
El packraft es el equivalente moderno de estas canoas. Unos kayaks inflables, pero tremendamente resistentes y con grandes virtudes de navegación, para su peso y consistencia.








2. Ropa
La ropa es un capitulo importante. Si conoces bien tu equipo y tienes control de las temperaturas que te esperan en la ruta -sin olvidar que no es lo mismo +5ºC después de una ducha caliente y bien desayunado que caminando a la intemperie con viento y cansado, puedes ajustar de manera precisa la ropa que vas a necesitar.Es muy importante lo que acabo de contar. En casa siempre somos muy calurosos y nos parece que no necesitaremos tanto, pero la realidad es que el cansancio, el hambre y los días de marcha nos vuelven más sensibles al frio.

Acertar con la ropa, sin llevar ni de más ni de menos, es todo un arte. Salir mucho al monte y anotar después, a modo de resumen, la ropa que has llevado, el saco, las condiciones que te has encontrado y como te has sentido, te va a ayudar en futuras salidas. Aunque debes saber que hay veces que, con él mismo equipo, unas veces pasas calor y otras frio, no es una ciencia exacta.
La lana merina es mi opción desde hace muchos años como primera capa. Calcetines, mallas, camiseta, balaclava, a la que sumo como segunda capa un pantalón y chaqueta ligeros de goretex.

Generalmente la chaqueta ligera de plumas me la enrosco a los pies dentro del saco de dormir, para tenerlos siempre calientes. De esa manera consigo también tener la chaqueta caliente cuando me la pongo al salir del saco. Un gorro siempre va en mi equipo e incluso un sombrero impermeable con mosquitero incorporado. En Laponia, en pleno verano, los mosquitos pueden ser un martirio.
3. Calzado
En los viajes anfibios siempre llevo unas botas de goma con caña de neopreno, un calzado que se usa mucho en Noruega para ir de pesca. Son botas con aislante térmico, extremadamente cómodas y por supuesto impermeables. La caña de neopreno resulta fundamental para caminar. Nunca provocan rozaduras y cuando te acostumbras a ellas no quieres volver a las botas tradicionales.Ademas, en los países lluviosos hay inmensas zonas de fango y turba y resulta inevitable acabar mojado si vas con botas normales o zapatillas. Si viajas con el Packraft, muchas veces te ves obligado a caminar por el cauce del rio arrastrándolo, y con estas botas de goma el problema queda resuelto.
4. Mochila
Como mochila, uso una de cuben, un material que descubrí cuando empecé a interesarme por materiales ligeros. Un material muy usado por la parroquia de Packrafters. Es bastante caro y en general muy desconocido, pero su extrema ligereza y resistencia compensa el precio. Puedo asegurar que funciona muy bien y no son nada frágiles, a pesar de la incredulidad del personal cuando las ve por primera vez.Desde hace ya muchos años todo el equipo lo llevo en bolsas estancas, no solo por el tema de navegar y los posibles naufragios, (no hay mochila que sea totalmente impermeable), sino también para organizar el equipo.
Las llevo de diferentes colores y de esa manera tengo el equipo perfectamente localizado y a prueba de diluvios.
5. Tienda de campaña
La tienda de campaña también es de cuben, es piramidal y se monta con el remo o los bastones de trekking. A menudo se olvida que las tiendas de campaña que se usaban hace más de un siglo eran precisamente piramidales y con ellas avanzaron por la llanura antártica, que no es precisamente un lugar de clima amable.

A veces puedes llevar la tienda y el toldo y de esa manera conseguir un campamento de lujo. Esta combinación la he usado mucho en Patagonia, y el toldo servía como tejado para las lluvias torrenciales.

6. Saco de dormir
Como saco para el verano prefiero uno muy ligero de plumas, o un quilt, que es una especie de saco sin la parte de abajo (es decir, como un edredón con forma de saco, sin la parte que toca al suelo), lo que aligera significativamente el peso. Es un material muy usado por los que salen al monte en plan muy minimalista.

7. Orientación
Para la orientación siempre un mapa, pero no de papel, hay que comprar los de plástico. No deja de sorprenderme que se vendan mapas de papel para ser usados en la naturaleza. Yo solo llevo papel si no encuentro de plástico y, si es de papel, uso uno de esos sobres plásticos que están pensados para meter el mapa dentro y que no acabe hecho trizas.El mapa, una brújula y un GPS con los waypoints metidos es suficiente.
8. Material de Seguridad
En travesías en solitario es fundamental poder contactar en caso de problemas. Llevo un teléfono, que empleo si hay cobertura, y un inreach mini de garmin para cuando no hay y necesito mandar un mensaje.Si me voy a un lugar más remoto, necesito añadir un teléfono satélite, baterías, cargadores y una baliza de emergencia.
9. Cocina y alimentación
La comida es un capitulo importante, al menos para mí. No es solo la gasolina que necesitas para moverte, puede ser fuente de felicidad si la elección es buena y dar mucha pena cuando la comida es insípida o aburrida.Normalmente lo que hago es usar una bascula y pesar todo lo que llevo, teniendo en cuenta un numero mínimo de calorías y un numero máximo de peso. Para una ruta estival de una semana, puedo apañarme con2.500 kcal y 600 gramos día.
Desayuno 200 gramos de cereales con azúcar y un poco de café. La comida de la marcha pueden ser 75 gramos de algún fruto seco salado, por ejemplo maíz o cacahuetes y 75 gramos de dulce, que en mi caso es chocolate con leche, pero puede ser alguna barrita de cereales, fruta deshidratada, etc.

No me olvido de llevar algo de postre; unas pocas galletas, unas onzas de chocolate negro y un café rematan una cena perfecta. Si me organizo bien, puedo conseguir más de 2000 kcal y un peso que ronda los 600 gramos. Como dieta estival para una semana es justa, pero razonable. Normalmente la semana antes de irme no me privo de nada, así que pasar algo de hambre no se hace tan duro.
Para calentar el agua o fundir nieve, necesitas llevar un quemador. Los modernos sistemas de hornillos integrados, tipo Jetboil, son aparatos simples que muchos hemos incorporado a nuestro equipo. Funcionan muy bien, y con muy poco peso llevamos hornillo y cazo.

Muchas veces la pregunta que se hace uno es: cuánto gas necesito. Hoy en día la eficacia de los modernos hornillos es altísima, y en verano, con temperaturas alrededor de +5ºC y siempre que la garrafa de gas esté templada, con un par de minutos es suficiente para calentar agua.
No necesitas que hierva para tomarte una bebida caliente o añadirla al sobre liofilizado. Pero si quieres que hierva asegúrate de apagar el gas al instante de hervir y no dejar que hierva a lo loco tirando gas mientras estas subiendo fotos a Facebook…
Si la garrafa de gas está templada, funciona mejor. Si está fría, lo mejor es calentarla un poco antes de usarla. Yo la meto dentro del saco de dormir para pasar la noche o dentro de la chaqueta antes de hacer la cena. Con 20 gramos de gas al día puedes tener gas suficiente para calentar el café del desayuno y el agua para el liofilizado o el puré de patatas de la cena.
Usando el gas a discreción, parando para beber un café calentito a mitad del día o incluso derretir nieve, nunca he gastado más de 40 gramos al día. En una ocasión llegué a usar una de esas garrafas pequeñas de 100 gramos para una travesía de 9 días. Estas cosas se van aprendiendo con el uso, pero un buen truco es pesar la garrafa de gas al regreso y así saber cuánto gas has usado exactamente.
Si en tu travesía vas a pasar alguna noche en cabaña con cocina, ese gas te lo ahorras o si puedes hacer un fuego en algún punto del recorrido, también es gas que te vas a ahorrar. En Laponia, como se puede encender un fuego en todas partes sé que nunca voy a quedarme tirado. Hay veces que enciendo un fuego pequeño para asar unas salchichas y ahí mismo caliento el agua.
10. Kit multiuso
Otra pieza fundamental cuando vas por lugares sin infraestructura es llevar un kit de reparaciones. Los Packraft se pueden pinchar, las tiendas romper, igual que la ropa.Dentro del Kit llevo cinta adhesiva para reparar el Packraft, aguas e hilo para coser lo que sea necesario, unos pequeños alicates y si en el equipo llevo algo que necesito atornillar, llevo la pieza exacta para esa reparación.
Normalmente cuando es invierno y voy con esquíes y pulka, el kit de reparación es más surtido, y cuando voy en plan minimalista y es verano mi mayor preocupación es llevar material para coser la tienda o parchear el Packraft. Un poco de cordino siempre da mucho juego, aunque sea para hacer un tendedero entre dos arboles y secar la ropa.

Nuestros amigos de 4 patas
Durante 10 años he viajado con Lonchas, y en ese caso él llevaba siempre sus alforjas o pulka cargando su propia comida y botiquín.




José Mijares