Las épocas de crisis suelen venir acompañadas por re-descubrimientos de lo higiénico y saludable. Cuando todo va veloz, siempre se busca el más: más lejos, más alto, más grande, más repercusión, mayor gloria...y así hasta caer en el tópico. Una carrera que, como ocurre con la sociedad en general, se ve bruscamente frenada, a veces de forma traumática, por la explosión de la burbuja. Y no nos engañemos: también ha habido burbuja alpinística. Pensemos en lo que ha ocurrido en los ochomiles, sin entrar en mayores discusiones.
Y esa vuelta a lo higiénico y saludable puede traducirse en actividades que, si bien no marcarán la historia del alpinismo, sí que son bonitas, higiénicas y saludables. Pequeñas y hermosas. Pero cuidado: para nada exentas de valor y esfuerzo.
Javier Pérez Llorente y Raúl Antón Lozano son dos escaladores que, tras visitar numerosas partes del mundo practicando su pasión, este año han decidido volver la vista a lo más cercano, pero con una nueva perspectiva. Así lo explican ellos:
“Llevamos muchos años viajando a lugares perdidos del planeta, buscando en la lejanía y en lo exótico un componente prioritario de nuestros objetivos alpinos.
Buscando paisajes fascinantes que nos emborrachen la vista y montañas ideales sobre las que construir nuestros deseos. Pero con el tiempo vamos comprendiendo que lo maravilloso de las montañas reside en los ojos que las miran, es decir, es en el esfuerzo, en el estilo con que uno se propone y la cantidad de sueños que proyectamos en ellas lo que convierte en grande una pared o una montaña.
Desde aquí es donde nace este proyecto. Creemos que un 8000 (como ideal de montaña perfecta) es posible tenerla cerca de casa. Solo es necesario un proyecto ambicioso, un deseo valiente de escalar esas paredes cercanas pero desde otra perspectiva.
Convertir lo cotidiano en excepcional es tan fácil como darle la vuelta al cuadro que has mirado cientos de veces. El proyecto que te presentamos parte de esa idea, escalar en el tiempo máximo de un mes, 8000 metros de roca por la península ibérica. Recorrer las paredes más importantes de nuestra península escalando las vías de referencia de cada lugar y unir metro a metro cada una de ellas para sumar ese numero mágico de los 8000 metros. Dos personas y una cuerda es el corazón de este proyecto, todo lo demás será esfuerzo, entrenamiento, suerte e ilusión.”
El pasado viernes nos informaron de cómo les va todo hasta el momento. La lluvia, las prohibiciones de paso, incluso la apertura de una presa debido al sobrante de agua por Andalucía les han hecho cambiar de planes (algo que, por otro lado, ya estaba previsto). Como nota anecdótica, reseñar que tuvieron que bajarse del diedro Long John, en Málaga, debido a la presencia de una enorme colmena en el tercer largo.
El proyecto
El proyecto consiste en encadenar escalando 8000 metros de roca por la península ibérica en menos de un mes. Dos escaladores sin ayuda extra en la pared serán los únicos protagonistas. El viaje comenzara en Madrid, más concretamente en la Pedriza para de ahí bajar a Granada e ir subiendo por toda la Costa del Sol hasta acabar en Cataluña, de aquí se pasará a Huesca y bajar para acabar nuevamente en Madrid. Hemos pensado que esta aventura comience y termine en la Pedriza, ya que fue entre sus laberintos de granito rojizo donde aprendimos a escalar, donde fascinados pasamos las primeras noches de fríos vivac y mágicos amaneceres, en definitiva en este lugar fue donde dimos los primeros pasos en este maravilloso camino de la vertical.
El proyecto tiene lugar entre el 15 de marzo y el 15 de abril, por ello y para asegurar lo más posible frente a problemas meteorológicos se ha elegido esta parte de la península ibérica. Se han elegido en cada escuela de escalada las vías de referencia, ya sean por su dificultad como por su historia, primando siempre las vías clásicas de autoprotección. Ello se debe a que se busca un estilo de escalada lo más honesto posible, donde utilicemos nuestros propios recursos para ascender, evitando vías sobre-equipadas o “construidas”. En definitiva un estilo limpio de escalada en “libre”, sobre vías de dificultad en pared y priorizando no repetir vías ya escaladas por nosotros en otras ocasiones. Queremos intentar las vías “a vista”, es decir, escalar las rutas siendo nuevas para nosotros y no ensayarlas antes, con ello buscamos la aventura de descubrir lo desconocido a nuestro paso, disfrutar con esa sensación de la novedad y la dificultad que eso añade al proyecto.
También se primará las vías con una historia relevante en la zona, la idea es no solo la suma matemática de todos los metros escalados sino que esa suma este cargado de historia, una especia de homenaje a través de nuestros pasos de la historia viva de cada lugar. Por ello también se ha realizado un trabajo bibliográfico a la hora de escoger las paredes y las vías, intentando centrarnos en aquellos proyectos que conjuguen historia, dificultad, compromiso y belleza.
-Inicio en La Pedriza;
- Pico de la Miel;
- Pared de las Alcandoras;
- Granada;
- Almeria;
- Murcia;
-Alicante;
- Valencia;
- Cataluña;
- Aragón;
- Pedriza;
Hace un total de 8035 metros de roca, aventura y compromiso.
Conclusión
Este es un esbozo de la aventura, siempre condicionada por diferentes factores al realizarse el proyecto en un medio natural no manipulable por medios humanos. Por ello, a la dificultad objetiva que implica esta aventura, hay que añadir todos esos factores imprevisibles (factores metereológicos sobretodo) que harán del reto algo más grande si cabe.
Este es el proyecto, a partir de aquí todo lo demás será movimiento, esfuerzo y superación.
“El alpinista es aquel que conduce su cuerpo allá donde un día sus ojos soñaron” Gastón Rebuffat
